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Gitanos rumanos maltratados

Leo y releo una y otra vez algunos de los comentarios que aparecen en el artículo (puede leerlo en este enlace) que nos dedicó hoy domingo el periódico ABC y quedo absolutamente aterrado. Creo que los escritos más horrendos los han eliminado por atentar contra los principios más básicos de dignidad humana, pero aún quedan algunos que consternan a cualquiera con un mínimo de sano sentido moral. La ignorancia es osada, de hecho algunos alumnos fueron atrevidos pero tras su experiencia se arrepienten de algunas barbaridades infundadas que pensaban sobre el pueblo gitano rumano; los que decían que había que matarlos a todos ya retiran sus argumentos que compartían ingenuamente en clase de Ciudadanía, de Ética o de Filosofía.

Los comentaristas que destilan tanto odio deberían vivir una experiencia como la nuestra para constatar que su opinión visceral surge de prejuicios falsos (o por lo menos para empezar a sospechar que quizá estén equivocados). El desprecio que les muestra la gran mayoría de la sociedad convierte a este pueblo en maldito sumergiéndole gradual e inevitablemente en la marginación más absoluta. Si no hay instituciones fuertes y comprometidas que rompan la espiral de odio e intenten solucionar el problema, nos acercaremos irremisiblemente a una solución final; creo que no exagero como ya expliqué en su momento. La clave para evitarlo estriba en la educación de unos y de otros.

«Clases de tolerancia para jóvenes en El Gallinero» es el título que ha dado el periodista Luis Miguel L. Farraces al bonito y descriptivo reportaje en el que incluye también un vídeo que bien resume nuestra experiencia de convivencia entre mis estudiantes del IES «Los Batanes» de Viso del Marqués y los jóvenes gitanos rumanos del poblado «El Gallinero» en la Cañada Real. Seguro que me acepta un par de objeciones: tengo fobia a la palabra tolerancia porque connota cierta superioridad condescendiente de un grupo sobre otro; «yo te tolero» se me aparece como un «te dejo vivir aunque podría no hacerlo porque tú eres inferior, tú preocúpate sólo de no molestarme»; prefiero el término respeto. El segundo pero es que Luis Miguel me da demasiado protagonismo cuando no he sido más que un simple facilitador arropado por el ímpetu de mis jóvenes estudiantes, verdaderos protagonistas de la experiencia junto a los gallináceos. En cualquier caso le doy las gracias por habernos dedicado toda una jornada para hacer el reportaje y por la amabilidad con que lo ha hecho.

Les dejo con algunos comentarios de los comentarios que algunos han ido dejando en el reportaje.

28. Bien, así recibirán lecciones prácticas de empresariales (tejido empresarial gitano), microeconomía (trapicheos), sistema jurídico (a torta limpia y navajazos), enfermería (técnicas de usos de las jeringuillas), sistema sanitario (eso se cura con tierra y sal), recursos hídricos (un cubo de agua para un mes), recursos minerales (robo de cobre y compra de oro), sector textil (3 tobaallas a mir pesetaa), servicios de transporte (muleros),…..

Los tópicos que indicas más bien parecen de gitanos españoles. ¿Has visto algún gitano rumano en un mercadillo vendiendo toallas? En cualquier caso quiero datos y cifras, no ingeniosas frases que profundizan en la estigmatización de un pueblo (el gitano en general) que es muy diferente a como se suele imaginar.

25 Un puente de hostias les tendia yo hasta Bucarest. Delicuentes Expulsion.

Son ciudadanos europeos, no se les puede expulsar de Europa. Quizá tu animadversión sea debida a programas de televisión vomitivos y mentirosos como este, que animan al odio a partir de imágenes manipuladas, medias verdades y su incapacidad de analizar con rigor el problema; no en vano su presentadora, Mercedes Milá, es experta en telebasura.

23. Jeje. !Cuánto idiota! A estos les ha propuesto el ministro de trabajo de Rumanía darles trabajo en su país con un sueldo de trescientos euros al mes y lo han rechazado. En España ganan mucho más a base del gratis total y los que trabajan lo hacen mendigando o robando cobre….. Lo que hay que aplicar es la ley de extranjería y las extradiciones. Y todos estos – que no tienen trabajo conocido- a sus países.

He buscado la noticia que citas en Internet y no existe. Propalando falsedades se demoniza a un pueblo y las consecuencias pueden ser pavorosas. Tú y miles de propaladores preparan el ambiente de agresividad social para que otros pongan la puntilla.

21. El Viso del Marqués es mi pueblo. Espero que los gitanos rumanos de El Gallinero no nos devuelvan la visita.

Si los conocieras personalmente no osarías decirlo.

19. Bien, recuerdo en mi infancia que solíamos hacer excursiones y visitas guiadas a museos, empresas productivas, fábricas e industrias, instituciones públicas, eventos deportivos, senderismo, jardines botánicos, centros culturales, exposiciones, etc. Claro que si queremos seguir siendo primer productor de pepinos….

En tu infancia la realidad social de España era muy distinta a la de ahora. Además, hoy en día también se sigue yendo a museos y se hace todo eso a lo que te refieres.

7. Muy bonito, ya.. que guay, que estupendo…. abrid los ojos!!! hoy cada uno de ellos está a lo suyo, los del instituto no se acordarán de los de las chabolas… y cuando lleguen a sus casas pensarán: «menos mal que yo no vivo allí».. pero ayudarán? pues no… eso es así…y los de las chabolas, pasarán de integrarse, seguirán a lo mismo… y de cada mil saldrá 1 de allí que estudiará y tendrá una vida de verdad… que todo es querer… pero es que ellos no quieren….así que, ya veis.. que guay somos todos, pero tu en tu casa y yo en la mia… y yo, por supuesto que nunca dejaré que mi hijo vaya a una chabola…si más lejos está del mal camino más difícil es que lo coja…y no soy racista, soy realista…

Hablas por hablar, sin conocer la opinión ni los planes de los alumnos. Dirías algo así como «tierra trágame» si vieras de frente la realidad y no quedaras en la simple doxa.

6. El problema no es q los aceptemos, sino q ellos no saben, no quieren integrarse. Ya esta bien de demagogias y pamplinas.

Imagínate en un país extraño sin medios económicos para subsistir. ¿Cómo te comportarías tú mismo si no hubiera programas de integración? La Unión Europea no la están construyendo los políticos, la crean día tras días profesoras como Flora en escuelitas diminutas pero de corazón inmenso, fabricadas con chatarra pero de estructuras humanas muy sólidas. Dices bien cuando afirmas que «no saben»; por eso se les intenta educa a pesar de las enormes dificultades. La educación es la clave para construir un mundo mejor.

1. Luego que se lleven un par de gitanos cada chaval a su casa a pasar unas vacaciones. A ver que pasa.

Pasaría lo mismo que si se llevaran un par de ingleses o alemanes. La convivencia es algo difícil, sea cual sea la nacionalidad o la etnia. Tendrían buenos momentos y, por supuesto, malos. ¿Y?

Fotografías: CC Ramón Martín

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Convivencia con los gitanos rumanos del poblado «El Gallinero» en la Cañada Real

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«Hoy se ha marcado un antes y un después en mi vida», me dijeron algunos alumnos el pasado viernes en el autobús de vuelta a casa.

Todo empezó la mañana del viernes 27 de mayo cuando veinticuatro de mis jóvenes estudiantes del IES «Los Batanes» de Viso del Marqués se dispusieron a contrastar sus prejuicios y valoraciones éticas acerca de los gitanos rumanos. La animadversión generalizada en toda Europa contra este grupo étnico hacía necesaria una actividad extraescolar como la nuestra.

A las 10:45 de la mañana llegamos a «El Gallinero», el poblado de gitanos rumanos situado en la Cañada Real Galiana a su paso por Madrid, una de las zonas más problemáticas de España. A esa hora una treintena de simpáticos gitanos rumanos subieron impetuosamente al autobús provocando la consternación inicial de mis estudiantes. Los prejuicios son difícilmente erradicables siendo su eliminación uno de los objetivos del viaje.

