Igual que la gente suele ir al cine tan solo por el título de la película, yo adquirí este libro unicamente por su cabecera y la ilustración de la portada, que para eso todos somos vulnerables al marketing. La compré hace tiempo y no tenía ninguna referencia sobre esta pequeña novela ni sobre la autora, la francesa de origen judío Yasmina Reza, y hoy veo perplejo que Internet «rezuma» comentarios sobre este libro de la editorial Anagrama.
La novelita cumple con el objetivo que propone el título: nos lleva en un trineo (con su connotación de frío y blancura) detrás de Schopenhauer, el filósofo de la tristeza y del sinsentido de la vida.
De la mano de una psiquiatra, un profesor de filosofía especializado en Spinoza, su mujer decepcionada y un amigo íntimo de ellos que rechaza toda «trascendentalidad» Reza construye cuatro monólogos que no son más que la concreción del mundo abstracto de Schopenhauer, y además adaptado a nuestros días de relativismo moral, nihilismo y materialismo.
Bonita escritura que inquieta, perturba y desespera, lo cual no está mal como catarsis purificadora. Ahí van unas perlas:
Mi marido no tenía ni idea de que el tiempo pasaba. (p 15)
Amor y matrimonio no tienen nada que ver, amor y familia no tienen nada que ver, los sentimientos entre un hombre y una mujer, dentro de este dispositivo, sólo pueden esfumarse. (p 19).
Voy en trineo hacia la muerte, doctora. Tal y como lo oye. En el trineo de mi amigo Arthur Schopenhauer. (p 27).
Digan lo que digan , Spinoza no ayudó demasiado a mi maestro Deleuze cuando este se tiró por la ventana, ni a mi maestro Althusser cuando estranguló a su mujer antes de ornarla con un trozo de cortina rojo. (p 29).
El Afganistán de hoy es la Francia de 1870, una Francia en su mayor parte iletrada, increíblemente religiosa, que al cabo del tiempo se aporpió de la democracia y la construyó. (p 44).
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