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Pulpectomía testicular terapéutica

La ley checa permite desde 1966 que a los violadores se les aplique una «pulpectomía testicular terapéutica», es decir, que se les castre. Esto puede parecer a primera vista una barbaridad, de hecho los grupos «buenrollistas» se quejan, pero es necesario ponerse en la piel de la víctima, sobre todo de la que está por venir. Parece ser que los casos de violaciones disminuyen con este castigo y, dado que poco se puede razonar con los reincidentes, bienvenidas sean estas medidas. Sospecho que ellos mismos exigen esta «terapia».

Por cierto, recientemente alguien violó a una mujer cerca de mi instituto por lo que el inspector jefe de la policía ha puesto notas informativas en los pasillos invitando a las alumnas a ser precavidas.

Por Rafael Robles

Me llamo Rafael Robles y en esta web comparto mis experiencias docentes en varios países (Irán, República Dominicana, Haití, China, Estados Unidos, España y República Checa) y reflexiones sobre filosofía y el mundo educativo.

10 respuestas a «Pulpectomía testicular terapéutica»

No creo, Serenus, que lo que afirmas sea comparable. El caso de la violación lo analizo desde del velo de ignorancia de Rawls y llego a la conclusión de que una inyección que atenúe el instinto es bueno para todos. Quizá me equivoque claro. Pero juzgar esto en abstracto es peligroso.

La respuesta debería darse cuando a un ser querido (ojala no suceda) le viola un reincidente. ¿Seguirías pensando en reinserción plena en la sociedad? ¿Habría que sacarles también de cárcel como proponen algunos? ¿Perdonarías? ¿Vale lo mismo una opinión ajena al asunto que la de miles de mujeres violadas?

No tengo vocación de santo, ni de ser politicamente correcto. Me solidarizo con las verdadras víctimas y apoyo soluciones reales y no fantasiosas. Además, entre la cárcel o la castración química indolora quizá la segunda opción sea moralmente preferible.

No he pensado en ningún momento ni en la reinserción plena, ni en el perdón…

Pero es un tema espinoso: si las «mutilaciones» sean por métodos químicos o físicos las admitimos para el violador por qué no para otro tipo de criminales igualmente peligrosos y no reinsertables.. psicópatas, sicarios etc.

La complejidad del asunto me induce a dar la razón sucesivamente a serenus y R.R. Por un lado me parece natural desear la protección frente a los delitos futuros – entiendo que la castración no se plantea aquí como «castigo» sino más como prevención. Por otra parte la «pendiente resbaladiza» que apunta serenus me parece un riesgo objetivo — sobre todo en estos tiempos de la biotecnología. Creo que en esta cuestión deben atenderse a varias preguntas: (*) ¿ Es la castración física realmente un método que en sí – dejando de lado «el miedo» que provoque – limita el deseo de dañar sexualmente? (*) ¿Es la mutación – física, química, genética – un proceder ética y políticamente adecuado como castigo, sea, sin aceptar la autonomía del sujeto penal – «paciente»?(*)¿Podemos abrir la puerta a la modificación del cuerpo técnicamente como castigo?¿Volvemos a replantearnos el tema – que parece polítcamente incorrecto – de la pena de muerte para los delitos sangrientos realizados por individuos diagnosticados como «muy dañados» psiquiatricamente?(*)¿Es el delito enfermedad y todas las tesis sociologistas un fracaso (al menos de cara a la prevención)?.

No tengo respuesta. Creo que las posibilidades biotecnológicas no deben ser temidas en su uso incluso penal. Pero los límites – lo dificil, claro – se me escapan. Me acuerdo siempre de la película «Minority Report»

Saludos, Rafael, y un placer seguir sus reflexiones desde la Rep. Checa

Minority Report es sublime con sus nociones de la libertad engarzada con el crimen; es una de las películas de sci-fi que más me gustan. Lo de la “pulpectomía testicular terapéutica”, ¿es algo físico o químico? ¿Se emascula físicamente o se introducen sustancias que disminuyen el deseo? Porque todavía está por comprobar que las inyecciones y tratamientos químicos que se desarrollan sean totalmente efectivas; en cualquier caso, siempre han de ir unidos a una terapia psicológica. Y a mí me parece bien, de hecho, que se «reinserte» a un violador en la sociedad con las totales garantías de que no vaya a repetir sus acciones, sean estas garantías por la vía que sean. Aquí prima un poquito algo talionesco, ¿no? Por aquello de que donde las dan las toman o el «haberlo pensado antes». Me parece lógico y con este tipo de criminales, no se puede pensar otra cosa.

Ufff, asunto peliagudo, Rafa. Además, entra de lleno en lo más profundo de nuestra concepción de la justicia. Porque, si se trata de una cuestión meramente química (es decir, si violan por una predeterminación biológica), entonces ¿dónde está su culpa? ¿por qué se les condena? ¿no sería mejor castrarlos y dejarlos libres inmediatamente? Además tampoco está completamente demostrado que funcione (hay opiniones de científicos sobre el tema al alcance de Google). En fin, compleja la cosa…

Hombre, con tdos mis respetos, no creo ni en broma que violar sea una cuestión meramente biológica (para satisfacer esa necesidad están los «afterhours», las fiestas rave o los burdeles de todos los precios, me parece). De todo menos eso. Puede ser una cuestión psicológica, emocional, psiquiátrica o simplemente criminal… pero no creo que el hecho biológico en sí esté unido al forzamiento y al daño a terceros.

El problema es psiquiatrico, creo que os olvidáis que el sexo está en el cerebro y que es nuestro cerebro límbico (el más antiguo) el que coordina el deseo sexual.
Se sabe que la castracción no elimina el deseo con lo cual el individuo se vuelve incluso más violento.
Creo que es un tema para tratar por psiquiatras y no estigmatizar como se ha hecho antes con los esquizofrénicos (que matan), los psicópatas (que incapaces de percibir el sufrimiento ajeno son los asesinos en serie), adictos a variadas cosas (robar, jugar, al chat, al sexo…)
La OMS da una serie de recomendaciones de tratamiento psiquiatrico y detección precoz una vez que la propia persona se dé cuenta de que su mente no funciona normalmente.
Evidentemente nunca se podrá evitar que el 4% de los violadores reincidan (frente al 20% sin tratamiento, 30% en cualquier otro delito) como no se puede evitar la desgracia y la muerte.
Y no estoy defendiendo a los agresores sexuales pero tu planteamiento tiene un error de base, contemplar sólo un lado del problema.
Es como las víctimas de género, se pretende atajar el problema vengandose del hombre machista-violento-obsesivo con una condena ejemplar y apoyando a la víctima con medidad de protección y tal, que no digo que no tenga que aplicarse, pero el problema hay que tratarlo antes, es una cuestión de reeducación de la mente del agresor, de nuevo un caso psiquiatrico. Una mente enferma que no es capaz de eliminar el deseo de posesión que le invade y que su cerebro fomenta con químicos más potentes que cualquier droga de diseño. Por eso, la educación y el tratamiento del agresor ante la primera señal deberían ser prioritarios. Las manifestaciones a posteriori no sirven más que de consuelo pero no arreglan el problema. El hombre tiene una naturaleza violenta, el hombre ha sido seleccionado por la naturaleza para poseer, dominar, conquistar… la historia lo demuestra, es ahora, en una sociedad del bienestar donde esos logros de la evolución no son una ventaja selectiva pero algunos individuos aún no han salido de su estado primitivo.
Educación y psiquiatras.

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