Acostumbrado a los minúsculos y claustrofóbicos departamentos de los institutos de España en que me tocó trabajar, los de Chequia son espaciosos, con amplias estanterías, cuentan con grifo para, entre otras cosas, hacer te y, lo más interesante, desde aquí se puede ver a los alumnos en clase a través de una ventana.
Deja una respuesta