El desequilibrio como orden

Cartelón en edificio de Teherán con Jomeini y niño mártir basiyi
Un físico titularía algo así como «El equilibrio dinámico» el último libro de Francisco Veiga El desequilibrio como orden. Una historia de la Postguerra Fría 1990-2008 (Alianza Editorial, 2009) porque en él describe, con el rigor científico de un físico teórico, las relaciones de fuerzas encontradas que dominan hoy al planeta y que, asombrosamente, se anulan unas a otras permitiendo que el mundo siga «tranquilo» su discurrir. No en vano es constante el uso del término físico de «implosión» a lo largo de toda la obra, connotando que los países se comportan como  átomos sometidos a las leyes de la naturaleza en las que el espíritu humano poco tiene que decir; la inexistencia de la libertad, ya saben.

El libro está dividido en cuatro partes: la primera de ellas se dedica a lo que Veiga tilda de verdadera Postguerra Fría (1990-1995); la segunda trata sobre el período que transcurre desde 1996 a 2000, años en que cuaja la globalización; la tercera versa sobre los años 2001-2008, etapa en la que emergen las potencias de Brasil, China e India; las últimas páginas se acercan a la gran crisis de 2007-2008, cuyos efectos sufrimos en la actualidad.

Diría que el autor es de tendencia socialdemócrata, lo que infiero de su crítica a Bush (suave y diplomática, eso sí) y a la economía capitalista que llevaba implícita la crisis que se explicita en los últimos meses. No me atrevería a afirmar que es de tendencia más izquierdista porque no toma partido en el asunto del imperialismo occidental ni en el de los movimientos reivindicativos sociales. Como historiador que observa desde lejos las implosiones planetarias, parece someterse a cierto distanciamiento ideológico: contempla los hechos imbuido en la ataraxia (escorada a la izquierda moderada, si se me permite la expresión) fría, distante y calculadora, como corresponde a todo buen analista. Aunque Veiga califica su obra somo ensayo, desde mi punto de vista la ausencia de compromiso claro (con la derecha o con la izquierda) lo acercan más bien a un híbrido entre la novela histórica (por su fluidez y, diría, intriga) y el periodismo de corresponsal de guerra: el autor no escribe desde las trincheras pero sus ojos enfocan  en el punto de implosión como si lo estuviera viendo en directo.

Estoy de acuerdo con José Antonio Cerrillo Vidal cuando afirma en «Rebelión» que Veiga se olvida de las relaciones de fuerza internas de cada nación para dar protagonismo a las grandes superpotencias, y que deja de lado el asunto del cambio climático y las relaciones de poder que conllevan; también es notorio el desequilibrio del libro cuya temática es tan ambiciosa que hace que sean deliciosas y, diría, apasionantes, las páginas que dedica a los conflictos de la ex Yugoslavia, ámbito en el que Veiga es experto, y meramente correctas las que dedica a América Latina. Añadiría algún descuido en la bibliografía (que yo ordenaría por temas) como Sogge, que no aparece (p 208), alguna manía personal como escribir la «p» en «sicológico» para sortear la molesta etimología de la  «ciencia de los higos» y castellanizar palabras como «mullah» (p 317) en «mulá» o al menos entrecomillarlo.

Pero, y esta es la servidumbre de la dialéctica, igualmente comparto la contrarreseña que el propio Veiga realiza desde su blog: es bueno desenfocar para mantener la trama, y repetir datos e ideas para reincorporar a los lectores de memoria olvidadiza. También tiene razón el autor al afirmar que si hiciera caso a estas críticas, el libro que cuenta con 534 páginas superaría las mil convirtiéndolo, probablemente, en infumable para el lector no experto.

A modo de síntesis (modesta y de un simple aficionado como yo, en absoluto experto), para continuar la dinámica hegeliana iniciada por la reseña-tesis de Cerrillo, seguida por la contrarreseña-antítesis de Veiga, diría que hay una variable que echo de menos: Irán; no entiendo por qué el autor apenas hace leves referencias a este país que, en mi opinión, marca los destinos de nuestra historia más reciente. Tampoco pondría el final de la historia de la Postguerra Fría con la crisis económica global, sino con el ataque que, a buen seguro, Israel infligirá en solitario -sin el consentimiento de las Naciones Unidas ni el visto bueno de Estados Unidos- a Irán en octubre de 2009 (disculpen que juegue a futurólogo). Habrá un antes y un después marcados por esta fecha que dará inicio a un nuevo capítulo de la Historia Universal. Obviamente entiendo que si Veiga tomara en serio mis palabras debería publicar su libro dentro de varios meses y aumentar considerablemente el número de páginas.

En cualquier caso es una excelente obra que supera con creces la dificultad de describir hechos recentísimos que alcanzan hasta el primer trimestre de 2009 esquivando con maestría de historiador los errores de precipitación que se pudieran derivar de la proximidad de los acontecimientos, catalizado por el lenguaje ágil de un experto narrador que incita al lector a sentir pasión por historia universal contemporánea.

Loading


Comentarios

3 respuestas a «El desequilibrio como orden»

  1. Hola!
    Te sigo desde hace algún tiempo.
    A veces sueño despierto y me imagino con un trabajo parecido al tuyo (estoy en el sector privado, soy ingeniero industrial). Dime, ¿por dónde debería empezar alguien que quisiera cambiar de profesión y acercarse a una docencia tan especial como es la tuya (de país en país, año tras año)?
    Seria genial si me contestas + o – en serio!
    Venga, un saludo, sigue así, te seguimos.

  2. Avatar de maricruz
    maricruz

    Hola Rafael: tomo nota del libro, a veces se echa de menos un análisis frío y profundo de la situación actual. A menudo me encuentro sólo con libros que, o bien analizan la situación desde el punto de vista del poder, es decir, dando la misma información manipulada que vemos en televisión o leemos en prensa, o bien, se decantan por teorías conspiranóicas sin ninguna base.
    Me llama la atención tu comentario acerca del ataque de Israel a Irán. Lleva tiempo hablándose de un posible ataque de EEUU (inviable según parece), pero ¿donde se puede encontrar la información de dicho ataque de Israel en Octubre o de qué modo has llegado a esa conclusión? Me interesa mucho el tema.
    Un saludo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *