No permiten a Shirin Ebadi, premio Nóbel de la paz, defender a Haleh Esfandyari, profesora universitaria estadounidense acusada de espionaje (delito castigado con la pena de muerte en Irán como bien explica Ángeles Espinosa). El significado de la palabra «terrible» se llena de contenido con tenebrosas noticias como esta.
¿Dónde estriba la fundamentación de los derechos humanos para hacerles comprender que no son un valor burgués u occidental cuyo único fin sea el desarrollo del mercado capitalista? Sonríen con aquiescencia, con cara de buenas personas, cuando se les habla de ello y responden aludiendo a los «derechos humanos islámicos«.
¿Relativismo moral? ¿Precaución? ¿Y si de verdad fuera espía? ¿Bastaría con expulsarla o es que quieren dar ejemplo para futuros agentes? La historia persa está construída a base de golpes ideados por las agencias de inteligencia occidentales así que el dilema ético que se les presenta a los ayatolás está claro. Yo, como occidental y heredero de los valores del humanismo cristiano, también lo tengo claro.
Habrá que preguntar a nuestros invitados del próximo 7 de junio cómo alcanzar la Alianza de civilizaciones frente a asuntos como este. Va a ser una gran experiencia educativa. Mientras tanto leamos el informe anual de Amnistía Internacional (este documento sí que debería ser el texto de obligada lectura de la asignatura «educación para la ciudadanía«).
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