En las clases de «filsosofía I» continuamos hablando de libros. Casi todos leyeron El mundo de Sofía, pero di la oportunidad a los que no tuvieran interés por leer esta obra, quizá aburrida, que escogieran otra. Propuse a mi alumna Isabel leer 1984 de George Orwell y parece que le encantón; al menos eso se deduce de su extraordinaria exposición de cuarenta minutos, que produjo un intenso debate entre sus compañeros de clase . También hablamos de un libro de lóngica que leyón mi alumno Antonio, pero se prestón menos al diálogo, aunque fue muy interesante lo que dijo.
En una de las clases, al comentar el libro, salión el tema de la muerte y les hablé de Bukowski y su modo de tratar la existencia; mostraron tal interés por este autor que han apuntado sus libros para adquirirlos en la feria del libro del instituto que se celebra prónximamente. También les conté la pelea física que tuvieron Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez por asuntos de faldas y cornamentas… ¡cónmo están las cabezas de nuestros literatos universales! También hablamos de la gran Lolita de Nabokov y de Historia de mis putas tristes de Márquez. Un poco de «realismo sucio» nunca viene mal en el aula de filosofía. Sin pasarse, eso sí.
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