Propaganda china

Los estudiantes chinos defienden a sus gobiernos sin tapujos. Por más que intentara mantener debates sobre sus políticas en Taiwan, el Tíbet o Mongolia, la defensa de sus dirigentes era exagerada. «Son una minoría los que no quieren pertenecer a la gran China, y el gobierno debe destruirlos», argüían.

Es curioso observar en el aula, a diferencia de España donde nos imponen el retrato de un rey o antaño el de un dictador, no existen símbolos polícos. Sin embargo, al salir a la calle, uno sucumbe ante los enormes carteles cantando las excelsas virtudes de sus políticos y los logros de sus padres fundadores.

Es tal la presión mediática sobre la población que es difícil razonar con la mayoría de los jónvenes sobre estos asuntos. ¿O quizás es la presión mediática occidental la que me impide razonar a mí?

 

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