Como Donald Trump, candidato a dirigir el Partido Republicano, haga realidad su deseo de expulsar a los ocho millones de latinos ilegales que se cree que hay en Estados Unidos, el país se desplomará; es por ello que los trabajadores mexicanos inmigrantes se ríen —confiados en que sin ellos esto no funciona— de las barbaridades que propala Donald Trump, cuyo leitmotiv es «Engrandecer de nuevo a América»; y lo dice cuando el presidente Barack Obama, la antítesis de Trump, ha conseguido sacar al país de la peor crisis desde el crack del 29 para convertirlo de nuevo en el más poderoso del planeta. Menuda envidia para quien llega desde la deprimida España.
Aún así hay hispanos que llevan pegatinas con propaganda de Trump en su vehículo. Cosas veredes.
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