La estatua de la libertad es el lugar de peregrinación del mundo porque convoca a más peregrinos que la Kaaba o Jerusalén. Tras los atentados de hace año y medio «Ms Liberty» está rodeada de un ambiente espiritual, mortecino, efímero, conciliador y magnánimo.
Estados Unidos sería otra cosa muy distinta en nuestro imaginario colectivo si careciera del gran monumento del planeta erigido en honor de la libertad, aunque en nuestros días se llene de connotaciones de «libertades-solo-para-EEUU».
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