Aprovechando los días blancos de vacaciones, me he desplazado a Santander para impartir en su Centro de Profesores un módulo titulado «Enseñar a filosofar haciendo de parteras: diálogo efectivo en las materias de humanidades» dentro del curso «Estrategias metodológicas en el aula de Filosofía y Ciencias Sociales».
El diálogo eficiente es el fundamento para que los estudiantes aprovechen bien estas materias; no conocemos otra manera que obtenga mejores resultados para fomentar el pensamiento cuidadoso, complejo y crítico; además, para los más reticentes, la legislación obliga a practicar la metodología socrática en todas las asignaturas (Orden ECD 65/2015). Ahí va un extracto:
Los métodos deben partir de la perspectiva del docente como orientador, promotor y facilitador del desarrollo competencial en el alumnado; además, deben enfocarse a la realización de tareas o situaciones-problema, planteadas con un objetivo concreto, que el alumnado debe resolver haciendo un uso adecuado de los distintos tipos de conocimientos, destrezas, actitudes y valores; asimismo, deben tener en cuenta la atención a la diversidad y el respeto por los distintos ritmos y estilos de aprendizaje mediante prácticas de trabajo individual y cooperativo (…)
Para un proceso de enseñanza-aprendizaje competencial las estrategias interactivas son las más adecuadas, al permitir compartir y construir el conocimiento y dinamizar la sesión de clase mediante el intercambio verbal y colectivo de ideas. Las metodologías que contextualizan el aprendizaje y permiten el aprendizaje por proyectos, los centros de interés, el estudio de casos o el aprendizaje basado en problemas favorecen la participación activa, la experimentación y un aprendizaje funcional que va a facilitar el desarrollo de las competencias, así como la motivación de los alumnos y alumnas al contribuir decisivamente a la transferibilidad de los aprendizajes.
Ya dijo Kant que no se aprende Filosofía sino que se aprende a filosofar, pero más de dos siglos después parece que esta máxima pedagógica no acaba de cuajar. Si se aplicara con rigor la metodología socrática la Filosofía no se vería tan amenazada por las distintas legislaciones y es que la sociedad se ha mostrado algo desdeñosa con esta materia que más se asocia con la memorización de asuntos poco significativos que con el diálogo, el debate y el disfrute del pensamiento crítico.
Pero el diálogo eficiente no consiste en hablar sin más, sino que requiere de unas técnicas y un serio trabajo previo. Esto es lo que estuvimos tratando con el participativo grupo de profesores de Cantabria. Gracias por vuestra gran amabilidad, reflexiones y pensamientos críticos.
Deja una respuesta