Mi gran amigo César me envía esta cita tomada de En busca del tiempo perdido de Proust:
El día de Año Nuevo (…). Durante los últimos días del año esa carta me parecía probable. Quizá no lo era, pero para creerlo nos basta con el deseo y la necesidad de que lo sea. Todo soldado está convencido de que tiene por delante un espacio de tiempo infinitamente prorrogable antes de que le maten; el ladrón, antes de que le cojan; el hombre, en general, antes de que le arrebate la muerte. Ese es el amuleto que preserva a los individuos -y a veces a los pueblos-, no del peligro, sino del miedo al peligro (…).
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