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Pedagogía República Checa

El entusiasmo

La clave del éxito educativo es transmitir a los estudiantes entusiasmo por la sabiduría. Muchas veces los profesores no somos conscientes de ello y nos entregamos a soporíferos discursos llenos de nada, que poco aportan al estudiante y que más que apasionarle por el saber le alejamos de él.

Sin embargo, de vez en cuando, uno se encuentra con personas especiales que hacen que uno abra los ojos de nuevo, recupere el camino de la excelencia y vuelva a comprender en qué consiste el oficio de educar. En el gremio de los profesores se encuentran de vez en cuando, pero también, por supuesto, en otras profesiones.

El pasado mes de junio fui con mis estudiantes checos a recorrer el norte de España en lo que fue un viaje que jamás olvidaremos. La clave del éxito fue Luboj, el conductor del autobús, con su eterna sonrisa y su disponibilidad absoluta para ayudar a los estudiantes y sacarles una sana carcajada cuando menos se lo esperaban.

Recuerdo ahora con nostalgia el  día que se introdujo un enorme insecto en el autobus y, mientras todos estábamos asustados,  él lo cogió quedamente con sus manos y nos explicó sus características mientras recorría su brazo; después lo dejó libre. También nos hablaba sobre sus múltiples viajes por la geografía europea en su autobús de dos plantas, en lo que eran estupendas clases de geografía. Muchas más cosas aprendimos de él.

Hoy recibo un correo electrónico de mi ex alumna Tereza en el que me dice que Luboj ha tenido un inesperado ataque al corazón y ha fallecido. En la fotografía le pueden ver sosteniendo a mi ex alumna Michaela. La imagen dice todo lo que yo quería expresar.

Descanse en paz.

Luboj, el conductor del autobus, levantando a mi alumna Michaela

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República Checa

Adiós Chequia

25 Hacia el instituto. Mi departamento
Terminaron las clases. Una vez finalizado este intenso curso  he de reconocer que he acabado agotado. En la República Checa se trabaja mucho más, y con enorme diferencia, que en cualquier otro lugar en el que yo haya estado. También vuelvo un poco más «pobre» dado que ahora me dan menos euros que en septiembre por las coronas que he podido ahorrar.

Las notas han sido buenas en general, y estoy satisfecho salvo por la pequeña decepción de ayer cuando me percaté de dos alumnas que utilizaban chuletas en el examen. Al menos una de ellas estaba «fabricada» a mano, lo cual es un atenuante.

He de reconocer que he tomado cariño a todos los estudiantes, incluso a aquellos que pasan más desapercibidos o que se hacen notar demasiado en clase por asuntos ajenos a la misma. Deseo que me escriban de vez en cuando para contarme qué tal les va. Les estoy eternamente agradecido porque me han ayudado a enriquecerme como persona, a evolucionar en el oficio de enseñar y, sobre todo, a perfeccionar un poquito más mi anhelado objetivo de alcanzar la bondad.

Chequia era hace un año un lugar frío que asociaba, entre otros, al comunismo y a los Sudetes; hoy la asocio, sobre todo, al afecto y a la emoción de enseñar. ¡Gracias!

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Visita al castillo de Námest

Namest
El castillo renacentista de la pequeña ciudad de Namest es otra de las desconocidas joyas del Sur de Moravia que visitamos con los alumnos ayer miércoles.

¿Saben ustedes qué fue lo que más me impresionó de dicho castillo? ¿Fueron las brillantísimas arañas de cristal de Bohemia? ¡No! ¿Y los extraordinarios azulejos y porcelanas traídos de la China hace doscientos años? ¡Tampoco! ¿Y las numerosas alfombras persas y de otros países de Oriente tejidas a mano con atractivas filigranas? ¡En absoluto! ¿Y los frescos de artista italiano Carpoforo Tencalla? ¡Qué va! ¿Y los cuadros del taller de Rubens o del Veronés? ¡No, no, no!

Lo que más me emocionó, gustó e impresionó  fue cuando mi alumna Eliska pidió permiso a la guía para utilizar el antiguo piano de la biblioteca de los nobles. Escuchar a Albéniz en este histórico escenario, con el regustillo que da la improvisación, me hizo vivir uno de los momentos más bonitos de mi estancia en la República Checa. En el fondo uno viaja por estas cosas. ¡Gracias Elis!

