El éxito del movimiento #15M estriba en conseguir un acuerdo de mínimos que reúna al mayor número de personas posible. Sin embargo en la manifestación del pasado 19 de junio había algunas pancartas cuyo mensaje dificulta enormemente que sea un movimiento de todas las personas decentes. Soslayando el envilecimiento de un sindicato que enarboló sus banderas, afloraron en la manifestación consignas fuera de lugar -con las que podemos o no discrepar, pero que no es momento de proclamar para intentar lograr la unidad de acción-. Comento a continuación algunos de estos mensajes:
UE LAICA, DE TODOS
Es algo claro que las instituciones de la Unión Europea son independientes de cualquier confesión religiosa, por lo que no entiendo el sentido del mensaje. Cuando un creyente lee un cartel como el de la fotografía es muy probable que lo malinterprete y que huya despavorido creyendo que el movimiento #15M no admite creyentes. Hay que dejar el tema de la religión de lado, ahora se trata exclusivamente de solicitar una democracia real. Me pregunto con una triste inquietud cuántos ciudadanos quisieran asistir a las asambleas pero no se atreven por creer que su fe no es bienvenida.
Está fuera de lugar ser beligerantes y hostiles con la Iglesia, independientemente de que se sea creyente o no. Igual que se subvenciona a cientos de ONGDs, la ayuda a la Iglesia es fundamental porque ninguna institución está tan preparada como ella para entregarse con eficiencia a los pobres entre los pobres. Conozco en primera persona el ejemplo de Haití: antes del terremoto la Iglesia luchaba allí, y allí seguía tras el desastre, a diferencia de las ONGD «guays» que salieron espantadas cuando Haití ya no estaba de moda. Es de obligada lectura la doctrina social de la Iglesia para entender que lo que ahí se dice es compatible con los principios del #15m. En cualquier caso, este no es un debate pertinente en estos momentos.
Es fundamental cuidar el lenguaje. Si se evitan los insultos y las palabras agresivas saldremos ganando. Quizá en algún momento haya que elevar la agresividad, pero es perentorio tener paciencia. Sin duda hay gente -y no precisamente los políticos o los banqueros- que se siente intimidada por estas agresiones verbales pero deseamos que se unan a nosotros para hacer de este un movimiento mucho más fuerte.
No se puede incluir en el mismo cartel a un ladrón convicto y al Papa. Este último representa a millones de personas que podrían estar en el #15m pero que tienen reticencias a unirse por carteles insultantes como este. Uno puede sentir más o menos simpatías por el Papa, pero una manifestación del #15M no es lugar apropiado para mostrar fobias personales.
Creo que no es momento para mostrar mensajes acerca de la nacionalización de la banca. Hay gentes del movimiento #15m que están a favor y otros tantos que están en contra. Por si no lo saben, algunas Cajas se han nacionalizado y ha sido un auténtico desastre, por lo que sería razonable pensar que es bueno que, en vez de nacionalizarlas, desaparezcan. Este tema merece un debate más profundo que no tiene cabida ahora porque habría que dedicar muchas horas para estudiarlo con rigor. Ahora el programa del #15M consiste en echar a los corruptos del poder, después ya veremos…
Dicho lo cual, me llena de satisfacción comprobar que estos mensajes miopes y excluyentes son la excepción, así que ¡larga vida al movimiento 15M!
Las fotografías son de mi amigo Ramón Martín con licencia Creative Commons.
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