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Filosofía de 1.º de Bachillerato. Análisis de los contenidos mínimos

En el siguiente vídeo analizo lo referido a la asignatura de Filosofía de primero de Bachillerato en el Real Decreto 243/2022, de 5 de abril, por el que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas del Bachillerato. He de reconocer que me gustan los temas que hay que trabajar en Filosofía; eso sí: quedamos a la espera de que las distintas comunidades autónomas aumenten las horas, ya que de momento solo se le dedicaría dos horas semanales [finalmente habrá 3 horas]. Un rápido vistazo a los saberes básicos [Actualización de los saberes básicos] dan buena cuenta de los importantes temas que habrá que estudiar en nuestra materia:

A. La filosofía y el ser humano.

1. La reflexión filosófica en torno a la propia filosofía.

− Características y concepciones del saber filosófico. Breve recensión histórica de la filosofía. Las divisiones tradicionales de la filosofía y las áreas actuales de investigación. Vigencia y utilidad de la filosofía: la importancia de filosofar en torno a los retos del siglo XXI.

− La filosofía en relación con otros campos del saber y la actividad humana.

− Métodos y herramientas básicos del filósofo: el uso y análisis crítico de fuentes; la comprensión e interpretación de documentos filosóficos; la identificación de problemas filosóficos en otros ámbitos de la cultura; el pensamiento y el diálogo argumentativos; la investigación y la disertación filosófica.

− La discriminación social, de género, etnia y edad en la tradición filosófica.

2. El ser humano como sujeto y objeto de la experiencia filosófica.

− La filosofía y la existencia humana.

− El debate sobre la génesis y definición de la naturaleza humana: especificidad natural y condicionantes histórico-culturales. Concepciones filosóficas del ser humano.

− La estructura psicosomática de la personalidad: sensibilidad, emotividad, deseos y volición, las facultades cognitivas. Conciencia y lenguaje.

− El problema de la identidad personal. Tipos y modos de identidad. La especulación en torno al transhumanismo.

B. Conocimiento y realidad.

1. El problema filosófico del conocimiento y la verdad.

− El conocimiento: definición, posibilidad y límites. Teorías de la verdad. La desinformación y el fenómeno de la «posverdad».

− Las teorías del conocimiento: formas de racionalismo, empirismo y otras teorías.

− El razonamiento y la argumentación. La argumentación informal. Nociones de lógica formal. La detección de falacias y sesgos cognitivos.

− El saber científico: definición, demarcación y metodologías científicas. La filosofía de la ciencia: naturaleza, problemas y límites del conocimiento científico.

− Otros modos de saber: el problema del saber metafísico; las creencias religiosas; la razón poética; el saber común.

La dimensión social y política del conocimiento. Conocimiento, poder e interés. La tecnociencia contemporánea. El papel de la mujer en la ciencia y en los otros saberes.

2. La cuestión de la naturaleza última de la realidad.

− El problema de lo real. Apariencia y realidad. La cuestión de las realidades virtuales.

− Unidad y pluralidad. Categorías y modos de ser. Entidades físicas y objetos ideales: el problema de los universales.

− El problema mente-cuerpo. La filosofía de la mente y el debate en torno a la inteligencia artificial.

− El problema filosófico del tiempo y el cambio. El problema del determinismo. Necesidad, azar y libertad.

− El problema filosófico de la existencia de Dios. Teísmo, ateísmo y agnosticismo.

C. Acción y creación.

1. La acción humana: filosofía ética y política.

− El problema ético: cómo hemos de actuar. Ser y deber ser. La deliberación moral. Las condiciones del juicio y el diálogo ético.

− La posibilidad de una ética racional. Cognitivismo y emotivismo. El debate en torno al relativismo moral. El reto de una ética universal de mínimos.

− Las principales respuestas al problema ético: éticas consecuencialistas, éticas del deber y éticas de la virtud. La moral amoral de Nietzsche. Éticas del cuidado. Ética medioambiental. Éticas aplicadas.

− Los derechos humanos: su génesis, legitimidad y vigencia actual. Las distintas generaciones de derechos humanos.

− Grandes cuestiones éticas de nuestro tiempo: la desigualdad y la pobreza; la igualdad efectiva de derechos entre hombres y mujeres; la guerra, el terrorismo y otras formas de violencia; los derechos de la infancia; la discriminación y el respeto a las minorías; los problemas ecosociales y medioambientales; los derechos de los animales.

− El hombre como ser social. Definición de lo político. Legalidad y legitimidad. La cuestión filosófica de la justicia.

− El fundamento de la organización social y del poder político. Teorías del origen sobrenatural vs. teorías contractualistas. La reflexión filosófica en torno a la democracia.

− El diálogo en torno a los principios políticos fundamentales: igualdad y libertad; individuo y Estado; trabajo, propiedad y distribución de la riqueza. El debate político contemporáneo: liberalismo, utilitarismo y comunitarismo.

− Ideales, utopías y distopías. Los movimientos sociales y políticos. El feminismo y la perspectiva de género en la filosofía.

2. La reflexión filosófica en torno a la creación artística.

− Definición, ámbitos y problemas de la estética: arte, belleza y gusto. La relación de lo estético con otros ámbitos de la cultura. Ética y estética. El papel político del arte.

− Teorías clásicas y modernas acerca de la belleza y el arte. Teorías y problemas estéticos contemporáneos. La reflexión en torno a la imagen y la cultura audiovisual.

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¡Pellízcame!

Ellen Duthie y Daniela Martagón han vuelto a sorprendernos con su propuesta de filosofía visual para niños, WonderPonder, una iniciativa didáctica y lúdica para convertir a los más pequeños en filósofos.

Tras el éxito de su entregas anteriores (Mundo cruel, Yo, persona: ¿Cómo sabes que no eres un robot? y Lo que tú quieras) llega ¡Pellízcame!, un recorrido a través de selectas preguntas que llevará a los más jóvenes a pensar el concepto filosófico de realidad gracias al cual uno se llevará conmovedoras, ingeniosas e inesperadas respuestas de los niños y niñas transformados en filósofos.

Los profesores de Filosofía y Valores Éticos necesitamos trabajos como este para incentivar el pensamiento crítico entre los más pequeños. Sus preguntas intrigantes e insospechadas les hacen sacar a la luz pensamientos escondidos que, de otro modo, habrían permanecido ocultos.

Todos los niños llevan un filósofo dentro y WonderPonder sabe cómo hacerlo relucir. Está claro que  Duthie y Martagón nos transforman en parteras de pensamientos siguiendo las consignas de Sócrates. ¡Gracias por tan formidable material! 

¡Más Pellízcame y menos Patrulla Canina!

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Curso por videoconferencia para profesores sobre «Didáctica de la Filosofía y Valores Éticos»

He terminado de impartir un curso titulado «Didáctica de la Filosofía y Valores Éticos» para los centros de profesores de la Comunidad Valenciana. Las treinta horas de docencia han sido completamente por videoconferencia con la plataforma Skype.

Estoy seguro de que en los próximos dos o tres años la enseñanza en línea mejorará ostensiblemente, pero ya contamos con el requisito básico para poder hacer realmente efectivo un curso de larga duración online: alta velocidad de conexión y que sea asequible adquirir un ordenador o teléfono móvil con todas las prestaciones para asistir a las sesiones. Esto era inimaginable hace solo tres años.

Por otro lado, el problema principal de los cursos que se suelen realizar con otras plataformas tipo Moodle es el de la evaluación, puesto que es complicado, dado que la asistencia a la clase es asíncrona y no se puede constatar, saber a ciencia cierta quién hace las tareas o si estas tareas se realizan de forma autónoma. Sin embargo, mediante la videoconferencia en directo este problema desaparece ya que hay que estar ante la cámara, el profesor y el alumno se observan y pueden intervenir de formar sincrónica.

Es cierto que por videoconferencia se pierde el calor humano así que quien invente la manera de transmitir dicho calor con unos y ceros habrá logrado algo importante para la humanidad. Mientras tanto, si no hay otra alternativa, sigamos explorando las muchísimas posibilidades didácticas de la videoconferencia. Solo Skype facilita la puesta en práctica del método socrático cuando nos separan decenas, cientos o miles de kilómetros.

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Suma teológica de Tomás de Aquino: Lectura detenida y comentada de la cuestión 94

Con este vídeo completo las explicaciones de los textos que pueden aparecer en Andalucía en las Pruebas de Acceso y Admisión a la Universidad (PAAU). En esta ocasión llega el turno a la Suma teológica de Santo Tomás de Aquino: Lectura detenida y comentada de la cuestión 94, que trata de responder a la pregunta «¿La ley natural, comprende muchos preceptos o uno solamente?».

El resto de vídeos sobre todos los textos que pueden aparecer en la selectividad son los siguientes:

Kant: ¿Qué es la Ilustración?

Discurso del método de Descartes: Lectura detenida y comentada

El mito de la caverna de Platón en su texto original.

(Imagen Creative Commons de Madison Berndt)
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Instrucciones sorprendentes sobre la enseñanza bilingüe

Esto es lo que dicen las instrucciones del 7 de junio de 2017, de la Dirección General de Innovación, sobre la organización y funcionamiento de la enseñanza bilingüe para el curso 2017/18:

No veo problema alguno en lo referido a primero de bachillerato, pero en cuanto a segundo de bachillerato el desastre podría ser mayúsculo: ¿cómo es posible impartir la clase de Historia de la Filosofía en inglés y que luego el examen de selectividad se realice en lengua española? ¿Cómo enseñar durante solo dos horas semanales conceptos filosóficos complejos en una lengua distinta de la que luego se utilizará en la Prueba de Acceso y Admisión a la Universidad? ¿De qué forma realista se pueden trabajar textos complicados en inglés y que luego se examinen de ellos en español?

Lo razonable es que si los estudiantes cursan la materia en inglés también se les examine en dicha lengua o ¿piensan los administradores educativos que es posible resolver un examen de selectividad como el que apareció el pasado mes de junio habiendo impartido solo el 10% de la asignatura en español?

Para evitar este nuevo desprecio a la filosofía es más sensato que los estudiantes cursen en la lengua extranjera exclusivamente aquellas materias que no serán objeto de examen en selectividad. Sociología, Psicología, Ciudadanía y otras tantas optativas bien podrían cumplir con este criterio, pero llevarlo a la práctica es un engorro, si no imposible, por clausulas como que «el alumnado pueda elegir entre ellas, de manera que todo el alumnado de un mismo curso tenga el mismo número de horas de enseñanza bilingüe».

En cualquier caso, la realidad es que como se siga proponiendo la Historia de la Filosofía o la Historia de España para ser impartidas dentro del programa de bilingüismo de segundo de bachillerato los profesores se verán obligados a cometer fraude pues se enfrentan al complejo dilema de ejecutar la ley (a sabiendas de su insensatez) o de incumplirla (enseñando en español para que sus estudiantes obtengan mejores resultados en la selectividad). ¿Usted qué haría? ¿Algún estudiante lector de este blog ha conseguido buenos resultados en la PAAU habiendo estudiado la asignatura en inglés?

A la vista del descalabro no puedo evitar plantearme la misma cuestión que se hacen en Naukas: ¿quién vigila a los que nos forman?

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Libros de texto para el departamento de Filosofía

Ya está disponible el proyecto completo de libros de texto de la editorial SM para impartir las materias de los departamentos de filosofía de los institutos de Educación Secundaria.

Coordinados por Ana María Hernández Prieto desde la editorial y por Félix García Moriyón, llevamos trabajando en él tres años incorporando la nueva legislación educativa y está diseñado, fundamentalmente, para fomentar el pensamiento crítico de los estudiantes, el diálogo, la reflexión filosófica y la argumentación en clase, adaptando concienzudamente cada uno de estos elementos a las edades del alumnado —desde los doce hasta los dieciocho años— recogiendo el testigo de un novedoso proyecto filosófico que también existe en la Educación Primaria.

La nueva ley exige que hay que filosofar con jóvenes desde los doce años y en el proyecto nos lo tomamos muy en serio dado que quienes formamos parte de él así lo hemos considerado siempre. Es cierto que la materia se denomina, incomprensiblemente, Valores Éticos cuando debería ser Filosofía a secas porque el contenido es absolutamente filosófico como pueden comprobar en el Real Decreto de currículo básico; vean esta muestra de lo que hay que evaluar a los doceañeros:

6. Establecer el concepto de normas éticas y apreciar su importancia, identificando sus características y la naturaleza de su origen y validez, mediante el conocimiento del debate ético que existió entre Sócrates y los sofistas.

9. Entender los principales aspectos del eudemonismo aristotélico, identificándolo como una ética de fines y valorando su importancia y vigencia actual.

6. Comprender el desarrollo histórico de los derechos humanos, como una conquista de la humanidad y estimar la importancia del problema que plantea en la actualidad el ejercicio de los derechos de la mujer y del niño en gran parte del mundo, conociendo sus causas y tomando conciencia de ellos con el fin de promover su solución.

Considero que con estos libros que ahora presentamos se puede trabajar con rigor y con placer la filosofía con niños y adolescentes.

Si hay que agradecer algo a la polémica ley educativa es que haya incorporado el pensamiento filosófico en todos los cursos (aunque en algunos sea optativo), así que los departamentos de Filosofía deberían aceptar el reto y adoptar estas nuevas materias sin verse obligados a rebotarlas a otros departamentos, es decir, solicitando a las administraciones más profesores de filosofía que las impartan porque es precisa una buena formación filosófica para, por ejemplo, evaluar aspectos exigibles en primero de ESO como:

1. Comprender y valorar la importancia de la relación que existe entre los conceptos de Ética, Política y “Justicia”, mediante el análisis y definición de estos términos, destacando el vínculo existente entre ellos, en el pensamiento de Aristóteles.

2. Conocer y apreciar la política de Aristóteles y sus características esenciales, así como entender su concepto acerca de la justicia y su relación con el bien común y la felicidad, elaborando un juicio crítico acerca de la perspectiva de este filósofo.

Ya es hora de zambullirse también en los procelosos primeros cursos de la ESO con nuestra importante materia. Enseñar en Bachillerato es apasionante pero animemos también a los más jovencitos a amar la filosofía porque, aparte del beneficio personal y social, en ello estriba la superviviencia de la filosofía en futuros planes de estudio.

Creo que nuestros libros, respaldados por los manuales para el profesor, facilitarán el disfrute de la asignatura incluso con los alumnos más pequeños, pero como soy parte interesada en el proyecto —lo que me impide ser objetivo— les recomiendo, si no se fían de mi palabra, que soliciten muestras a la editorial y comprueben la solidez del programa.

El proyecto está conformado por los siguientes libros (si clican en los enlaces pueden acceder a la tienda para adquirirlos):

Aprovecho para desearles un feliz inicio del curso 2016-2017.

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Hegel o el odio a la filosofía

No acabo de entender la inclusión de Hegel en los planes de estudio de la educación secundaria porque poco aporta, en comparación con Platón, Aristóteles y otros más contemporáneos, a la vida de los jóvenes; es muy bueno estudiarlo en la universidad o de forma voluntaria, pero forzar el estudio de Hegel en la secundaria es un flaco favor para el buen nombre de la filosofía en la sociedad.

Este comentario me granjeará enemigos entre los que van de elitistas filosóficos, pero el objetivo de la secundaria es enseñar a amar la filosofía, no a memorizar conceptos ininteligibles; es de todo punto imposible enseñar el galimatías hegeliano en dos lecciones. En cualquier caso, los jóvenes verdaderamente interesados ya tendrán tiempo a lo largo de su vida para entenderle, a él y a otros autores grises que pueblan las aulas de filosofía.

Las autoridades educativas deben de ignorar que hay filósofos más interesantes que Hegel y asequibles para los estudiantes de Bachillerato. A ver si empiezan a incluir en los planes de estudio a filósofos provocadores y sugerentes que hacen amar la filosofía como Zizek, Lipovetsky, Gustavo Bueno, Markus Gabriel, Manuel Castells, Byung-Chul Han… Mientras no actualicen a los filósofos la mayoría de los estudiantes seguirá detestando la asignatura de filosofía y la sociedad en su conjunto ni se inmutará por la reducción horaria en los planes de estudio.

Y es que empiezo a sospechar que la reducción horaria de la filosofía obedece, más bien, a que autores como Hegel son un tostón dogmático y una pérdida de tiempo para el pensamiento crítico tan necesario en la sociedad actual.

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Libro de texto de la asignatura «Filosofía» de primero de Bachillerato

La editorial SM acaba de publicar el libro de texto de la reformada asignatura Filosofía de primero de Bachillerato en el que he tenido el placer de colaborar diseñando materiales digitales. Los autores son Félix García Moriyón, Tomás Miranda Alonso y  Lucía Sainz Benítez de Lugo y la coordinación del crucial trabajo editorial ha estado a cargo de Ana Hernández. Está mal decirlo pero sinceramente pienso que es un libro espléndido y servirá para dar más valor a tan importante y amenazada asignatura.

Como mi opinión, ciertamente, no puede ser del todo objetiva, durante varios días puede usted juzgar por sí mismo el libro completo en este enlace. (PDF) (ACTUALIZACIÓn: enlace ya eliminado porque el libro ha sido actualizado).

Les dejo con la presentación:

El presente es un curso de introducción a la filosofía en una edad especialmente importante: esa etapa de la vida en la que las personas tienen que construir y reconstruir su imagen del mundo y de sí mismas, intentando responder a las preguntas básicas que todo ser humano se formula: ¿qué clase de persona quiero ser?, ¿en qué clase de mundo quiero vivir?

O, planteadas de otro modo, las cuatro grandes preguntas que, según Kant, sintetizaban la tarea filosófica: ¿qué podemos saber?, ¿qué debemos hacer?, ¿qué podemos esperar?, ¿qué es el ser humano?

Esas cuatro preguntas kantianas son las que han guiado la elaboración de este libro que os presentamos. Cuatro preguntas, cuatro bloques, y los grandes temas de la filosofía, especialmente la occidental, pero sin olvidarnos tampoco de otras tradiciones, ocupan el contenido de este libro. Os presentamos, por tanto, una genuina introducción a la filosofía, que recoge los matices que introduce la nueva legislación y los enmarca en el territorio amplio de la reflexión filosófica.

Al tratarse de una introducción a la filosofía, hemos apostado por ofrecer un texto en un lenguaje asequible a quienes están apenas familiarizados con la complejidad abstracta de las reflexiones filosóficas. El lenguaje asequible tiene más que ver con la cortesía del filósofo que con la trivialización de los contenidos propios de la tradición filosófica. Hay que ir introduciéndose en un lenguaje cada vez más preciso, de tal modo que esa riqueza conceptual permita abordar con mayores garantías la respuesta ineludiblemente personal que se debe dar a las preguntas planteadas. Ese es, sin duda, uno de los objetivos de un buen curso de introducción a la filosofía.


Pero no basta con eso. Hay también que provocar la reflexión y eso se consigue problematizando lo que se da por supuesto y desvelando las carencias, sesgos y prejuicios no fundamentados. Debemos recuperar y activar la curiosidad y el asombro, características propias de la infancia que con frecuencia se debilitan con los años, pero que Aristóteles situaba como pivotes sobre los que se articulaba la reflexión filosófica.

Y, además de conceptualizar y problematizar, es necesario aprender a argumentar, a dar cuenta y razón de las propias ideas, para que dejen de ser puras ocurrencias o tópicos manidos y pasen a convertirse en puntos de vista bien fundados, que pueden ser defendidos en el debate público, dando así cumplimiento a esa parrexía que era central en la democracia ateniense.

Ese es el hilo conductor de nuestro libro, en el que ponemos a vuestra disposición abundantes materiales para poder transformar el aula en una genuina comunidad de investigación filosófica para atraer el interés y descubrir que solo es realmente valiosa una vida reflexiva.

Como autores tenemos una larga experiencia impartiendo la asignatura y un sólido dominio de la metodología de Filosofía para Niños, una de las propuestas que más ha contribuido en los últimos decenios a innovar y enriquecer la enseñanza y el aprendizaje de la filosofía.

Los autores

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Huérfanos de Sofía

Ante las amenazas que últimamente  se ciernen sobre las asignaturas filosóficas en la educación secundaria es importante que se alimente el debate y, con él, la argumentación sosegada con obras de gran calidad reflexiva como Huérfanos de sofía. Elogio y defensa de la enseñanza de la filosofía, publicado por Fórcola.

