Cómo hablar de los libros que no se han leído

Quise comentar el último libro de Pierre Bayard (Anagrama, 2008) sin haberlo leído, es decir, siguiendo la recomendación que parece indicar su título; esto no es nada original por mi parte puesto que a Iker Seisdedos le salió una buena reseña de esta obra en el El país semanal sin haber visto una sola frase. Para ello me encaminé al índice y pensé que con un-poquito-de-aquí-y-otro-de-allá el comentario quedaría finalizado. Sin embargo me encontré con un capítulo titulado «Frente a un profesor» así que me fui a la página 90 donde comenzó mi aventura lectora en el mundo del no-libro.

Se trata de una obra cínica que hay que leer con buen humor y humildad, pues probablemente el lector se vea reconocido en sus «mentirijillas» a las que, según el autor, tiende la humanidad al hablar de las lecturas que ha realizado. Al parecer los seres humanos sobrevaloran el acto lector y los profesores cobramos por perpetuar e incentivar esta sobrevaloración.

Por cierto, el otro día cuando fui de excursión a Praga con los estudiantes algunos sacaron sus libros (no los de texto) en el autobús para leerlos con delectación. A pesar de las curvas y los baches de las carreteras no perdían la concentración. Jamás había visto algo así en España, fue una visión bonita y sorprendente.

Les dejo con algunas perlas «al azar» y fruto del «hojear» como dice Bayard que hay que leer algunas obras:

Si ya está mal visto no leer, casi igual de mal visto está leer rápido u hojear un libro; y, sobre todo, decirlo. (p 12).

Toda empresa de lectura, incluso a lo largo de toda una vida, es perfectamente vana respecto de todos los libros que permanecerán ignorados por siempre. (p 24).

Ser culto no consiste en haber leído tal o cual libro, sino en saber orientarse en su conjunto. (p 28).

El libro interior es ese conjunto de representaciones míticas, colectivas o individuales que seinterponen entre el lector y todo relato escrito, y que cincelan su lectura a sus espaldas. (p 97).

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Comentarios

2 respuestas a «Cómo hablar de los libros que no se han leído»

  1. Pues si que es sorprendente … en España se pondrían a hacer de todo, menos leer, y mucho menos si no es obligatorio 😛

  2. ¡Pero, hombre, no déis ideas, que la cosa está muy mal! Hablando (escribiendo) en serio… el problema es que hay mucho tramposo suelto y mucho prejuicio en torno a este tema, también. Yo siempre se lo digo a mis alumnos: que no hay que leer por obligación, que la lectura es y debe ser un placer y cuando una obra comienza a ser soporífera hay que mandarla rápidamente y sin clemencia a la «Porra» (lugar, sin duda, muy concurrido); que se puede leer cualquier cosa, que no por leer el Ulises de Joyce se es más «cool».

    Ahora me viene a la memoria, una escena de una peli que sale W.Allen -creo que es «Sueños de un seductor»- donde trata de ligarse a una chica, la invita a su casa y esparce por el sofá , las mesillas… varios libros para impresionar; jajaja ¡soberbio, Woody, como siempre!

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