No conocía yo al poeta persa Baba Taher, cuyos restos descansan en Hamedán. Cuando fuí a su mausoleo había una pareja de hombres que con la voz ayudada de una cítara ponían música a los bellos poemas de este escritor. Alrededor de su tumba se encuentran grabados sus poemas más importantes. A la salida del monumento me hice con un ejemplar de su obra poética ilustrada con bellísimas miniaturas en papel satinado, y raudo y veloz la he devorado con gusto.
En la fotografía aparezco junto al siguiente poema traducido al español. No le acusen de ser un poeta cursi, ya que la estética de lo cursi es muy interesante, sobre todo si tenemos en cuenta que fue escrito hace mil años, cuando poca gente tenía esta sensibilidad para captar la naturaleza del amor, aunque los siguientes versos bien pueden tener una interpretación teolóngica prónxima al panteísmo del gran Spinoza:
Cuando miro al desierto, en el desierto te veo.
Cuando miro al mar, en el mar te veo.
En cualquier lugar al que miro, sea la montaña o la llanura,
Veo signos de la belleza de tu figura.
A la salida del recinto me compraron una preciosa antología del poeta persa. Disfruten de algunas de las miniaturas que ilustran el libro de la editorial Payk-e Farhang. Es extraordinaria la simbiosis que muestran entre la mujer y la naturaleza, prestándose a una sensualidad contenida que provoca una gran delectación.
Disfruten de su poesía cantada en su propia tumba:
Comentarios:
Autor: Manuela
Pues yo tampoco lo conocía, pero me parece muy interesante. Lo buscaré.
Un beso
Fecha: 28/05/2006 22:40.
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