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Comentarios al real decreto de reválidas

Hace un mes, con julicidadsabadidad, publicaron el Real Decreto 310/2016, de 29 de julio, por el que se regulan las evaluaciones finales de Educación Secundaria Obligatoria y de Bachillerato. Comento a continuación algunos aspectos del sorprendente decretazo de un gobierno interino que pretende morir matando.

Dice el real decreto en la introducción sobre la educación secundaria obligatoria que

El objetivo de la evaluación es garantizar que todo el alumnado alcance los niveles de aprendizaje adecuados, normalizar los estándares de titulación en todo el Sistema Educativo Español, introducir elementos de certeza, objetividad y comparabilidad de resultados, permitir al alumnado orientar su trayectoria educativa en función de sus capacidades, competencias y habilidades comprobadas y expectativas e intereses, y orientar e informar a alumnado y familias.

Son loables tamaños objetivos, pero ya se alcanzan sin la concurrencia de pruebas externas; para que el alumnado logre los niveles de aprendizaje adecuados basta con un buen servicio de inspección y un profesorado comprometido con la calidad educativa; salvo contadas excepciones, la mayoría de profesores e inspectores llevan décadas garantizando que los estudiantes aprendan lo que tienen que aprender sin necesidad de fiscalizar al alumnado con pruebas externas. El apocalipsis educativo todavía no ha llegado y por ello el Ministro de Educación, Barón de Claret, aplica aristocráticas políticas gatopardistas: que todo cambie para que todo siga igual.

Para mayor inconveniencia, este real decreto no solo no mejoraría dichos objetivos sino que se corre un serio riesgo de hacerlos tambalear porque:

  1. Una prueba externa añade interminables trámites burocráticos y la consiguiente necesidad de tiempo que habría que robar a la propia enseñanza.
  2. Requiere de recursos económicos que deberían dedicarse a cuestiones educativas más urgentes. No extraña que esté surgiendo un suculento negocio en torno al nuevo nicho de mercado que suponen las reválidas.
  3. Somete a una ansiedad innecesaria a unos estudiantes que solo aprenderán a aborrecer el aprendizaje porque lo asocian a un proceso doloroso e inane.
  4. Transformará las aulas en academias de preparación de exámenes obsesionadas con que sus alumnos obtengan las mejores notas aunque no aprendan nada, como hacen en Estados Unidos y ya expliqué en este mismo blog: por la propia naturaleza del proceso, las notas de las evaluaciones externas acabarán hinchándose fraudulentamente para beneficiar a las partes implicadas, y todos callarán.

Por cierto, la figura del tutor es quien informa convenientemente a las familias y nada indica que este decretazo vaya a mejorar la comunicación, como pretende.

En cuanto al Bachillerato, dice el real decreto que

se tendrán en cuenta en mayor medida los contenidos aprendidos, dado que los objetivos son garantizar al alumnado un nivel de conocimientos y competencias adecuado y suficiente para acceder a la educación superior o a la vida profesional, consolidar la cultura del esfuerzo y de la responsabilidad, y motivar al alumnado para progresar en el sistema educativo.

Esto se venía haciendo con la selectividad y las pruebas de acceso a los estudios de grado. El problema ahora es que habrá estudiantes que habiendo aprobado el Bachillerato se quedarán sin título de bachiller por no haber superado la prueba externa. Este real decreto viene a decir que los títulos de bachiller entregados hasta ahora no garantizaban un nivel de conocimientos adecuado porque los profesores estábamos poco cualificados, éramos incompetentes o, sencillamente, corruptos regaladores de títulos. Que yo sepa siguen saliendo al mercado de trabajo excepcionales médicos, arquitectos, profesores, ingenieros, etc. formados por la educación pública española y que se rifan en el extranjero.

Además, si el nivel (y sus evaluaciones) viene determinado por el real decreto de currículo aprobado hace un año ¿cómo lo va a incrementar un real decreto de evaluación? El decreto de currículo ya dice cómo tiene que evaluar el profesor. Los redactores del decreto deberían volver a las aulas para estudiar una realidad que parece que desconocen.

