17. La dimensión social y política del conocimiento. Conocimiento, poder e interés. La tecnociencia contemporánea. El papel de la mujer en la ciencia y en los otros saberes

El conocimiento no es neutral: ¿Quién decide lo que sabes?

¿Alguna vez te has parado a pensar por qué estudias lo que estudias en el instituto? ¿O por qué algunas noticias aparecen en todas partes y otras no? La respuesta tiene que ver con la dimensión social y política del conocimiento.

Esta idea suena complicada, pero es muy simple: lo que sabemos y cómo entendemos el mundo no es algo puro y objetivo. Está totalmente influenciado por la sociedad, la cultura, la política y la historia del lugar donde vivimos. El conocimiento no es una verdad que flota en el aire esperando a ser descubierta; está filtrado por las relaciones de poder y las normas de nuestra sociedad.

Un filósofo francés, Michel Foucault, decía algo muy potente: que el conocimiento no se «descubre», sino que se «fabrica». Y a menudo, se fabrica para poder ejercer un control social.

¿Qué implicaciones tiene esto en la vida real?

  • Justicia social. Si el acceso a una buena educación (conocimiento) es desigual, se mantienen las desigualdades económicas. Los grupos con menos poder o dinero tienen más difícil acceder a la información que les permitiría progresar.
  • Perspectivas ignoradas. La historia la suelen escribir los vencedores. Las experiencias y el conocimiento de los grupos marginados (minorías, pueblos colonizados, etc.) a menudo se silencian o se consideran menos importantes.

La conexión secreta: Conocimiento, poder e intereses

Estos tres conceptos están totalmente conectados. Piénsalo así:

  1. Conocimiento es poder. Quien tiene la información y la controla (gobiernos, grandes empresas, medios de comunicación) tiene más poder para influir en lo que piensas y haces.
  2. El Poder influye en el conocimiento. Quien está en el poder puede decidir qué se investiga, qué se enseña en las escuelas o qué noticias se difunden. Por ejemplo, una empresa puede financiar un estudio que «demuestre» que su producto contaminante no es tan malo. Eso es usar el poder para fabricar un conocimiento que le interesa.
  3. El interés mueve los hilos. Las empresas farmacéuticas tienen interés en investigar medicamentos que puedan vender. Los grupos ecologistas tienen interés en que se investigue el cambio climático. Los intereses (económicos, políticos, etc.) dirigen la creación de conocimiento.

Por eso es tan importante ser crítico. Debemos preguntarnos siempre: ¿Quién dice esto? ¿Por qué lo dice? ¿A quién beneficia que yo crea esto? Buscar fuentes diversas y escuchar a gente con otras experiencias nos da una visión del mundo mucho más completa y justa.


Tecnociencia: Cuando la ciencia y la tecnología nos cambian la vida

Hoy en día, la ciencia y la tecnología son como un dúo inseparable. A esta fusión la llamamos tecnociencia. No es solo la ciencia en un laboratorio; es cómo esa ciencia se aplica a través de la tecnología y transforma nuestra forma de vivir. Abarca desde la ingeniería genética que puede modificar nuestro ADN hasta la inteligencia artificial que tienes en tu móvil.

La característica principal de la tecnociencia es que avanza a una velocidad de vértigo. Esto crea oportunidades increíbles, pero también desafíos enormes.

  • ¿Cómo nos cambia? Las redes sociales han revolucionado cómo nos comunicamos. Las nuevas tecnologías médicas salvan vidas y nos permiten tratar enfermedades que antes eran mortales.
  • Los dilemas éticos. ¿Deberíamos poder «diseñar» bebés para que no tengan enfermedades genéticas? ¿Dónde está el límite? ¿Qué pasa si una IA se vuelve tan potente que toma decisiones por nosotros?

El gran debate: ¿Es racional pensar que una IA podría ser más inteligente que nosotros?

Esta pregunta ya no es solo de ciencia ficción.

  • Argumentos a favor (¡Sí!). Una IA puede procesar cantidades de información que un cerebro humano ni imaginaría, y a una velocidad increíble. Puede aprender 24/7 sin cansarse y encontrar patrones que a nosotros se nos escapan. En tareas lógicas y de cálculo, ya nos supera por goleada.
  • Argumentos en contra (o «es más complicado»). La inteligencia humana no es solo procesar datos. Implica creatividad, emociones, conciencia, sentido común, ética… ¿Puede una máquina tener una idea genial y original de la nada? ¿Puede sentir empatía? De momento, parece que la inteligencia humana es mucho más compleja y rica que la capacidad de cálculo de una IA.

La tecnociencia nos obliga a hacernos estas preguntas y a decidir como sociedad qué rumbo queremos tomar.


El papel de la mujer en la ciencia (y en todas partes)

Históricamente, el talento y las aportaciones de las mujeres en la ciencia y en otros campos del saber han sido ignorados o, directamente, robados. Durante siglos, han enfrentado todo tipo de barreras y prejuicios que les impedían estudiar o dedicarse a la ciencia, la tecnología o las matemáticas (lo que hoy llamamos campos STEM).

Afortunadamente, en las últimas décadas esto ha empezado a cambiar. Cada vez hay más mujeres demostrando su increíble talento en todas las áreas del conocimiento, haciendo descubrimientos brutales en biología, química, informática o física. Piensa en científicas como Marie Curie (que tuvo que luchar el doble por el reconocimiento) o en las matemáticas de la NASA como Katherine Johnson (cuya historia se cuenta en la peli Figuras Ocultas), que fueron clave para que el hombre llegara a la Luna.

¿Significa que ya hay igualdad? Para nada.

Las mujeres todavía se enfrentan a muchos desafíos:

  • Estereotipos de género. La idea de que «las mates son para chicos» o que las chicas son más de «letras».
  • Falta de referentes. Si no ves a mujeres en puestos importantes de ciencia, es más difícil que te imagines a ti misma ahí.
  • Discriminación. A menudo reciben menos financiación para sus proyectos o se les hace más difícil ascender en su carrera.

Promover la igualdad en la ciencia no es solo una cuestión de «ser justos». Una ciencia con diversidad de perspectivas (hombres, mujeres, gente de diferentes culturas…) es una ciencia mejor, más creativa y capaz de encontrar soluciones a los problemas que nos afectan a todos.

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