Este vídeo (haga clic aquí) captó el momento del primer contacto entre mis estudiantes y los vecinos de «El Gallinero» (a los que me referiré desde ahora como «gallináceos», término cariñoso con el que le denominan algunos cooperantes). Se trataba de generar vínculos para que -quizás- al finalizar el día nos abrieran sus casas como a amigos y comprobáramos de frente la injusticia en la que se hallan inmersos a diario. Dos impresiones se constatan en el vídeo: la de la timidez de mis alumnos, rota por saludos artificiosos y asustados, y la de la ilusión eufórica de los gallináceos. Para mi alegría, al finalizar el día el resquemor desaparecería y el entusiasmo sería común a todos nosotros.
Antes de entrar en el autobús las alumnas de 2º de Bachillerato (mis monitoras a las que estoy realmente agradecido porque sin su ayuda esto no habría sido posible) repartieron las pegatinas que diseñaron días atrás; el logotipo que allí aparecía representa muy bien la finalidad de nuestro viaje: el cocodrilo (mascota de nuestro instituto) se dispone a desayunarse una rata, el animal nefando que campa a sus anchas en El Gallinero. Varios de los jóvenes que nos acompañaron han sufrido sus mordeduras ante la lamentable indiferencia del mundo. La sensibilidad de Fernando León de Aranoa explica muy bien esta ignominiosa situación en su reciente artículo «Hamelín, Madrid«, del diario Público.

Una simple pegatina es un regalo que despierta la sonrisa más entrañable de los «gallináceos». A pesar de la penuria con que han de convivir día tras día ¡los niños siguen sonriendo!

También agradecimos las camisetas con que nos obsequiaron a todos. En ellas se podía leer «Gallardón, bota a las ratas del Gallinero». Que existan niños viviendo entre ratas es algo malévolo y es obvio decir que debería haber mecanismos para evitarlo. Algún día escribiré acerca de lo que sucede en El Gallinero y las numerosas similitudes con la vida de los judíos en la Alemania nazi de los años treinta previa al Holocausto (creo que no exagero ni intento banalizar el sufrimiento judío).

Tras atravesar las penosas calles de la Cañada Real (vea el vídeo), llegamos a la Iglesia de Santo Domingo de la Calzada, perteneciente a la Diócesis de Madrid; su modesta edificación contrasta con su magnánima presencia en medio del mundo del dolor, rodeada de algunas tiendas de campaña en las que los drogadictos refugian sus últimos días en esta vida. Si alguien o algo representa el verdadero sentido del mensaje cristiano es esa parroquia de valientes en medio del infierno. En su interior se vive la divinidad, incluso para los no creyentes. Es la única Iglesia del mundo en la que el altar se utiliza como mesa de trabajo. Allí los gallináceos nos invitaron a comer el sarmale y otras ricas comidas romaníes.

Paco Pascual nos dio una emotiva bienvenida (haga clic aquí para ver el vídeo). Afirmó que «somos una raza, la raza humana y un solo país, el mundo». Algo que por tópico no deja de ser cierto y que precisamente por ser un discurso manido muchos no reparan en pensarlo detenidamente. De tan sencillo y obvio que es, parece como si sólo los niños fueran capaces de entenderlo. Paco prosiguió diciendo que mis alumnos «son unos héroes porque no cualquiera es capaz de llegar allí», donde estaban ellos; el silencio emotivo que se produjo se rompió con un sonoro aplauso. Fue con la emoción de Paco cuando mis alumnos tomaron conciencia de la importancia de esta convivencia y desde ese instante el optimismo, la alegría y el compañerismo se hicieron presentes en todo momento.

A continuación nos dispusimos a organizar la convivencia (haga clic aquí para ver el vídeo). El parque de atracciones no era más que una excusa para generar un ambiente que propiciase la comunicación. Mis alumnos españoles y los gitanos rumanos no se consideraban interlocutores válidos respectivamente, así que había que crear con ímpetu una comunidad de diálogo.

La llegada al Parque de Atracciones transcurrió sin apenas problemas (vea el vídeo de mis intentos para que mis estudiantes y los gallináceos se sentaran). Los encargados del Parque me llamaron la atención porque algunos chavales daban volteretas y saltos (vea en este vídeo algunos ejemplos de sus habilidades). Tuve que hacer que me enojaba pero por dentro decía «menudo arte tienen»). El comportamiento de todos fue exquisito.

La comida en común en el merendero del Parque transcurrió sin incidentes. Las viandas manchegas se mezclaron con las rumanas en lo que fue un estupendo intercambio culinario. Tras montar en las numerosas atracciones nos preparamos para volver a «El Gallinero» y despedirnos de los que ya empezábamos a considerar amigos. Por cierto, si hubiera que poner banda sonora a nuestra excursión, sería la de «El canto del loco»; sonaba constantemente y las palmas de gallináceos y manchegos estaban totalmente compenetradas (vea este vídeo).

Contemplar sus casas y su escuelita (mantenida por Flora, la abnegada maestra que hace milagros educativos en los niños) causó una gran impresión (vean el vídeo). Algunas alumnas no pudieron reprimir sus lágrimas. Dicen que esa imagen no se les va a olvidar fácilmente. La vida es así, es bueno que sepan que hay una realidad distinta a la suya. Además queda claro el mensaje: al saber que hay un problema pueden empezar a buscar soluciones (antes ni siquiera eran verdaderamente conscientes de esta penuria más allá de noticias distantes y ajenas).

Si al principio había miedo, en la despedida había lágrimas. La tristeza embargó a mis estudiantes así como el deseo de volver a visitarles. Mientras exista este mundo del dolor no es fácil seguir jugando con la PlayStation. Creo que se les despertó la conciencia y me consta que han surgido vocaciones para dedicarse al mundo de la cooperación.

Como colofón final, el domingo, dos días después de nuestro viaje, se celebró la comunión de uno de nuestros jóvenes amigos de «El Gallinero». Como pueden ver, nuestro cocodrilo se disponía a comerse sin miramientos una de las asquerosas ratas en la parte frontal del altar.

Agradezco a mi compañero el profesor Ramón, a mi alumna Laura, a Casandra (vecina de El Gallinero) y al gran Paco Pascual (profesor de Filosofía jubilado que ha entregado al prójimo los años que le quedan) las preciosas fotografías y filmaciones que hicieron, algunas de las cuales ilustran este artículo. Si clican en ellas se ven ampliadas. También pueden ver más imágenes de la convivencia en estas dos páginas: PicasaFlickr, y organizaremos toda la documentación generada por el viaje en la web Viaje a El Gallinero de la Cañada Real. También dedicaré futuros posteos a cuestiones más concretas de este viaje.

 

Gracias también al equipo de cooperantes que sigue allí a diario al pie del cañón, al citado Paco Pascual, a María JoséJosé David así como tantos otros que no pudieron acercarse aquel día. También a Luismi, que por encima de su condición de periodista creo que es un auténtico cooperante; gracias por su vídeo que hizo para el diario ABC con el que comienza este artículo.

Para finalizar he de decir que ya llevo en mi mochila de las buenas personas que voy encontrando por el mundo a los veinticinco estudiantes que hicieron posible este viaje, uno de los que más me han marcado en mi vida: María, Isabel, Laura M., Eva, Luciano, Carmen, Alicia, Sara, Cristina, Patricia, Laura F., Verónica, Nazaret, Marta, Fernando, Irene, Beatriz, Saray, Jaime, Karina, Sandra, Francisco Javier, Inma, y Beatriz.

Ya estamos pensando en que los gallináceos nos devuelvan la visita. ¡Gracias amigos! ¡Estamos en deuda con vosotros! ¡Nos habéis ayudado a ser un poquito mejor personas!

 

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Viaje al Gallinero de la Cañada Real

Imperativo categórico kantiano exigido por mis alumnos en una pancarta Dentro de unas semanas vamos a visitar con los estudiantes la Cañada Real Galiana en su tramo por Madrid, en concreto estaremos en el Gallinero, poblado de mayoría gitana-rumana en el que mi amigo el profesor de Filosofía jubilado Paco Pascual junto a otros admirables voluntarios trabajan denodadamente día tras día para llevar la dignidad a esos que muchos contemplan como escoria humana, ladrones y gentuza. Es tal el estigma de esta comunidad de personas que lamentablemente no es extraño escuchar agresivas expresiones del tipo «p* gitanos-rumanos de m*» entre, incluso, los propios rumanos no gitanos inmigrantes en España. Es esta una realidad social invisible para los libros de textos y sesgada para las TIC que sin duda deben conocer mis estudiantes de primera mano.

Planteo el viaje de forma objetiva y sin valoraciones previas pues son vanos los discursos maniqueos. Como profesor de Filosofía, Ética y Ciudadanía la experiencia me dice que sobran las lecciones teóricas sobre la bondad y la maldad, la justicia y la iniquidad, la aporofobia y la reikofilia porque la Ética se aprende eficientemente viviéndola, enfrentándose a dilemas cara a cara, conociendo personalmente a los desheredados de la fortuna. Uno ante los alumnos no debería opinar sobre un problema ético pues para ello ya están sus familias con los valores que ellos estimen pertinentes transmitirles (si no fuera así me convertiría en una especie de sacerdote laico), pero sí que debo plantar al estudiante, tras la explicación teórica de los distintos sistemas éticos, frente a la cuestión concreta sin intermediarios y que, de este modo, vaya formando un juicio crítico y autónomo. Mi objetivo es que mis jóvenes aprendices vean directamente la pobreza y la marginalidad para enjuiciarlas con datos empíricos ajenos a sus instintos y emociones amigdalares así como a la escatología televisiva para, de este modo, facilitarles un pensamiento personal alejado de manipulaciones bien intencionadas.

Con esta actividad pondremos a prueba las dos estructuras que nos condicionan a los seres humanos en nuestra relación con el Otro: la natural y la cultural. Ambas nos determinan para odiar y despreciar al que es distinto y veremos si con nuestra visita se tambalean o, por el contrario, se consolidan.

En primer lugar la animadversión por este grupo humano con el que vamos a convivir viene determinada por la biología, dado que somos xenófobos empáticos naturales, como bien indica Kathinka Evers:

Desde un punto de vista biológico, los seres humanos experimentan una simpatía natural hacia los grupos a que pertenecen, y pueden comprender a los grupos a los que no pertenecen; pero sin embargo no están dispuestos a simpatizar del mismo modo con estos últimos. Muy por el contrario: nos conducimos como psicópatas naturales con la mayor parte del mundo. (Neuroética. Cuando la materia se despierta, Madrid, Katz, 2010, p. 132).

Quizá esta experiencia sirva para sobreponernos a los dictámenes genéticos que nos predisponen a la «psicopatía natural» que implica una abyecta indiferencia por el dolor de los demás. Digo predisposición y no determinación porque si no fuera así carecería de sentido nuestra actividad (no se puede huir de lo determinado). Salirnos de los cauces biológicos -los mismos que llevaron a las mujeres a la sumisión o a los débiles a la explotación- es lo que eleva al ser humano por encima de la animalidad. No basta con comprender, es preciso actuar y, quizá, simpatizar.

En segundo lugar está la influencia cultural marcada fundamentalmente por la televisión en la que es difícil detectar la manipulación y fabulación con que nos nutre.  No sé si exagero si afirmo que lo que sucede en nuestros días con estas comunidades de desamparados es similar -salvando la Solución final– a la situación de los judíos en la Alemania de los años treinta. Hace sólo ocho décadas la gran mayoría de los alemanes despreciaban a los judíos, a los que acusaban de sucios, ladrones y parásitos sociales. A ningún profesor se le ocurrió llevar a sus alumnos a convivir una jornada con ellos para ver si eran tan detestables como se decía, quizá muchos actos sencillos como ese habrían cambiado la Historia.