Además, la cultura del esfuerzo existe y nunca ha desaparecido; no será este decretazo lo que ponga a los españoles a esforzarnos. Lo que hace falta es un decreto que se deje de zarandajas sobre el esfuerzo, el dolor y el sacrificio y se centre en poner las condiciones para que el aprendizaje sea algo placentero y maravilloso. La cultura del esfuerzo ya está garantizada por una tasa de desempleo del 20% que aterroriza a unos padres que gritan desconsolados a sus hijos «¡estudia, hijo, que la cosa tá mu mal!».

Prosigue el real decreto aseverando que

Las evaluaciones externas de fin de etapa constituyen una de las principales novedades de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, con respecto al marco anterior, y una de las medidas llamadas a mejorar de manera más directa la calidad del sistema educativo. Las evidencias de la literatura científica indican que el efecto de las evaluaciones externas tiene un impacto muy positivo en los resultados académicos en el rendimiento del alumnado.

Deberían citar esas evidencias de la literatura científica. Además soslaya que también existe literatura científica en sentido diametralmente opuesto. Este real decreto es un ejemplo del cuñadismo más ramplón: «que sí, que te lo juro, que hay estudios que demuestran de que…».

Sigue diciendo el real decreto que

Artículo 4. 5. Cada una de las pruebas contendrá preguntas abiertas y semiabiertas que requerirán del alumnado capacidad de pensamiento crítico, reflexión y madurez, especialmente en la evaluación final de Bachillerato. Además de estos tipos de preguntas, se podrán utilizar también preguntas de opción múltiple, siempre que en cada una de las pruebas el porcentaje de preguntas abiertas y semiabiertas alcance como mínimo el 50%.

Es decir, el Estado no se fía del profesorado a la hora de evaluar. El trabajo y exámenes planteados a lo largo del curso son sospechosos de ser fraudulentos y los inspectores lo son de no hacer bien su labor garantista del nivel académico. Imaginen el coste de tener a miles de personas por toda España corrigiendo cientos de miles de respuestas abiertas, semiabiertas y mediopensionistas.

Continúa:

Artículo 4. 7. Las pruebas deberán resultar atractivas y motivadoras, para lo que deberán cuidarse las imágenes, tablas y gráficos empleados y otras características formales.

Ninguna prueba es atractiva ni motivadora. Un buen profesor es motivador. Un examen es un fastidio que no vale para nada valioso.

Por otro lado, comento a continuación alguna peculiaridad que afecta al departamento de Filosofía.

El artículo 12. c) indica que la asignatura Valores Éticos no es objeto de evaluación, lo cual es de todo punto razonable. Solo espero que dicha asignatura, cuyo currículo es complejo, no se convierta en una maría que se reparta entre docentes de otros departamentos para ajustar el horario. Si leen el real decreto de currículo comprobarán que su complejidad filosófica es tal, que no lo puede impartir cualquiera, a no ser que se convierta en una fraudulenta hora de estudio, de cine pirateado o de partidas de parchís.

Prosigue el real decreto afirmando en su artículo 16.3 que

Los centros docentes, de acuerdo con los resultados obtenidos por sus alumnos y en función del diagnóstico e información proporcionados por dichos resultados, establecerán medidas ordinarias o extraordinarias en relación con sus propuestas curriculares y práctica docente. Estas medidas se fijarán en planes de mejora de resultados colectivos o individuales que permitan, en colaboración con las familias y empleando los recursos de apoyo educativo facilitados por las Administraciones educativas, incentivar la motivación y el esfuerzo de los alumnos para solventar las dificultades.

Esto ya se hace. En cada una de las tres reuniones de evaluación es preciso proponer un plan de mejora en cada asignatura. Esta ley cambia de nombre algunas cosas dando la impresión de que el gobierno interino descubre paraísos pedagógicos nunca antes explorados.

