Una de las grandes ideas de nuestra organización, que no solo se dedica a la educación sino a su condición sine que non, la salud, es dar tratamiento gratuito de acupuntura a los más desfavorecidos.
Siempre tuve prejuicios contra este tipo de terapias, por creerla acientífica, hasta que la probé en mí mismo. Creo que hay mucho de sugestión en ello, y algo de masaje tranquilizador, pero funciona. Lo más importante de todo es que es más sencillo montar una clínica de acupuntura ya que los materiales necesarios son pocos y baratos, y eso en países pobres es lo más importante.
Decenas de personas acuden cada miércoles a tratarse de sus problemas, existiendo un enorme porcentaje de éxito. Cada vez acuden más pobres entre los pobres, la voz sobre sus virtudes se extiende por el barrio de chabolas. Han llegado a venir personas con dengue e, incluso, con SIDA. En cualquier caso es otra estrategia más para llenar de esperanza a los que carecen de ella.
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