Mundo consumo

Hay profesores que no aman su trabajo sino que lo sienten, en palabras de Marx, como una actividad diabólica de la que huirán como de la peste tan pronto como deje de existir algún tipo de coacción.

Esta actitud no deja de ser razonable -mejor dicho, racional– en el mundo postmoderno en el que nos hallamos inmersos, donde la verdad es relativa y los valores no son firmes. Quizá ser un profesor desdeñoso, apático y perezoso sea un valor al alza mientras que, por el contrario, comprometerse con la enseñanza y cumplir con esmero y alegría el noble oficio de educar haya pasado de moda. Quizá, incluso, no solo ser buen profesor esté demodé sino que el alumnado no sea digno merecedor del desparpajo optimista porque no lo saben apreciar o, lo más probable, porque no les reporte ningún beneficio pragmático para el mundo que les va a tocar vivir.

Se suponía que educábamos para construir un mundo más justo pero indefectiblemente hemos perdido esta perspectiva. En realidad educamos como quien sirve hamburguesas en un McDonnald´s; enseñamos para construir un mundo en el que se venda mejor la basura, en el que se optimice la velocidad de intercambio de bostas y en el que domestiquemos a nuestros jóvenes para enriquecer, sin quejas, a otros que, casualmente, no se encuentran estudiando en la enseñanza pública.

En esta sociedad líquida, por sus valores cambiantes y la puesta en escena narcotizada, ser profesor no consiste en amar la sabiduría y transmitirla a los alumnos con amor y entusiasmo, sino en aleccionar de forma aburrida, despotricar contra el sistema educativo  e irse a casa cuanto antes -y antes de tiempo-, amargado si es posible para que la ética no desentone de la estética en su solitario juego autodestructivo y aniquilador. Ser fiel a los principios de la excelencia educativa no garantiza el éxito del profesor ni, por tanto, de los estudiantes.

Al decir de algunos, para solucionar los problemas que nos acechan la clave consiste en cambiar la forma de afrontarlos. ¿Qué mejor forma de enfrentarlos que ignorarlos? o, mejor, ¿no es preferible resolverlos desde la superficialidad más irreflexiva, el comentario falaz, la queja ignorante, la abyecta falta de iniciativas,  el incomprensible desprecio por la formación pedagógica y la arrogancia más despreciable desde la que se pontifica sobre la bondad de la basura?

Este ejercicio de autocrítica, quizá hiperbólicamente pesimista, lo explica mejor que yo Zygmunt Bauman en Mundo consumo, su reciente y recomendable ensayo publicado por Paidós:

Sólo puedo estar seguro de una cosa: que el mes o el año siguiente (y, con toda seguridad, los años que vendrán después), no se parecerán al momento que estoy viviendo ahora. Y, al ser diferentes, invalidarán buena parte de los conocimientos teóricos y prácticos que estoy aplicando actualmente (aunque no hay manera de adivinar cuál será esa parte). Tendré que olvidar mucho de lo que he aprendido y tendré que deshacerme de numerosas cosas e inclinaciones de las que ahora hago gala y presumo poseer (aunque no hay manera de saber cuáles). Las elecciones que hoy consideramos más razonables y dignas de elogio serán vistas mañana como lamentables errores garrafales y serán condenadas por ello. Lo que cabe deducir de todo lo anterior es que la única aptitud que realmente necesito adquirir y ejercitar es la flexibilidad: la habilidad para deshacerme con prontitud de habilidades inútiles, la capacidad de olvidar con rapidez y de eliminar activos pasados que hoy han devenido en pasivo, la aptitud necesaria para cambiar de enfoque y de vía sin apenas aviso y sin lamentarlo, así como para eludir juramentos de lealtad a nada o a nadie para toda la vida. A fin de cuentas, los giros inesperados a mejor tienden a aparecer súbitamente y como surgidos de ninguna parte, y con la misma brusquedad cambian de signo. ¡Pobres imbéciles aquellos que, deliberadamente o no, se comportan como si fueran a conservar esa buena suerte para siempre! (p. 183).

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Comentarios

3 respuestas a «Mundo consumo»

  1. Qué negro me lo pones!! y yo que andaba siguiendo el consejo de amigos -entre ellos de amigos virtuales como tú-presentánodme a las oposiciones con más pasión, vocación y ganas de estar con los chavales y de transmitir la pasión por la sabiduría y de recibir lo que ellos quieran transmitir, aprender con ellos…etc,, digo, más d etodo esto que temario, ya ves, experiencia, ganas de aprender y amor por la educación, pero el temario está en cajas en España. 🙂
    Ahora no sé qué hacer, me haces entrar en duda. Filósofo tenías que ser. 😉
    Por cierto, me alegro de ver que todavía hay quienes, entre los profes, creen que el profesor tiene todavía valor, así como la escuela. Cambiaremos a mejor, todos, desde dentro, y con buena cara (ya sabes, al mal tiempo…). En otras web me asusto ante los totémicos «La escuela ha muerto. El profesor ya no transmite nada, ni siuqiera es facilitador/moderador. Los alumnos solo aprenden fuera de la escuela». triste pero cierto, dicho también por profes. Bueno, es su opinión, claro. Para ellos, bien, para mi, triste e incierta. Pero todos caminamos juntos en esto de mejorar el sistema educativo.
    Una bufona más.

  2. ¿Y si el uso pedagógico de las TIC se revelase como un elemento que no solo motiva al alumnado, sino también al docente?

    Nos gustaría invitaros a participar en el Certamen Internacional EducaRed, que pretende facilitar a la comunidad educativa nuevas herramientas, conocimientos y métodos de trabajo para asumir los cambios que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) provocan en nuestra sociedad y en las nuevas generaciones de estudiantes, así como en los métodos de enseñanza y aprendizaje.

    Tanto si ya habéis participado en ediciones anteriores del Certamen como si no, os animamos a visitar nuestra web, http://www.educared.org/certameninternacional, donde encontraréis información del evento, que este año incorpora numerosas novedades.

    Podéis participar en el Certamen creando blogs, webs y wikis. Además, los docentes pueden participar en solitario, con Experiencias Didácticas relacionadas con el uso de las TIC.

    El plazo de inscripción finaliza el 16 de abril. Si tenéis alguna duda, poneos en contacto con la Oficina del Certamen.

    Un cordial saludo,
    Oficina del Certamen Internacional EducaRed
    Correo electrónico: certamen@educared.org
    Teléfono: 902.905.144
    +34.981.975.621

  3. […] Mundo Consumo, de Zygmunt Bauman. Lo estoy terminando aún, así que os dejo una cita que he encontrado aquí: […]

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