El profesor, a diferencia de la mayoría del resto de profesionales, disfruta de largas vacaciones; acabamos de volver de un largo fin de semana, esta vez con la excusa de los carnavales. Algunos estudiantes llegaron tarde a clase por haber estado divirtiéndose toda la noche, otros simplemente no han venido pero, y eso me ha alegrado mucho, la mayoría ha sido responsable y supo compatibilizar juerga con trabajo y estaban en la clase a plenitud de facultades desde las 8:30 de la mañana.
Como todos lo miércoles, el día consistión en tres clases de «filosofía I» y una guardia. Las clases discurrieron en torno a Hegel y a su concepto de espíritu absoluto. Intenté que aplicaran la dialéctica hegeliana (tesis, antítesis y síntesis) a su propia vida y se dijeron anécdotas biográficas harto interesantes. Los pensamientos de Marx, Feuerbach y Nietzsche surgían también entremezclados con los de los estudiantes.
Durante la guardia estuve con un grupo de 3º de la ESO, muy rebeldes al principio pero muy trabajadores y silenciosos cuando me tuve que poner firme. Es tan sencillo como ponerles a trabajar. Lo agradecieron al final.
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