Me interesan particularmente los capítulos escritos por los profesores de enseñanza secundaria, quienes están al pie del cañón y conocen en primera persona la problemática sobre la vulnerabilidad de la asignatura y las ciertas dificultades que surgen en el aula cuando se imparte. No obstante es de agradecer la fundamentación teórica sobre la legitimidad y necesidad de los estudios de esta asignatura que aportan varios profesores universitarios en los capítulos finales de este recomendable libro. Eso sí, hubiera sido muy importante haber dedicado un capítulo a la enseñanza de la filosofía en la educación primaria, algo que no acierto a comprender por qué no se ha planteado.

El primer capítulo lo escribe el profesor Manoel Muxico y consiste en una interesante entrevista con cinco de sus antiguos estudiantes. De su exquisita educación y sus bien argumentados comentarios se deduce que Muxico ha escogido a estos jóvenes por su brillantez y capacidad analítica, pero echo en falta también otra entrevista con los estudiantes no tan modélicos, con los que padecen desestructuración familiar y problemas económicos e, incluso, hubiera sido bueno haber leído también una charla en la que intervinieran estudiantes que en clase son disruptivos. Y es que ¿la asignatura de filosofía aporta algo a los que sufren carencias económicas o intelectuales o no es más que una materia apropiada para jóvenes brillantes y con las necesidades materiales cubiertas? La respuesta no es obvia para todo el mundo, de ahí algunas de las justificaciones (erróneas) para tratar de extirparla de los planes de estudio.

El segundo capítulo lo escribe la profesora Ana de Lacalle y es el que más me ha sorprendido porque defiende una práctica didáctica diferente a mi forma de entender la educación. Indica en su curriculum (que figura al final del libro junto al de los otros autores) que ha desarrollado cursos del programa de Matthew Lipman pero, sin embargo, escribe algo diametralmente opuesto a lo que propone el fundador del programa Filosofía para Niños: «el sistema educativo falla de raíz cuando propone una metodología en la que el alumno sea el protagonista de su aprendizaje y el profesor un mero orientador» (p. 45); a diferencia de Lacalle, sí creo que el profesor deba aspirar a ser un facilitador aunque, ciertamente, sea complicado lograrlo con efectividad. Tampoco me termina de convencer su propuesta de explicar en clase exclusivamente una historia de la filosofía en vez de filosofía-a-secas (cfr. p. 50); de hecho, en mi modesta y quizá errónea opinión, habría que eliminar del temario a varios filósofos históricos que poco aportan al joven de hoy en día en comparación con otros contemporáneos que pasan desapercibidos para quienes diseñan el curriculum oficial. Me parece claro que se puede filosofar sin conocer la historia de la filosofía, especialmente cuando se trata de enseñar filosofía a los adolescentes; sobra decir que de esto no se desprende que la historia de la filosofía deba ser fulminada. En cualquier caso siempre se agradece conocer formas distintas de entender la didáctica para cuestionarse uno mismo si va por el buen camino en el difícil arte de educar.

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Es inevitable que un libro de filosofía escrito por tantos autores entrañe numerosas perspectivas, a veces contradictorias entre sí. De este modo al texto de Lacalle se le opondría el del profesor Ramón Sánchez Ramón —más próximo a mi forma de entender la educación— para quien «los protagonistas no somos nosotros, los profesores, sino los alumnos» (p. 59). Comparto totalmente su discurso crítico sobre cómo se entiende la figura del profesor:

El alumno calla, las miradas convergen en el profesor, que está en el centro del escenario, y la voz devuelve a la mirada un saber clausurado que es vertido en los alumnos a los que supone ignorantes. Es una escenificación de la autoridad que convierte al alumno en cosa, en un vaso que debe ser llenado (…). El profesor no es profesor porque como tal lo reconozcan los alumnos, sino que llega al aula ya revestido de autoridad. Su derecho a la palabra no se lo da la mirada de los alumnos, ni su mutuo reconocimiento, sino la autoridad que desde fuera ha montado el escenario y ha escrito el guión. Ser profesor no es una circunstancia vital, ni una experiencia, sino un título que viene dado antes de comenzar la clase. (p. 62).