Prosigue el decreto de marras:

Artículo 17. Objeto. 1. La evaluación final de Bachillerato tendrá por objeto verificar el logro de los objetivos de la etapa y el grado de adquisición de las competencias correspondientes, en cada caso, a la modalidad del Bachillerato objeto de evaluación, en relación con las siguientes materias: a) Todas las materias generales cursadas en ambos cursos de Bachillerato en el bloque de asignaturas troncales. En el supuesto de materias que impliquen continuidad, se tendrá en cuenta sólo la materia cursada en segundo curso. (En algunas asignaturas se hará examen de Filosofía 1 y en otros de 2).

Este artículo entraña una complicación para el departamento de filosofía y supongo que deberá ser concretado en cada Comunidad Autónoma, dado que hay nueve que han decidido mantener la Historia de la Filosofía de segundo de Bachillerato como obligatoria, mientras que para otras solo es optativa u obligatoria en la rama de humanidades. De este modo surge una pregunta: dado que la Filosofía de primero de Bachillerato sí que es obligada para todos ¿la evaluación externa será de la asignatura de primero (Filosofía) o de la de segundo de bachillerato (Historia de la Filosofía)?

Artículo 21. 1. Para obtener el título de Bachiller será necesaria la superación de la evaluación final de Bachillerato con una calificación igual o superior a 5 puntos sobre 10. La calificación final de esta etapa se deducirá de la siguiente ponderación: a) Con un peso del 60%, la media aritmética de las calificaciones numéricas obtenidas en cada una de las materias cursadas en Bachillerato. b) Con un peso del 40%, la nota obtenida en la evaluación final de Bachillerato.

Más arriba se hablaba de la «cultura del esfuerzo» pero con estos porcentajes se premia al que mejor memoria tenga aunque su esfuerzo haya sido mínimo a lo largo del curso. Este examen no valora la participación en el aula, ni el trabajo en equipo, ni las intervenciones en los debates… solo valora la memoria y la suerte. El alumno vago que haya obtenido un cinco en el curso podrá ver incrementada su nota, y al revés: el alumno trabajador que se le dé mal el examen verá su expediente notablemente alterado.

Mientras en Estados Unidos se están replanteando este tipo de pruebas que tan malos resultados les ha dado, el gobierno interino de España se empeña en seguir caminos trillados que sabemos, a ciencia cierta, que conducen inexorablemente a la mediocridad.

ACTUALIZACIÓN DE 4 DE OCTUBRE DE 2016

La mayoría del Congreso rechaza la LOMCE

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Libro de texto de la asignatura «Filosofía» de primero de Bachillerato

La editorial SM acaba de publicar el libro de texto de la reformada asignatura Filosofía de primero de Bachillerato en el que he tenido el placer de colaborar diseñando materiales digitales. Los autores son Félix García Moriyón, Tomás Miranda Alonso y  Lucía Sainz Benítez de Lugo y la coordinación del crucial trabajo editorial ha estado a cargo de Ana Hernández. Está mal decirlo pero sinceramente pienso que es un libro espléndido y servirá para dar más valor a tan importante y amenazada asignatura.

Como mi opinión, ciertamente, no puede ser del todo objetiva, durante varios días puede usted juzgar por sí mismo el libro completo en este enlace. (PDF) (ACTUALIZACIÓn: enlace ya eliminado porque el libro ha sido actualizado).

Les dejo con la presentación:

El presente es un curso de introducción a la filosofía en una edad especialmente importante: esa etapa de la vida en la que las personas tienen que construir y reconstruir su imagen del mundo y de sí mismas, intentando responder a las preguntas básicas que todo ser humano se formula: ¿qué clase de persona quiero ser?, ¿en qué clase de mundo quiero vivir?

O, planteadas de otro modo, las cuatro grandes preguntas que, según Kant, sintetizaban la tarea filosófica: ¿qué podemos saber?, ¿qué debemos hacer?, ¿qué podemos esperar?, ¿qué es el ser humano?

Esas cuatro preguntas kantianas son las que han guiado la elaboración de este libro que os presentamos. Cuatro preguntas, cuatro bloques, y los grandes temas de la filosofía, especialmente la occidental, pero sin olvidarnos tampoco de otras tradiciones, ocupan el contenido de este libro. Os presentamos, por tanto, una genuina introducción a la filosofía, que recoge los matices que introduce la nueva legislación y los enmarca en el territorio amplio de la reflexión filosófica.

Al tratarse de una introducción a la filosofía, hemos apostado por ofrecer un texto en un lenguaje asequible a quienes están apenas familiarizados con la complejidad abstracta de las reflexiones filosóficas. El lenguaje asequible tiene más que ver con la cortesía del filósofo que con la trivialización de los contenidos propios de la tradición filosófica. Hay que ir introduciéndose en un lenguaje cada vez más preciso, de tal modo que esa riqueza conceptual permita abordar con mayores garantías la respuesta ineludiblemente personal que se debe dar a las preguntas planteadas. Ese es, sin duda, uno de los objetivos de un buen curso de introducción a la filosofía.


Pero no basta con eso. Hay también que provocar la reflexión y eso se consigue problematizando lo que se da por supuesto y desvelando las carencias, sesgos y prejuicios no fundamentados. Debemos recuperar y activar la curiosidad y el asombro, características propias de la infancia que con frecuencia se debilitan con los años, pero que Aristóteles situaba como pivotes sobre los que se articulaba la reflexión filosófica.

Y, además de conceptualizar y problematizar, es necesario aprender a argumentar, a dar cuenta y razón de las propias ideas, para que dejen de ser puras ocurrencias o tópicos manidos y pasen a convertirse en puntos de vista bien fundados, que pueden ser defendidos en el debate público, dando así cumplimiento a esa parrexía que era central en la democracia ateniense.

Ese es el hilo conductor de nuestro libro, en el que ponemos a vuestra disposición abundantes materiales para poder transformar el aula en una genuina comunidad de investigación filosófica para atraer el interés y descubrir que solo es realmente valiosa una vida reflexiva.

Como autores tenemos una larga experiencia impartiendo la asignatura y un sólido dominio de la metodología de Filosofía para Niños, una de las propuestas que más ha contribuido en los últimos decenios a innovar y enriquecer la enseñanza y el aprendizaje de la filosofía.

Los autores

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Valores Éticos

He tenido la suerte de colaborar con Félix García Moriyón y José Antonio Marina en la elaboración del libro de texto de la nueva asignatura de primero de ESO denominada «Valores Éticos», de la editorial SM (ISBN 978-84-675-7618-4). Les dejo con la presentación del proyecto:


Esta asignatura trata de cómo ayudar a tomar buenas decisiones y a ponerlas en práctica. Su objetivo es la construcción de la propia personalidad, por eso en otros países se llama “educación del carácter”. Ahora sabemos que no estamos determinados absolutamente por la genética, sino que la genética nos abre muchas posibilidades que debemos definir mediante la educación y el comportamiento. Por eso la adolescencia es la época de las oportunidades.

En cada unidad, la primera sección, llamada “Proyecto ético”, presenta la parte más teórica: un modelo de persona, de comportamiento y de sociedad basado en la dignidad y en los grandes valores éticos. Son nociones generales que se irán completando y profundizando a lo largo de los cuatro cursos. El objetivo de esta sección es educar el carácter del alumno, ayudándole a adquirir los hábitos de la excelencia, las fortalezas o virtudes, que son estructuras psicológicas dirigidas por valores morales. Se propone un modelo de adolescencia optimista y exigente, basado en las nuevas teorías neurocientíficas que consideran que el cerebro del adolescente se rediseña de nuevo, permitiendo una edad de oro del aprendizaje, en la que se adquieren o estabilizan las competencias fundamentales.

