En el extraordinario libro Inteligencia exitosa de Robert J. Sternberg (Paidós, 2002) se cuenta el siguiente chiste:
He aquí un chiste que oí cuando fui a España a hablar a un grupo de profesores. Un mensajero llega a una universidad con un paquete especial para el profesor Torres. Pregunta al secretario del departamento y se entera de que en ese momento el profesor Torres no está, pero que se lo espera en breve. El mensajero se sienta a aguardar al profesor. Aguarda una hora, dos horas, una semana, un mes, un año, dos años, sin decir nada para no molestar a nadie. Por último, después de tres años, el departamento lo nombra profesor.
A todo el mundo le gustó el chiste y todos supieron exactamente lo que significaba. Para llegar a la cumbre en una universidad española, no hay que oír nunca nada, no hay que decir nada y, sobre todo, no hay que quejarse nunca de nada a nadie. Si no se levantan olas -si no se perturba a nadie- se está seguro de por vida. Esa es aparentemente la conducta inteligente en España.
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