Mi amigo Pepe me manda el siguiente mensaje. Es conmovedor e invita a la acción:
No estoy seguro de que este mensaje esté en el lugar adecuado y no sea un mensaje off topic. Se trata de una niña de 4 años que padece leucemia en un Hospital de Madrid, de una familia de origen cordobés, con la que me emparentaré por matrimonio
de mi hijo con una tía de la niña.Está ya en una fase cuya única posibilidad de supervivencia es la recepción de una donación de médula ósea. Toda la familia de entre 18 y 55 años (los demás no pueden ser donantes) se ha hecho pruebas y desgraciadamente no hay compatibilidad. La donación puede hacerse en casi todas las capitales de provincia de España y en muchas ciudades de otros países.
Previo a la donación se hace una extracción de sangre para tomar datos del donante y compararlos con todos los que lo necesitan y están en la red de peticiones. Una amplia información puede obtenerse en https://www.fcarreras.org/cas/seccio.php?opcion=5
En la anterior dirección vienen las direcciones y teléfonos del lugar más cercano del/de la posible donante al que uno puede dirigirse así como información de quién puede ser donante y quién no puede serlo y documentos para entrar en REDMO, el registro de donantes del que uno puede salir sin perjuicio alguno.Mi petición es doble: Haceos donantes de médula y difundid este mensaje entre vuestros grupos de red (sindicales, alumnos y alumnas mayores de 18, familiares). No estaría de más, se pueda, o no, ser donante, pasar por un centro de los que informan en la web citada e informarse de todo el proceso de donanción y de los pasos previos para poder difundirlos.
Ojalá esa niña de 4 años encuentre pronto su donante. Como la donación es anónima y el receptor también ha de serlo, no podré ponerme de rodillas y besarle los pies a quien done movido por este mensaje pero sepa que esos son mis sentimientos.
En mis últimos años de profesor, profundamente conmovido por haber recibido transfusiones de sangre por motivos de salud, le agradecía a mis alumnos y alumnas por si alguna vez se hacían donantes por serlo, ya que no tenía modo de agradecerlo directamente a mis donantes reales que me eran desconocidos/as. Ese hecho ha determinado mucho mi vida pues no sé si recibí sangre de mujer, de hombre, de personas de mi ciudad o de otros lugares, de gente que piensa como yo o de oponentes políticos o filosóficos, de connacionales o de inmigrantes. Hubo un tiempo en que no podía enfadarme cuando conducía por que pudiera ser que el blanco de mis iras fuera un
donante de sangre.He tenido que mantener una imparcialidad no deseada entre el Real Madrid, el Barça o cualquier equipo de mi tierra. ¿Y si son donantes?, me digo antes de empezar a enfadarme. Algunas veces se me olvida y paso los límites que desearía no pasar y luego me arrepiento y lo paso mal.
Mis alumnos y alumnas ante algunas de estas historias que les contaba en clase de ética instauraron una costumbre. Quizá no llegó a ser una costumbre consolidada pero sí algo más que unos casos aislados. Al cumplir 18 años, ese mismo día, iban a donar sangre al hospital. Es una de las satisfacciones más profundas que guardo de mi paso por la enseñanza, más que cualquier otro reconocimiento.
Tal vez este mensaje no tenga un gran valor filosófico teórico pero quizá les pueda servir a algunas personas para aprender a vivir con dignidad y sabiamente.
Muchas gracias
Pepe
«[techtags: cáncer, leucemia, donación]
Deja una respuesta