Los tenían aislados en guetos para que no molestaran y la bonhomía alemana impedía acercarse a semejantes seres escuálidos considerados como apestados infrahumanos. Los noticiarios previos a las películas de las salas de cine y numerosos filmes como Judío SüssLos RothschildEl judío eterno, se encargaban de mostrar imágenes denigrantes de esas piltrafas etiquetados despectivamente como  «judes» siendo contemplados como un cáncer y una aberración de la naturaleza (pueden ver un estudio detenido en la obra de Baruj Gitlis Las películas del odio. El cine nazi en guerra contra los judíos, en la editorial Alfa de Bnei-Brak así como en el documental que lo acompaña. Es muy pertinente en nuestro artículo el siguiente fragmento de la página 145:

Aquí radica el cinismo de la «película documental» como El judío eterno: personas encerradas en un mundo de inmundicia, como animales en jaulas hacinadas y su denigración es presentada como una forma de vida absolutamente normal, como si hubiera sido el modo de vida que esas víctimas del terror nazi eligieron voluntariamente; para ejemplificar simplemente la teoría de que los judíos no son personas como tú y yo.)

Hoy en día quizá esa función de demonización (justificada o no, eso ya lo veremos en consonancia con el principio de objetividad que quiero imprimir al viaje) la presten impactantes programas de televisión como Callejeros y Comando actualidad.

Es normal que algunos padres puedan estar preocupados por nuestro viaje. Debo decirles que soy absolutamente responsable de esta actividad educativa que hemos preparado con mucho rigor. Además, como dije al principio, visitaremos el poblado de El gallinero que, a pesar de ser parte de la Cañada Real, está muy apartado de la venta de drogas y de la delincuencia. Igualmente estaremos acompañados por cooperantes que conocen bien el lugar y que son muy respetados en la comunidad. En cualquier caso estaremos poco tiempo en su poblado porque vamos a convivir con ellos en el Parque de atracciones. Les recogeremos, nos enseñarán su poblado y después nos iremos a disfrutar de un día de diversión y aprendizaje mutuo en el que pondremos en práctica dinámicas de grupo y debatiremos al modo de Filosofía para Niños. Me consta que se sienten muy contentos de que un grupo de jóvenes españoles desee convivir con ellos unas cuantas horas olvidando prejuicios y abiertos al diálogo.

Nuestra actividad se enmarca dentro de los siguientes temas de nuestra programación didáctica según la legislación del Ministerio de Educación y la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha, estando aprobada por el Consejo Escolar:

Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos de 2º de ESO: Bloque III. Derechos y deberes ciudadanos. «Identificación de situaciones de violaciones de derechos humanos«.

Educación Ético-Cívica de 4º de ESO: Bloque V. Problemas de tipo social. «Factores que generan problemas y discriminaciones a distintos colectivos. Valoración ética desde los Derechos Humanos. Propuestas de actuación«.

Filosofía y Ciudadanía de 1º de Bachillerato: Bloque III. Filosofía moral y política.  «Las teorías éticas ante los retos de la sociedad actual: felicidad y justicia».

Historia de la Filosofía de 2º de Bachillerato: Bloque V. La filosofía contemporánea. «La filosofía marxista. Carlos Marx«.

Psicología de 2º de Bachillerato: Bloque V. Personalidad y vida afectiva. «Determinantes individuales y situacionales de la conducta«.

Además esta actividad contribuye a adquirir y consolidar las siguientes competencias básicas:

Social y ciudadana.

Autonomía e iniciativa personal.

Emocional.

En la página «Pobreza» de nuestro wiki iremos coordinando todo el trabajo de los alumnos así como recursos didácticos que van encontrando.

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Anarquismo con Félix García Moriyón

Hace unos días disfruté con mis alumnos de 1º de Bachillerato de la sabiduría de Félix García Moriyón a través de una videoconferencia en torno al tema del anarquismo. Tras la lectura previa de dos textos suyos («Obrero despedido, patrón colgado» y su artículo «Anarquismo» para una enciclopedia de próxima aparición)  los estudiantes pudieron plantear a Félix sus preguntas y reflexiones que pueden ver en el siguiente vídeo:

Obviamente mi objetivo no es convertir al anarquismo a mis estudiantes, de hecho yo no soy anarquista, pero mi labor como docente es la de exponer de forma objetiva -sin mostrar mis simpatías o antipatías- un amplio abanico de opciones políticas y éticas para que el alumnado vaya formándose un juicio crítico personal. ¡Que piensen ellos las cosas y no se las demos pensadas!

N.B. En nuestra wiki Filotic los alumnos están organizando el trabajo posterior al encuentro, para intentar obtener mayor provecho.