Contenidos
- 1 Aurora. Pensamientos sobre los prejuicios morales, (trad. de Germán Cano), Madrid, Biblioteca Nueva, 2022: § 93, § 297, § 314, § 342, § 424, § 459, § 507, § 535, § 543
- 2 Explicación del texto
- 2.1 § 93 ¿Qué es la verdad?
- 2.2 § 297 – Corruptible
- 2.3 § 314 – De la compañía de pensadores
- 2.4 § 342 – ¡No confundir!
- 2.5 § 424 – Para quién existe la verdad
- 2.6 § 459 – La generosidad del pensador
- 2.7 § 507 – Contra la tiranía de lo verdadero
- 2.8 § 535 – La verdad necesita del poder
- 2.9 § 543 – No convertir a la pasión en un argumento de verdad
- 2.10 Conclusión para vosotros
- 3 Preguntas para el debate
Aurora. Pensamientos sobre los prejuicios morales, (trad. de Germán Cano), Madrid, Biblioteca Nueva, 2022: § 93, § 297, § 314, § 342, § 424, § 459, § 507, § 535, § 543
§ 93
¿Qué es la verdad? ─ ¿Quién no ha de asentir a la conclusión que gustan de hacer los creyentes?: ‹‹La ciencia no puede ser verdadera, porque niega a Dios. Por consiguiente, no procede de Dios; lo que equivale a decir que no es verdadera, porque Dios es la verdad.» El error aquí no está en la conclusión, sino en la presuposición: ¿Y si Dios no fuera la verdad, y estuviera demostrado que es así? ¿Y si él no fuera más que la vanidad, el ansia de poder, la impaciencia, el miedo, la ilusión embriagada y aterrorizada de los hombres?
§ 297
Corruptible. ─ El modo más seguro de corromper a un joven consiste en instruirlo para apreciar más a los que piensan como él que a los que piensan de otra manera.
§ 314
De la compañía de pensadores. ─ En medio del océano del devenir, nosotros aventureros y aves viajeras, nos despertamos en una pequeña isla no mayor que una barquita, y miramos por un momento en torno nuestro con toda la prisa y la curiosidad que nos son posibles, pues un golpe de viento puede arrastrarnos de repente, o una ola puede barrernos de la pequeña isla sin dejar el menor rastro de nosotros. Pero aquí, en este estrecho espacio, encontramos a otras aves viajeras y oímos hablar de otras más antiguas, y así disfrutamos de un delicioso minuto de conocimiento y de comprensión, entre mutuos gorjeos, trinos, agitando alegremente las alas, mientras nos aventuramos con nuestro espíritu hacia el océano, y no con menos orgullo que el mismo océano.
§ 342
¡No confundir! ─Sí, examina la cosa, mirándola por todos los lados, y por eso creéis que es un auténtico hombre de conocimiento. Pero lo único que pretende es rebajar el precio ─¡quiere comprarla!
§ 424
Para quién existe la verdad ─ Hasta el momento han sido los errores los poderes más consoladores: ahora esperamos el mismo efecto de las verdades reconocidas, pero la espera se va haciendo un poco larga. ¿Cómo? ¿Qué pasaría si las verdades no fueran capaces de prestar este servicio ─de consolar? ─ ¿Sería acaso esto una objeción contra las verdades? ¿Qué tienen estas en común con el estado de sufrimiento, enfermizo y afligido de ciertos hombres para que se les pueda exigir que sean precisamente útiles a estos? En realidad, no supone una objeción contra la verdad de una planta demostrar que no sirve en absoluto para curar a los enfermos. Pero antaño era una convicción la idea de que el hombre era el fin de la naturaleza: hasta el punto de aceptar, sin más, que el conocimiento no podía revelarnos nada que no fuese útil y curativo para el hombre; sí, no podía, no estaba permitido en absoluto que existieran otras cosas. ─ Tal vez se pueda deducir de esto la tesis de que la verdad como totalidad armónica no existe más que para almas al mismo tiempo fuertes y desinteresadas, alegres y pacíficas (como era la de Aristóteles), precisamente por ser estas almas las únicas que estarían en condiciones de buscarla, puesto que los demás sólo buscan remedios curativos para ellos mismos; estos, por muy orgullosos que estén sobre su inteligencia y su libertad, en realidad no buscan la verdad. De aquí se deduce el que estos sientan tan poca auténtica alegría por la ciencia y que le reprochen su frialdad, su sequedad y su inhumanidad: del mismo modo enjuician los enfermos los juegos que realizan los sanos. ─ Los dioses griegos tampoco sabían cómo consolar. Cuando, finalmente, la totalidad de los hombres griegos acabaron cayendo enfermos, sus dioses alcanzaron el ocaso.
§ 459
La generosidad del pensador. ─ Rousseau y Schopenhauer ─ambos fueron lo bastante orgullosos para grabar como divisa de su existencia este lema: vitam impendere vero. ¡Y cuánto debió de sufrir su orgullo al no lograr el verum impendere vitae ─ entendiendo el verum como cada uno lo hizo: ¡para que su vida marchara, paralelamente junto a su conciencia como un bajo que no quiere armonizar con la melodía! ─ ¡Pero el conocimiento quedaría en una mala posición si únicamente se relacionara con cada pensador en la medida en que se ajustara a su cuerpo! ¡Y los pensadores también estarían en una mala situación si su vanidad fuese tan grande que solo tuvieran que soportarla ellos! Precisamente aquí es donde brilla la más hermosa virtud de los grandes pensadores: la generosidad que manifiestan, cuando buscan el conocimiento, al ofrecerse a sí mismos y a su propia vida en sacrificio, unas veces pudorosamente, muchas otras con sublime ironía y con una sonrisa en los labios.
§ 507
Contra la tiranía de lo verdadero. ─ Aunque fuéramos lo bastante insensatos como para considerar verdaderas todas nuestras opiniones, sin embargo, no desearíamos que fuesen las únicas. No comprendo por qué hay que desear la omnipotencia y la tiranía de la verdad; me basta saber que la verdad posee un gran poder. Pero es preciso que pueda luchar, que tenga una oposición, y que de cuando en cuando, podamos descansar de ella en lo que no es verdad ─de lo contrario, lo verdadero se volvería aburrido, trivial y sin gusto alguno, y haría que a nosotros nos pasara lo mismo.
§ 535
La verdad necesita del poder. ─ Por sí misma, la verdad no es de ningún modo un poder, pese a lo que acostumbra a decir el ilustrado melindroso. ─ Por el contrario, necesita que el poder se ponga de su parte o ponerse ella de parte del poder, ya que de lo contrario, perecerá siempre. ¡Esto ha quedado demostrado más que suficientemente!
§ 543
No convertir a la pasión en un argumento de verdad. ─ ¡A vosotros, hombres de buen talante, incluso nobles fanáticos, yo os conozco! ¡Queréis tener la razón delante de nosotros, pero también, y sobre todo, delante de vosotros mismos! ¡Y una mala conciencia, sutil e iracunda, os impulsa frecuentemente contra vuestro fanatismo! ¡Qué ingeniosos os sentís entonces para engañar y adormecer a vuestra conciencia! ¡Cómo odiáis a los honrados, sencillos y limpios de corazón! ¡Ese conocimiento mejor, cuyos representantes son ellos y cuya voz oís dentro de vosotros mismos, dudando de vuestra conciencia, tratáis de hacerlo sospechoso bajo los nombres de mala conciencia, de enfermedad de la época, de negligencia en los cuidados de vuestra propia salud espiritual! ¡Llegando al extremo de odiar la crítica, la ciencia, la razón! ¡Necesitáis falsificar la historia para que esta os dé la razón, negar virtudes para que hagan sombra a las virtudes de vuestros ídolos y de vuestro ideal! ¡Donde harían falta argumentos racionales, colocáis imágenes llenas de color, fuerza y ardor en la expresión, niebla plateada, noches de ambrosía…! ¡En verdad sabéis iluminar y oscurecer, oscurecer con luz! Y cuando vuestra pasión realmente se enfurece, llega un momento en que decís: ‹‹Acabo de conquistarme la tranquilidad de conciencia: ahora soy magnánimo, esforzado, desinteresado, grandioso: ¡soy honesto!» ¡Qué sed tenéis de estos momentos en que vuestra pasión os confiere un derecho pleno y absoluto ante vosotros mismos, momentos en que recobráis, en cierto modo, la inocencia de esos momentos de lucha, de embriaguez, de valor, de esperanza, momentos en los que estáis fuera de vosotros mismos, por encima de toda duda, y decretáis: ‹‹¡aquel que no esté fuera de sí como nosotros, no puede saber en absoluto qué es la verdad, ni donde está!» ¡Qué sed tenéis de encontrar hombres que tengan vuestra fe en ese estado ─el de la depravación de la inteligencia─ y azuzar con vuestras llamas su incendio! ¡Qué martirio el vuestro! ¡Qué victoria de la mentira santificada! ¿Os tenéis que infligir a vosotros mismos tanto sufrimiento? ─ ¿Es necesario?
Explicación del texto
Nietzsche es un filósofo que os va a volar la cabeza, porque no da nada por sentado y os obligará a cuestionar cosas que seguramente aceptabais sin más. Aurora es una de sus obras clave donde empieza a desarrollar su crítica a la moral y la verdad.
Imaginad a Nietzsche como ese amigo ultra inteligente pero un poco cínico que, en lugar de aceptar lo que todo el mundo dice, siempre pregunta: «¿Y por qué?». «¿Estás seguro de eso?». «¿Y si fuera todo lo contrario?».
Vamos a desglosar estos fragmentos como si estuviéramos charlando sobre ellos.
Para empezar, olvidad la idea de «la Verdad» como algo puro, objetivo y que está ahí fuera esperando a ser descubierto, como si fuera un tesoro. Para Nietzsche, la pregunta más importante no es «¿Qué es la verdad?», sino «¿Por qué queremos la verdad?». Él sospecha que detrás de nuestra búsqueda de «la verdad» se esconden motivos muy humanos: miedo, necesidad de seguridad, deseo de poder, etc.
Estos fragmentos giran en torno a esa sospecha. ¡Vamos a verlos!
§ 93 ¿Qué es la verdad?
La ciencia no puede ser verdadera, porque niega a Dios. Por consiguiente, no procede de Dios; lo que equivale a decir que no es verdadera, porque Dios es la verdad.» El error aquí no está en la conclusión, sino en la presuposición: ¿Y si Dios no fuera la verdad, y estuviera demostrado que es así? ¿Y si él no fuera más que la vanidad, el ansia de poder, la impaciencia, el miedo, la ilusión embriagada y aterrorizada de los hombres?
- En pocas palabras: La gente religiosa dice: «Si la ciencia contradice a Dios, la ciencia es falsa, porque Dios ES la Verdad». Nietzsche responde: «Ok, vuestra lógica funciona, pero partís de una premisa que nadie ha demostrado: que ‘Dios es la Verdad’. ¿Y si ‘Dios’ es en realidad el nombre que le damos a nuestros miedos y deseos más profundos?».
- Análisis: Nietzsche no está discutiendo la existencia de Dios aquí. Está atacando la base misma del argumento. Es como si alguien dijera: «Los unicornios son puros, así que todo lo que no sea puro no puede ser un unicornio». Nietzsche no te discutiría sobre la pureza, te preguntaría: «Un momento, ¿quién te ha dicho que los unicornios existen?». Cuestiona la suposición inicial. Para él, la idea de «Dios» como Verdad Absoluta es una invención humana para darnos consuelo y seguridad en un mundo caótico.
§ 297 – Corruptible
El modo más seguro de corromper a un joven consiste en instruirlo para apreciar más a los que piensan como él que a los que piensan de otra manera.
- En pocas palabras: La peor educación que puedes recibir es la que te enseña a rodearte solo de gente que te da la razón.
- Análisis: ¿Os suena? Piensa en las «burbujas» de las redes sociales. Si solo sigues a gente que piensa como tú y bloqueas a todo el que te contradice, no estás aprendiendo, te estás «corrompiendo». Te vuelves intelectualmente débil y dogmático. Para Nietzsche, el pensamiento real, el crecimiento, nace del conflicto, de enfrentarte a ideas que te incomodan y te obligan a defender las tuyas con argumentos sólidos, o incluso a cambiarlas. La comodidad intelectual es una forma de corrupción.
§ 314 – De la compañía de pensadores
En medio del océano del devenir… nos despertamos en una pequeña isla… y así disfrutamos de un delicioso minuto de conocimiento y de comprensión, entre mutuos gorjeos… mientras nos aventuramos con nuestro espíritu hacia el océano…
- En pocas palabras: La vida es un caos inmenso y sin sentido («el océano del devenir»). Nosotros somos como pájaros viajeros en una diminuta isla (nuestra breve existencia). En este corto tiempo, lo más valioso que podemos hacer es compartir momentos de entendimiento y curiosidad con otros «pájaros» (pensadores, amigos) antes de que la ola nos borre para siempre.
- Análisis: Este es uno de los fragmentos más poéticos. Nietzsche no es un nihilista que dice «nada importa». Al contrario, precisamente porque el universo es indiferente, los pequeños momentos de conexión intelectual y amistad son increíblemente preciosos. No hay un «más allá» ni un propósito divino. Lo único que tenemos es este «delicioso minuto de conocimiento» juntos. Es una llamada a valorar el saber y la compañía por sí mismos, aquí y ahora.
§ 342 – ¡No confundir!
(…) examina la cosa, mirándola por todos los lados, y por eso creéis que es un auténtico hombre de conocimiento. Pero lo único que pretende es rebajar el precio ─¡quiere comprarla!
- En pocas palabras: Cuidado con el que parece un sabio porque analiza todo desde todos los ángulos. A veces, no busca entender algo, sino devaluarlo para poder controlarlo o sentir que lo «posee».
- Análisis: Esto es pura psicología. Piensa en el crítico que despedaza una película no para entenderla, sino para demostrar que él es más listo que el director. Al «rebajar el precio» de la obra, él se eleva. Nietzsche nos advierte que la búsqueda del conocimiento no siempre es un acto puro. A menudo, es una manifestación de la voluntad de poder: el deseo de dominar, de poseer, de sentirse superior.
§ 424 – Para quién existe la verdad
(…) antaño era una convicción la idea de que el hombre era el fin de la naturaleza… que el conocimiento no podía revelarnos nada que no fuese útil y curativo para el hombre… ¿Qué pasaría si las verdades no fueran capaces de prestar este servicio ─de consolar?
- En pocas palabras: Antes pensábamos que la verdad existía para ayudarnos y consolarnos. Pero, ¿y si la verdad real es fría, inútil y no le importan nuestros sentimientos? Quizás solo las personas fuertes y sanas pueden soportar una verdad así. Los demás solo buscan «verdades» que funcionen como un medicamento.
- Análisis: Aquí ataca directamente la idea de que la verdad tiene que ser «buena» para nosotros. Imagina que te diagnostican una enfermedad grave. Una «verdad consoladora» (un error) sería un placebo que te hace sentir bien. La verdad real es el diagnóstico crudo, que duele, pero que solo una persona fuerte querría conocer para afrontar la realidad. Nietzsche sugiere que la mayoría de la humanidad prefiere los placebos (religiones, ideologías) a la verdad fría. La ciencia, para él, se atreve a buscar esa verdad «inhumana» que no se preocupa por consolarnos.
§ 459 – La generosidad del pensador
…el conocimiento quedaría en una mala posición si únicamente se relacionara con cada pensador en la medida en que se ajustara a su cuerpo! ¡Y los pensadores también estarían en una mala situación si su vanidad fuese tan grande que solo tuvieran que soportarla ellos!
- En pocas palabras: Es un error juzgar una idea filosófica basándose únicamente en si el filósofo vivió perfectamente de acuerdo con ella. Las grandes ideas son más grandes que las personas que las tuvieron.
- Análisis: Rousseau hablaba de la pureza y la naturaleza, pero abandonó a sus hijos. Schopenhauer hablaba de la compasión, pero era un misántropo. Nietzsche dice: «¡Y qué!». Si exigiéramos una coherencia perfecta entre la vida y la obra, nos quedaríamos sin filosofía. La «generosidad» del pensador es ofrecer su idea al mundo, sacrificar su propia vida a la búsqueda del conocimiento, aun sabiendo que él mismo es un ser humano imperfecto y contradictorio. Debemos separar la idea de la persona.
§ 507 – Contra la tiranía de lo verdadero
(…) no desearíamos que [nuestras opiniones verdaderas] fuesen las únicas… es preciso que pueda luchar, que tenga una oposición… de lo contrario, lo verdadero se volvería aburrido, trivial y sin gusto alguno (…)
- En pocas palabras: Incluso si tuviéramos «La Verdad» absoluta, sería un infierno. La vida necesita variedad, oposición, e incluso «mentira» (arte, mitos, ficción) para ser interesante. Una verdad única y totalitaria sería aburridísima.
- Análisis: Este es un ataque frontal al dogmatismo. Imagina un mundo donde solo se pudiera escuchar un tipo de música, el «verdadero». Sería una tiranía cultural. Nietzsche valora la perspectiva. Cree que la vida es más rica cuando hay muchas «verdades» compitiendo, luchando entre sí. La verdad necesita de la no-verdad para destacar y tener valor. La vida no es solo ciencia y hechos; también es arte, pasión y creatividad.
§ 535 – La verdad necesita del poder
Por sí misma, la verdad no es de ningún modo un poder… necesita que el poder se ponga de su parte o ponerse ella de parte del poder, ya que de lo contrario, perecerá siempre.
- En pocas palabras: Es muy bonito pensar que «la verdad siempre triunfa». Pero es falso. Una verdad, para imponerse en el mundo, necesita poder (una institución, un gobierno, dinero, influencia social).
- Análisis: Esta es una idea muy moderna y realista. Piensa en Galileo: él tenía la «verdad» científica, pero la Iglesia tenía el poder. ¿Quién ganó a corto plazo? La Iglesia. Una idea no se convierte en la dominante por ser «más verdadera», sino porque un grupo con poder la adopta y la promueve. La historia no es una competición limpia de ideas; es una lucha de poderes donde las «verdades» son armas.
§ 543 – No convertir a la pasión en un argumento de verdad
¡A vosotros, hombres de buen talante, incluso nobles fanáticos, yo os conozco! ¡Queréis tener la razón… sobre todo, delante de vosotros mismos! …decretáis: ‹‹¡aquel que no esté fuera de sí como nosotros, no puede saber en absoluto qué es la verdad, ni donde está!»
- En pocas palabras: ¡Cuidado con el fanático! Su pasión y su certeza absoluta no son una prueba de que tenga razón. Al contrario, a menudo su fanatismo es un mecanismo para acallar sus propias dudas. Grita muy alto para convencerse a sí mismo.
- Análisis: Este es un retrato psicológico brutal del fanático de cualquier ideología (política, religiosa, etc.). Nietzsche dice que su ardor no viene de la certeza, sino de una «mala conciencia», de una duda interna que intentan aplastar con pasión. Odian la razón y la ciencia porque estas invitan a la duda. Cuando están en su éxtasis de fe, se sienten «grandiosos», «honestos», y creen que solo ellos, en su estado de «embriaguez», pueden ver la verdad. Es una crítica devastadora a la idea de que la intensidad de una creencia demuestra su veracidad.
Conclusión para vosotros
Nietzsche os está dando herramientas para ser pensadores críticos y libres. El mensaje principal de estos fragmentos es:
- Sospecha de la «Verdad» con mayúsculas. Pregúntate siempre quién la defiende y para qué.
- Valora el conflicto y la duda. El verdadero aprendizaje está fuera de tu zona de confort.
- No confundas la pasión con la certeza. La gente más ruidosa suele ser la más insegura en sus creencias.
- Acepta la complejidad. La vida y el conocimiento no son simples. Una idea puede ser brillante aunque su autor fuera un desastre. La verdad puede ser inútil o dolorosa. El arte y la «mentira» son necesarios para vivir.
Leer a Nietzsche es como entrenar en un gimnasio para la mente. Es duro, te deja agujetas, pero te hace mucho más fuerte. ¡Disfrutadlo!
Preguntas para el debate
Un debate es la mejor forma de «digerir» a Nietzsche. Aquí tienes una serie de preguntas, organizadas por temas, para encender la discusión en clase. Están pensadas para que conectéis sus ideas con vuestro mundo.
Tema 1: La Verdad, el poder y el consuelo
Basado en los fragmentos: ¿Qué es la verdad?, §424, §535, §507
- Verdad vs. felicidad. Nietzsche sugiere que a menudo no buscamos la verdad, sino remedios que nos consuelen. Si pudierais elegir entre vivir felices creyendo en una mentira reconfortante o vivir con una verdad dura y deprimente, ¿qué elegiríais? ¿Creéis que la sociedad en general prefiere el consuelo a la verdad?
- La Verdad y el poder. ¿Estáis de acuerdo con que la verdad no tiene poder por sí misma y necesita de una fuerza (social, política, económica) para imponerse? Pensad en un ejemplo histórico o actual donde una idea «verdadera» fue aplastada por el poder, o donde una «mentira» triunfó porque tenía poder detrás.
- La tiranía de la Verdad. Imaginad un mundo donde existiera una única Verdad objetiva y demostrada sobre cómo vivir, qué es bueno y qué es malo. ¿Sería ese un mundo ideal? ¿O, como dice Nietzsche, necesitamos la oposición, el arte y «lo que no es verdad» para que la vida sea interesante y valga la pena?
- La fuente de la Verdad. Nietzsche ataca la premisa de que «Dios es la Verdad». Hoy en día, ¿cuáles son nuestras fuentes de «Verdad» incuestionables? ¿La Ciencia? ¿Los datos? ¿Los «influencers»? ¿Podríamos aplicar la misma sospecha de Nietzsche a estas nuevas fuentes?
Tema 2: Pensar en la era de las burbujas
Basado en los fragmentos: §297, §342
- La corrupción intelectual. Nietzsche afirma que el modo más seguro de corromper a un joven es enseñarle a preferir a los que piensan como él. ¿Son las redes sociales (con sus algoritmos que nos muestran solo lo que nos gusta) una máquina de corrupción intelectual a gran escala? ¿Cómo podemos evitar caer en nuestra propia «burbuja»?
- Las intenciones del conocimiento. ¿Creéis que hoy en día mucha gente busca el conocimiento no para entender el mundo, sino para «rebajar el precio» de las cosas, como dice Nietzsche? Es decir, para criticar, sentirse superior o ganar discusiones en internet en lugar de por una curiosidad genuina. ¿Dónde veis esta actitud?
- El valor del desacuerdo. ¿Cuándo fue la última vez que cambiasteis de opinión sobre algo importante gracias a una conversación con alguien que pensaba radicalmente distinto? ¿Por qué nos cuesta tanto y nos sentimos atacados cuando alguien desafía nuestras ideas?
Tema 3: La Psicología de nuestras creencias
Basado en los fragmentos: §543, §459
- Fanatismo y duda. Nietzsche describe al fanático como alguien que grita para acallar sus propias dudas. ¿Estáis de acuerdo con este análisis psicológico? Pensad en los debates más polarizados de hoy (política, social, etc.). ¿Creéis que la pasión extrema esconde una profunda inseguridad?
- Argumentos vs. Pasión. ¿Por qué un argumento lleno de pasión y emoción nos puede parecer más convincente que uno basado en la lógica fría y los datos? ¿Deberíamos desconfiar de nuestras propias pasiones cuando formamos nuestras opiniones?
- El genio imperfecto. Rousseau abandonó a sus hijos, Schopenhauer era un misántropo. ¿Podemos separar la obra de un artista o pensador de su vida personal? ¿Pierde valor una gran idea si la persona que la formuló era imperfecta o hipócrita?
Preguntas para una ronda rápida (Sí/No y por qué)
- ¿Es la búsqueda de la verdad el objetivo más importante de la vida humana?
- ¿Serías amigo/a de alguien que piensa de forma radicalmente opuesta a ti en temas que consideras fundamentales?
- ¿Confías más en una persona apasionada y segura de sí misma o en una persona que duda y considera muchas opciones?
- ¿Un mundo sin arte, mitos o ficción sería un lugar mejor porque solo tendríamos «la verdad»?
Estas preguntas no tienen una única respuesta correcta. El objetivo, como querría Nietzsche, no es llegar a una conclusión final, sino disfrutar de ese «delicioso minuto de conocimiento» mientras debatimos en nuestra pequeña isla. ¡Que empiece el debate!

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