Hoy vinieron tres estudiantes, varones, a pedirme que les permitiera no asistir a clase porque esta tarde era el gran partido de fútbol del año: Persépolis contra Esteglal. Yo les di trabajo que hacer a cambio de no ir a clase y ellos aceptaron gustosos (la verdad es que no lo volveré a permitir, porque luego me toca corregir, a parte de ser una injusticia con los que sí asistieran al aula, así que no os acostumbréis).
Entre la clase de Literatura y la de Lenguaje Periodístico decidí acercarme al comedor a beberme un zumo y me encontré a los hombres viendo el balompié tranquilamente:
Pero lo que más me sorprendión es que en la parte del comedor exclusiva para las mujeres pasaba esto:
¡Y eso que las mujeres tienen terminantemente prohibido asistir al campo de fútbol en este país!
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