Mi alumna Eliska tocando el piano en el castillo de Namest

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República Checa

La mezquita de Brno

Movido por mi curiosidad por el hecho religioso, ayer me acerqué a la calle Vídeňská de Brno para observar cómo funciona la mezquita dentro de un entorno de mayoría atea, cristiana y, ciertamente, islamófoba. Es tal el desdén que inspira a los checos todo lo árabe que en la República Checa solo existen dos mezquitas: la de Praga y la de Brno, a pesar de los 400 000 musulmanes checos (necesito confirmar este dato); eso sí: hay pisos habilitados para el rezo repartidos por todo el país.

Me abrió las puertas Alí, el así rebautizado veinteañero de ascendencia ex yugoslava y nacido en un pequeño pueblo próximo a Mikulov, en la frontera de Chequia con Austria. Dice haber quedado prendado del Islam tras leer un par de libros que adquirió en la feria internacional que se organiza cada año en Brno al finalizar la Navidad. Igualmente me cuenta que sus inquietudes filosóficas le llevaron en su juventud a explorar con profundidad los pensamientos de Nietzsche y de Marx pero es el Corán donde ha encontrado la Verdad. Ni el superhombre ni la dictadura del proletariado le sedujeron tanto como las palabras del Profeta. Esto, junto a un comprometido padre partisano, fue el cóctel que, bien mezclado, fue capaz de crear un musulmán en pleno centro de Europa sin tener familiares de dicha religión.

Afirma, con un gesto de resignación cristiano-musulmana, que recibe insultos habitualmente, sobre todo por parte de mujeres, que le echan en cara su falta de vergüenza por obligarlas a ir tapadas. Tampoco es difícil sospechar que peguen en sus proximidades carteles ofensivos y pintadas abyectas. Quizá sea esta la razón que explique que la mezquita apenas es identificable en pleno centro de Brno. Desde la calle nadie diría que este pequeño edificio circular acogiera en su interior oraciones de gentes mirando a la Meca.En la mezquita de Brno 12 Los checos parece que les temen.

Él, sin ser mulá, dirige los viernes una especie de meditación para los doscientos fieles de Brno -46 de los cuales son mujeres. De vez en cuando les visita un ulema, pero carecen de suficientes recursos económicos para mantenerlo a jornada completa, por eso se encarga él mismo de atender a los fieles y de dirigir el rezo.

Su pequeña pero bonita mezquita está sufragada por las aportaciones de los fieles brunianos y por hombres de negocios de Siria y Arabia Saudí. «¡Nunca de sus gobiernos!» -intenta dejarme bien claro. Del mismo modo me aseguró que su mezquita es un lugar para sunnitas y chiítas. Aunque él no cree algunas afirmaciones de la Shia, abre las puertas de par en par a los fieles de los Doce Imames y a cualquiera que desee reflexionar sobre la transcendencia. No en vano el salam malecon con el que me recibió estaba cargado de sonrisa, amabilidad y simpatía.

Como todas, esta mezquita está dividida en dos partes, una para las mujeres y otra para hombres. Los varones rezan abajo, sobre la mullida alfombra roja pagada por uno de los ricos benefactores de Oriente Próximo; las mujeres oran arriba, en una especie de terraza con celosías que les permite observar, sin ser vistas, las genuflexiones del otro sexo. Su modesta biblioteca está formada principalmente por coranes, que toman prestados los fieles tras descalzarse. Una llamativa lámpara de cristal de Bohemia y unos ventanales pequeños que obligan a encender la luz eléctrica terminan de describir la sala de oraciones.

ACTUALIZACIÓN

27/7/2009 Los demócrata-cristianos se oponen a la construcción de una nueva mezquita en Brno.

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Irán República Checa

Paz en Irán

Paz en Irán 2Fotografía tomada por mi alumno Jan Makes.

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Paz en Irán

صلح در ایران

Solh dar Irán

Mír v Íránu

Peace in Iran

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España República Checa

Viaje al norte de España con mis alumnos checos 10/10. Lyon-Brno


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Hoy sábado 13 de junio, a la una de la madrugada, llegué por fin a mi pisito prefabricado de Brno. El cansancio provocado por las decenas de horas de intenso trabajo se ve compensado por la extraordinaria actitud de mis estudiantes, quienes no dieron tregua a la anarquía, ni al pesimismo, ni a la apatía. Estoy muy orgulloso de ellos y ha sido un honor mostrarles mi patria.

