Así termino el nuevo artículo en La columna de Diógenes:
(…) En vez de declaraciones mezquinas -y balbucientes, como cuando a un alumno se le descubre copiando en un examen- los responsables educativos deberían haber explicado a los medios de comunicación algo así como “Sentimos profundamente el fallecimiento de la estudiante pero, a la espera de la sentencia judicial, estamos absolutamente convencidos de la profesionalidad y buen hacer del equipo directivo y del Departamento de Orientación”. Pero optaron por la pusilanimidad que entraña el silencio. Solo les faltó arrojar un pueril “¡yo no he sido!”.
Todo mi ánimo para los profesores que deben afrontar esta difícil situación, especialmente para el orientador y el director, y vaya por delante mi más profundo pésame para la familia de la alumna. Descanse en paz. LEER ARTÍCULO COMPLETO.
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