Prosigue Sánchez afirmando que

Nuestras clases tienen que ser un lugar donde se hagan preguntas que importan y nuestro trabajo es mostrar que merece la pena buscar respuestas, aunque sea una tarea trabajosa y que exige estudio, conocimientos y un aprendizaje. Debemos apartarnos de la cabecera del aula y ponerlos en conversación con los que nos han enseñado a pensar. (p. 74).

Estoy convencido de que si la filosofía se explicara siempre a la manera lipmaniana no habría generado tanta animadversión entre la sociedad. Y es que, seamos sinceros, las prácticas didácticas pobres —y no la filosofía per se— están en el origen de la mala fama, con sus excepciones, que tiene esta asignatura entre la sociedad, hecho que ha sabido aprovechar el gobierno  para demagógicamente atacarla con la complicidad silente de las gentes.

El siguiente capítulo lo escribe otro profesor de secundaria, Damián Cerezuela Frías, que prosigue la línea socrática-lipmaniana del capítulo anterior, en el que destacaría el siguiente párrafo que con el que me identifico:

Con la ayuda de textos sencillos o adaptados, y ejerciendo de posibilitador mayéutico, la clase podrá convertirse en una comunidad de investigación filosófica siempre que se evite caer en una especie de debate televisivo donde lo importante sea vencer (p. 85).

A continuación escribe el profesor Àlex Mumbrú, coordinador del libro a quien hay que felicitar por tan importante iniciativa. Su escrito trata sobre las servidumbres de la filosofía y da con la clave de la esencia de la didáctica de la filosofía, con la que estoy de acuerdo:

«Pero si me lo sabía todo», arguyen. No es hasta que perciben que no se les pide una repetición papagayesca de los apuntes e clase, sino una argumentación razonada y coherente sobre un determinado problema, que comienzan a comprender por dónde discurre la asignatura (p. 104).

El más crítico de todos los capítulos es el de Salas Sánchez Bennasar que no deja profesor universitario con cabeza. Me limitaré a compartir algunas de sus perlas:

Los profesores daban las explicaciones sin notas, sin ganas; llegaban tarde, se iban temprano, o directamente no aparecían. Como anécdota: ya sabíamos los alumnos que no hacía falta ir a la clase de cierto profesor se caía el día después de un partido del Barça. No me lo invento (p. 109). Ahora me siento horrorizada de la timidez inculcada en mí a base de apuntes catatónicos y afirmaciones categóricas. Así que el primer año en Londres fue para mí un año de ruptura, de intentar deshacerme del bagaje que arrastraba. (p. 111). [En Inglaterra] el profesor no se ofende si el estudiante le pone pegas y le pide explicaciones, sino todo lo contrario (p. 112). Es innegociable la concepción de la filosofía como diálogo (p. 114). [En España] la educación de la filosofía no está dirigida a formar buenos pensadores (p. 118).

Maravillosa ilustración de cubierta realizada por Ben Tolman y titulada «Cognitive Transformation» («Transformación cognitiva»). Clique para ampliarla. (c) http://bentolman.deviantart.com/art/Cognitive-Transformation-full-16853186

Los últimos siete capítulos los escriben profesores universitarios que no sé si compartirían las palabras de Sánchez Bennasar. Sin duda se trata de excelentes disertaciones acerca del papel de la filosofía en la educación y en la sociedad en general, analizada desde diversas perspectivas: la fenomenología, la teoría de campos de Bourdieu, la ética aplicada, etc., que merecen ser leídos con atención porque ayudan a entender las razones profundas que explican que la filosofía sea importante en el proceso formativo de los adolescentes.

En definitiva, Huérfanos de Sofía es una lectura obligatoria para profesores —no solo de filosofía— que deseen mejorar su labor docente y reflexionar sobre la importancia de su trabajo personal y diario en el aula de filosofía, labor que estos días tanto parece cuestionar la sociedad en general y el gobierno en particular.

FICHA TÉCNICA: Título: Huérfanos de Sofía. Elogio y defensa de la enseñanza de la filosofía Autor: Varios autores. Coord. por Àlex Mumbrú ISBN:978-84-15174-93-6 Nº de páginas: 243 Encuadernación:Tapa blanda Año: 2014