Esta última jornada la dedicamos a cruzar la frontera que marca el Rin para desplazarnos desde Lyon hasta Brno a lo largo de 1276 kilómetros y 18 horas de tedioso trayecto.

Travesura en un hotel

Antes de partir, a las 5:45 de la mañana, me llamó la atención un enfadado recepcionista porque aparecieron varias pegatinas en la puerta de una de las habitaciones. Me aseguró que fue alguno de mis estudiantes; hay un sospechoso pero creo, con bastante certeza, que no es ninguno de ellos. Con la ayuda de dos alumnas lo limpiamos en treinta segundos dado que el desaguisado era minúsculo. Doy las gracias a Tereza y Jessica.

Tras el desayuno típico de hostal F1 y el aseo en las duchas de pasillo emprendimos el camino de regreso. Algunos  dormían, varios leían libros, otros tantos entonaban suaves melodías, los había que se dejaban la vista en los diminutos monitores para ver una pelicúla y también quienes trasteaban con el teléfono móvil y las consolas portátiles de videojuegos.

Al cruzar la frontera checa aplaudieron y al llegar a Brno abrazaron a sus cansadas familias: no son horas para que un checo esté en la calle, además lloviendo. Agradezco mucho al padre de mi alumna Gabriela que me acercara a mi panelak.

Durmiendo en el autobús

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España República Checa

Viaje al norte de España con mis alumnos checos 9/10. Jaca-Lyon


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Hoy jueves once de junio emprendemos la vuelta hacia Brno.  Los más de dos mil kilómetros que nos separan los recorreremos en dos jornadas. Tras 852 kilómetros, descansamos en Lyon para retomar el último tramo mañana viernes.

La noche la pasamos en el albergue «Escuelas Pías» de Jaca. Algunas alumnas flirtearon desde sus ventanas con adolescentes españoles que las adulaban a voces desde la planta de abajo. Se limitaron a intercambiar sus direcciones electrónicas para «practicar español». A veces oía deambular sigilosamente por los pasillos a altas horas de la madrugada pero me hago el longui. Yo también fui joven.

El autobús de dos plantas

Cada tres horas paramos en alguna gasolinera que los estudiantes aprovechan para comprar bocadillos de cinco euros y bolsas de patatas fritas de tres. Los precios son desorbitados comparados con los de Chequia pero a los pobres no les queda otro remedio. Luboj, el simpático y amable conductor, lleva salchichas en el frigorífico y las ofrece y cocina para los alumnos; por solo 35 coronas pueden saciar  el hambre a un precio razonable. A los profesores nos las regala, así como el café y los refrescos.

De vez en cuando bajan a charlar conmigo algunas alumnas. Me cuentan sus preocupaciones, sus planes de futuro, me hablan sobre sus novietes, los lugares que más les han gustado… Al parecer la plaza de toros de Pamplona, el museo Guggemheim y la ciudadela de Jaca son los sitios que más disfrutaron. También me preguntan, muy educadas, sobre mi vida privada.

El aire acondicionado está estropeado y el calor nos adormece o nos malhumora. Pero aguantamos. El peor problema es el pestilente olor del servicio que en un par de ocasiones me indujo arcadas. Cada vez que alguien entra o sale el hedor inunda la planta baja obligando a apretarnos las narices y cerrar la boca durante varios minutos. Tras cinco usos, el agua que sale de la cisterna se torna color amarillo y el aire que entra violento en la letrina esparce sin piedad la pestilencia.

Las gentes quedan asombradas allá por donde pasamos y miran sorprendidos nuestro espectacular autobús de dos plantas. Los niños nos señalan con el dedo, las quinceañeras saludan a mis rubios alumnos, los adultos aparcan sus preocupaciones durante un instante para contemplarnos y los ancianos especulan sobre quiénes seremos mientras parece leerse en sus labios un «¡vaya inventos!».

Llegamos agotados a Lyon. Descargamos las 45 maletas, me ducho, y caigo rendido en la cama. Ni la estrechez ni el ruido de los aviones que descienden con decisión y fiereza hacia el aeropuerto de Saint Exupery podrán impedir que concilie un sueño reparador. Buenas noches.

