La madre de unos de los jóvenes dominicanos que ayudan en el desarrollo de la comunidad padece desde hace varios meses de cólico miserere. Expulsar por la boca los propios excrementos es el dolor más insoportable que quepa imaginar.
Él está muy afectado por ello, lo cual atenús ayudado por el ron. Cuando la resaca pasa se le presenta la dolorosa realidad, inasumible, injusta, despreciable. Todos los días, a todas horas, los vecinos visitan a su madre para hacerle compañía.
Por las noches se oyen cantos religiosos en su honor.
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