Sopa de gato

En el juego de la vida a algunos les ha  tocado limpiar las calles y a otros limpiar las mesas. Están contentos porque algo les dice que su proyecto existencial aún podría ser peor. Pero, ante todo, son felices porque no acaban de creerse que vayan a pasar el resto de su vida barriendo aceras o recogiendo los restos de la sopa de gato; es la misma estructura de pensamiento de los soldados que van a la guerra creyendo, contra  la probabilística, que regresarán a casa.

 

Loading


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *