Hoy me ha dado una buena alegría una de las mejores alumnas que tuve en Irán a raíz del libro que le mandé por email cinco meses atrás: Historias de Cronopios y de Famas del genial Julio Cortázar. Hace dos semanas me entristeció un correo electrónico suyo en el que me explicaba que el Ministerio de Cultura y de Asesoramiento Islámico no otorgó el permiso para publicar su traducción en Irán pero ella, lejos de darse por vencida, insistión para que el pueblo persa pudiera conocer una de las obras más ingeniosas del escritor argentino.
Tras la primera negativa del ministerio, alegando que el libro carecía de valor literario, hubo una segunda en la que afirmaban que existían 37 términos problemáticos, como «vino», «cantar» y «bailar»,Âque debían ser eliminados o cambiados. De este modo, mi alumna revisó el texto y lo adaptó a las exigencias de los censores; sin embargo, en la tercera revisión decidieron que seguían existiendo 17 expresiones prohibidas.
En vista de que era difícil hacer ver al censor que eliminar algunos términos constituiría una afrenta contra la magia expresiva de Cortazar, al final mi estudiante tuvo que recurrir a un «enchufe» con influencias en el ministerio de la censura y hoy, dichosamente, me confirma que el libro saldrá publicado en breve. Además me ha dedicado (inmerecidamente) la traducción en el prólogo, lo que me ha llenado de satisfacción.
¡Enhorabuena a la traductora y a los lectores iraníes que se animen a leerlo!
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