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El arte de sobrevivir

Hace dos siglos nació Arthur  Schopenhauer y desde entonces sus lectores tuvieron que optar entre tomarlo por un loco que no superó sus traumas infantiles, tirarse por un puente o asumir desgraciados lo absurdo de la existencia. Ni siquiera los ansiolíticos de la posmodernidad han podido frenar el mensaje destructor o, mejor dicho, catárquico, del amargado filósofo alemán. Supongo que uno se adentra en su obra movido por el morbo, por el masoquismo, por la necesidad de segregar adrenalina, por tratar de compensar su exceso de felicidad o, en definitiva, para cancelar su sentimiento de culpa por ser dichoso en un mundo en el que prima el dolor. Yo me adentré en sus páginas buscando espíritus afines pero más bien me topé con un falsario que se divierte entristeciendo al mundo desde un restaurante de lujo, así que bien le definió Galdós al tildarle de «humorista delicioso«.

Sin embargo es cierto que para poder curar una enfermedad primero hay que diagnosticarla, es por ello que el pesimismo de Schopenhauer no haya que tomárselo exactamente como una puñalada contra la felicidad sino justo lo contrario: es el diagnóstico de una dolencia, que es la vida, con la que se ha de convivir con cuidados paliativos hasta que se cure con la muerte. La filosofía de Schopenhauer es la destructora quimioterapia existencial que  dota momentáneamente del vigor suficiente para seguir adelante, como el soldado que va a la guerra ilusionado e ignorando que pronto recibirá un disparo.

Para conmemorar el 225 aniversario de su nacimiento la editorial Herder acaba de publicar  El arte de sobrevivir, una selección de excelentes textos tomados, entre otros, de El mundo como voluntad y representación y Parerga y Paralipómena, traducido por José Antonio Molina Gómez.

En esta obra nos damos de bruces con un filósofo que despotrica contra los pedagogos, así que no es una lectura apropiada para profesores: «Ninguna pedagogía pestalozziana puede hacer que uno que ha nacido tonto se convierta en un hombre pensador: ¡jamás! Tonto nació y tonto ha de morir». p. 39).

Maldice a los hombres esperanzados: «El resto de hombres siguen atrapados en el delirio de que lo mejor todavía está por llegar» (p. 43), «dejan que pase el presente sin prestarle atención y disfrutarlo; estos, pese a su aspecto de grave inteligencia, son comparables a aquellos asnos» (p. 79) y «burlado por la esperanza baila hacia los brazos de la muerte» (p. 80)

Desprecia la vejez a la que reduce a mero estado de materialidad: «Con la edad se acreciente el amor al dinero» (p. 59)

Se ríe de los infelices felices: «Nadie es feliz, sino que anhela durante toda su vida una supuesta felicidad, que raramente alcanza y cuando lo hace , es solo para verse decepcionado» (p. 100).

Se mofa de la clase obrera que ignora que está siendo explotada: «Nada vale nuestro afán, nuestro esfuerzo ni nuestra lucha, que todos los bienes son nimios, el mundo acaba en todas partes en bancarrota y que la vida es un negocio que no cubre los gastos» (p. 87) y «Entrar a la edad de 5 años en los talleres textiles o fábricas similares y, a partir de ese momento, estar allí sentado primero diez, luego doce y finalmente catorce horas diarias haciendo la misma mecánica tarea significa pagar caro el placer de poder respirar. Pero este es el destino de millones, y muchos otros millones sufren un sino análogo» (p. 117).

En definitiva, Schopenhauer desprecia a todo aquel que no hace de la muerte parte consustancial de la vida: «El sabio reconoce durante su vida lo que otros comprenden solo a la hora de la muerte: es decir, el sabio sabe que toda la vida es muerte» (p.  124).

Les dejo con la entrevista radiofónica a Carlos Javier González Serrano, que explica las bondades de este libro y de quien llama la atención la siguiente afirmación: «Schopenhauer no apoyaría al movimiento 15-M porque tendría miedo de perder su patrimonio»; con estas palabras se resume la catadura moral del filósofo, pero léanlo porque para ganar una guerra es muy importante conocer al enemigo.

FICHA
Título original: Die Kunst, am Leben zu bleiben
Traducción: José Antonio Molina Gómez
Idioma original: Alemán
Fecha de aparición: 29/01/2013
Encuadernación: Tapa dura
144 pag.
12.2 x 19.8 cm

Por Rafael Robles

Me llamo Rafael Robles y en esta web comparto mis experiencias docentes en varios países (Irán, República Dominicana, Haití, China, Estados Unidos, España y República Checa) y reflexiones sobre filosofía y el mundo educativo.

3 respuestas a «El arte de sobrevivir»

Rafael, creo que abusas de cierta información que tienes, y digo información por que cierto estoy que no es conocimiento. Tu crítica intenta ser mordaz, y digo intenta porque finalmente ahí terminas. Tus comentarios francamente son desorientadores para cualquiera que no haya leído a Arturo Shopenhauer. Con todo respeto, creo que tu aporte carece de sustancia. Finalmente te sugiero afines tu pluma y capacidades de crítico filosófico para que verdaderamente tus análisis aporten algo positivo, saludos.
PD. ¿ Cuál es tu guerra, quien es tu enemigo a que tropa perteneces ?

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