El marzo bruniano es gris. Siempre asocié el tercer mes del año al naranja, pero en Brno es una mezcla de blanco, dado por la nieve que se va derritiendo, y negro, aportado por los cuervos, los subyugantes estratonimbos y las piedras del camino descubiertas por el manto de armiño.
Los alumnos, para más inri, olvidan en casa sus vestimentas más coloridas llenando las aulas de grises, alocadas risas y juegos improvisados típicos de los días que amenaza la lluvia.
Hoy es un día gris y dicen que es mal color. Podemos anaranjarlo. Aún hay tiempo.
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