Entrando en el autobús

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España República Checa

Viaje al norte de España con mis alumnos checos 8/10. Pamplona y Jaca


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Dentro de tres semanas empiezan los encierros en honor a San Fermín pero el amable portero de la plaza de toros nos la enseñó, a pesar del excesivo trabajo por los preparativos de tan magno acontecimiento, en un gesto que agradecieron mis alumnos. Desde el albero fuimos privilegiados por poder observar el tercer ruedo más grande del planeta, tras los de la ciudad de México y Madrid, amén de los tendidos que contemplan silentes la historia cultural de España.

Tras verla nos dirigimos hacia los corralitos recorriendo en sentido inverso lo que dentro de unos días harán los mozos de la pañoleta roja y las camisetas blancas. Muchos de ellos borrachos, según nos comentó un experto corredor que se ofreció voluntario para enseñarnos la ciudad tras decirme que mis alumnas son muy guapas, y otros tantos inexpertos e incautos, presas fáciles de los astados y del cemento. Desde Estafeta hasta la cuesta de Santo Domingo los estudiantes disfrutaron del extraordinario ambiente que hierve desde hace varios días  y que tendrá su punto de máxima cocción el seis de julio.

Tras explicarles la fachada del Ayuntamiento y la pasión de Hemingway por la fiesta nacional que describía desde el hotel de cinco estrellas y uno de los bares sitos -ambos- en la plaza de la Constitución, emprendimos la marcha hacia Jaca una vez subidos al autobús que dejamos aparcado junto a la fortaleza que no nos dio tiempo a ver.

Los chicos aprovecharon para hacer acopio de regalitos typical Spanish y de chorizo pamplonica. También asomaban por las bolsas de plástico abanicos y ropas de Zara. «¡Mucho más baratas que en Brno!» -me decían mis estudiantes.

Llegados a Jaca el guía tardó mucho en encontrar el albergue. Nos paseó en el autobús de un sitio a otro hasta que dió con el lugar que acogiera nuestro dormitar y correteos de pasillos. Descargadas las maletas nos fuimos rapidamente a ver la Ciudadela antes de que la cerraran. Con mucha suerte llegamos a la última visita guiada, uno de los momentos formidables del programa.

Al finalizar el recorrido la guía de la ciudadela se ofreció a responder a las preguntas, opción esta que supieron aprovechar mis estudiantes con cuestiones muy inteligentes. Al final dicha guía me felicitó por educar tan bien a mis chicos (-ellos son así-le respondí).

De allí nos desplazamos a la catedral románica y dimos tiempo libre a los jóvenes hasta las once. Una vez en el albergue y tumbado en mi litera siento cómo va desapareciendo el bullicio. Creo que me estoy durm

Fotografía de mi alumna Renata.

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España República Checa

Viaje al norte de España con mis alumnos checos 7/10. Picos de Europa

Hoy mis alumnos fueron a los Picos de Europa; uso la tercera persona del plural porque la profesora Oskerova, yo mismo y cinco alumnos enfermos tuvimos que quedarnos en el consultorio médico del primer pueblecito que vimos a los pies de las montañas. Un inoportuno proceso gripal se apoderó de los jóvenes, aunque la doctora apuntaba en un principio a la mononucleosis -la enfermedad del beso.

Mientras el resto de estudiantes siguieron camino a las cumbres, nosotros iniciamos las pesadas gestiones para que atendieran a nuestros chicos: comprobación de los seguros internacionales, informes médicos, búsqueda de documentos especiales, crear las fichas individuales, esperar a que atendieran a los numerosos pacientes que teníamos por delante…

Al final me acerqué por uno de los restaurantes que me recomendó la simpática administrativa donde encargué 46 sopas al módico precio de cuatro euros cada una para que, por lo menos un día, comieran decentemente los chavales. A las tres ya estaban todos de vuelta encantados con el hermoso paisaje que acababan de disfrutar.

Tras calentar el estómago nos encaminamos hacia León, en uno de cuyos hostales tuvimos que hospedarnos porque no había sitio suficiente en el albergue de los Picos. Paseamos un par de horas por el bello casco histórico de León para a continuación dormir en el más que recomendable Hostal Orejas. Dos alumnos más han enfermado. Esto tiene visos de epidemia. Ya se bromea con lo de la gripe porcina.