La sección “Recursos personales” presenta las herramientas intelectuales, emocionales y ejecutivas necesarias para realizar el proyecto ético común.

La sección “Creación social” incluye ejemplos concretos de cómo pueden aplicarse esas herramientas a la creación social, es decir, a las iniciativas, proyectos o personas que han mejorado el mundo en el pasado o en el presente.

Por último, la sección “Tiempo de debate” propone algún tema tratado en la unidad para organizar un debate guiado en clase y así aprender a razonar en grupo, a dialogar sobre un problema y a encontrar soluciones consensuadas.

En todas las secciones, y de manera especial en los “Talleres de filosofía”, se pretende que los alumnos desarrollen hasta convertirlos en hábitos, las competencias y destrezas que les van a permitir abordar los problemas éticos con claridad, con buenos argumentos y de una manera crítica, creativa y cuidadosa.

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La letra, ¿con sangre entra?

El periodista Alberto González me entrevistó hace varias semanas para redactar un reportaje en el suplemento Exclusive de El periódico que ha titulado «La letra, ¿con sangre entra?».  Se publicó el pasado 25 de octubre y pueden leerla en este enlace a partir de la página 16. Es curioso porque el tema del artículo se aprovecha directamente para vender ropa de adolescentes, en lo que viene a ser algo así como agresiva publicidad integrada, con escritos «ad hoc». Por si algún seguidor de este blog estuviera interesado, copio a continuación el fragmento referido a mis palabras:

“En el sistema educativo nunca habría que castigar”, sentencia el profesor de educación secundaria Rafael Robles. “Humillar y dañar son verbos incompatibles con educar. En los casos graves, como atentados contra la integridad física o psicológica de los miembros de la comunidad educativa o contra la propiedad, intervenir ya no es un asunto de los profesores, sino de las fuerzas de seguridad del Estado”, remacha.

Lógicamente, esto no significa que deban pasarse por alto los malos comportamientos estudiantiles. “Hay que actuar en el momento justo en que se produzca la infracción, pero no mediante el castigo, sino mediante el trabajo sereno y continuo de profesionales de la psicología y la orientación”. Lamentablemente, añade la misma fuente, “no existe en los institutos una figura especializada en alumnos disruptivos, por lo que cada profesor trata de sobrellevarlo como su intuición le indica, por ensayo y error, con los graves problemas que ello implica […]. Igual que hay conserjes, jefes de estudio y profesores, en todos los centros educativos deberían existir expertos en alumnos difíciles que estuvieran disponibles a lo largo de toda la jornada laboral para cuando se produjeran problemas en el aula. Incluso en casos graves se podría trabajar con ellos la terapia cognitivo-conductual [enfocada en la vinculación del pensamiento y la conducta]. Lamentablemente, no hay dinero para esto”, lamenta Robles.

Según las reflexiones de este especialista, “lejos de corregir un problema, el castigo lo aumenta […]. Promueve cierto sentimiento de desdén y desprecio en los jóvenes. Y algunos alumnos hasta transforman esa necesidad de venganza en un sentimiento de culpa”. Por otra parte –argumenta– cuando el sistema educativo castiga a un alumno también está castigando a sus padres, pues a menudo hay que buscar en el ámbito familiar el origen de graves problemas de comportamiento. “El castigo, pues, sume también a los progenitores en un desagradable estado de ansiedad que, a veces,  transforman en agresividad contra el centro o contra sus propios hijos”.

Para Robles, expulsar tampoco es educar. “Es una medida de reality shows. Un sistema educativo que se ve obligado a expulsar a un alumno ha fracasado, porque sus integrantes no saben tratar los casos difíciles. Expulsar a un estudiante es un acto de patetismo, de desvergüenza, de falta de compromiso, de iniquidad”. Además, la expulsión no deja de ser un premio para el alumno que, al día siguiente, podrá levantarse tarde, porque lo interpretará como unas vacaciones.

LA ALTERNATIVA. “Un profesor verdaderamente vocacional sufre dentera al oír la palabra castigo. Cuando uno se ve obligado a castigar es porque no ha sabido encontrar habilidades educativas, porque tiene pocos recursos, pocos conocimientos de psicología y poco amor y pasión por su trabajo”. Según este profesional, la clave está, pues, en el “diálogo y en incentivar la generosidad y el respeto de los estudiantes […]”. Subraya también la importancia del “refuerzo en forma de palabras positivas y de ánimo por parte del profesor. “Un ‘¡buen trabajo!’ dicho con simpatía motiva muchísimo a los estudiantes. La ausencia de refuerzos positivos –o decir solo lo malo y nunca lo bueno– son dos vicios intolerables en un educador”.

Finalmente, Robles relaciona la importancia que se otorga al castigo en la escuela y el nivel económico de un lugar: “Como España es un país arrasado por la crisis-estafa que implica que haya hasta 44 alumnos en las clases de bachillerato, el recurso del castigo es más recurrente. Es más fácil que tratar el problema cara a cara, con tiempo, con mimo”.

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Tirado en la calle


La gente pasa indiferente ante este señor arrojado en la calle. Deben de pensar que es uno más, entre tantos, que intenta hacer negocio a costa de la compasión y de las neuronas espejo de las buenas personas. Hoy nadie se le acerca, pero si ahí sigue es porque otros días le lanzaron monedas.  Le miran pero no le ven. O le ven pero no le miran. Piensan que quizá sea otro parásito social, o un alcohólico, o un esquizofrénico que reniega de la medicación; o, lo más probable, se ven reflejados en él y, asustados, pasan de largo. La aporofobia, ya saben. ¡Si vistiera diferente!

Trato de superar mi pudor para grabar la escena con mi teléfono móvil, pero el pudor se impone  a mi morbosa necesidad de describir los trapos sucios del sistema. Bastan estos diez segundos para demostrar que nos hemos vacunado contra la piedad. El prójimo ya no existe.

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Lectores recableados

Los que empezamos escribiendo un blog hace más de diez años contábamos con miles de lectores y, por lo novedoso y sofisticado del invento, cuanto escribíamos lo tomaban tan en serio como un periódico;  parece que fue ayer cuando publiqué el primer posteo sobre mi visita auna cárcel estadounidense, mas los años transcurridos no pasan tecnológicamente en balde y así, con la sencillez de las nuevas plataformas, se extendió su uso y nos alcanzó el blogoboom con la consiguiente disminución de lectores que se repartieron entre miles de nuevos blogueros.

Sin embargo, de dos años a esta parte, ya nadie presta atención a los blogs ni a los periódicos —ni, obviamente, a los libros— sino que las gentes hodiernas se limitan a leer tweetbooksfacetweets y, como siempre, el Marca. Pero lo peor es que con la zigzagueante práctica lectora se ha recableado el cerebro para que los lectores ya no entiendan siquiera dichas brevilocuencias sino que se limiten a surfear; los nuevos lectores son surfistas con prisas que hacen equilibrios en la tabla de cadatweet pensando siempre en la siguiente ola. [CONTINUAR LEYENDO].

También puede escucharlo completo en el podcast:

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Rincón

Este rincón se ha debido de escapar de un cuadro de Van Gogh.

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Manos en los bolsillos

—¡Daos prisa chicos, que llegamos tarde!

— ¡Anda este! ¡Ya podría echarnos una mano!

—Bueno, bueno, no os quejéis tanto.

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Sopa de gato

En el juego de la vida a algunos les ha  tocado limpiar las calles y a otros limpiar las mesas. Están contentos porque algo les dice que su proyecto existencial aún podría ser peor. Pero, ante todo, son felices porque no acaban de creerse que vayan a pasar el resto de su vida barriendo aceras o recogiendo los restos de la sopa de gato; es la misma estructura de pensamiento de los soldados que van a la guerra creyendo, contra  la probabilística, que regresarán a casa.