Dentro de unas semanas vamos a visitar con los estudiantes la Cañada Real Galiana en su tramo por Madrid, en concreto estaremos en el Gallinero, poblado de mayoría gitana-rumana en el que mi amigo el profesor de Filosofía jubilado Paco Pascual junto a otros admirables voluntarios trabajan denodadamente día tras día para llevar la dignidad a esos que muchos contemplan como escoria humana, ladrones y gentuza. Es tal el estigma de esta comunidad de personas que lamentablemente no es extraño escuchar agresivas expresiones del tipo «p* gitanos-rumanos de m*» entre, incluso, los propios rumanos no gitanos inmigrantes en España. Es esta una realidad social invisible para los libros de textos y sesgada para las TIC que sin duda deben conocer mis estudiantes de primera mano.
Planteo el viaje de forma objetiva y sin valoraciones previas pues son vanos los discursos maniqueos. Como profesor de Filosofía, Ética y Ciudadanía la experiencia me dice que sobran las lecciones teóricas sobre la bondad y la maldad, la justicia y la iniquidad, la aporofobia y la reikofilia porque la Ética se aprende eficientemente viviéndola, enfrentándose a dilemas cara a cara, conociendo personalmente a los desheredados de la fortuna. Uno ante los alumnos no debería opinar sobre un problema ético pues para ello ya están sus familias con los valores que ellos estimen pertinentes transmitirles (si no fuera así me convertiría en una especie de sacerdote laico), pero sí que debo plantar al estudiante, tras la explicación teórica de los distintos sistemas éticos, frente a la cuestión concreta sin intermediarios y que, de este modo, vaya formando un juicio crítico y autónomo. Mi objetivo es que mis jóvenes aprendices vean directamente la pobreza y la marginalidad para enjuiciarlas con datos empíricos ajenos a sus instintos y emociones amigdalares así como a la escatología televisiva para, de este modo, facilitarles un pensamiento personal alejado de manipulaciones bien intencionadas.
Con esta actividad pondremos a prueba las dos estructuras que nos condicionan a los seres humanos en nuestra relación con el Otro: la natural y la cultural. Ambas nos determinan para odiar y despreciar al que es distinto y veremos si con nuestra visita se tambalean o, por el contrario, se consolidan.
En primer lugar la animadversión por este grupo humano con el que vamos a convivir viene determinada por la biología, dado que somos xenófobos empáticos naturales, como bien indica Kathinka Evers:
Desde un punto de vista biológico, los seres humanos experimentan una simpatía natural hacia los grupos a que pertenecen, y pueden comprender a los grupos a los que no pertenecen; pero sin embargo no están dispuestos a simpatizar del mismo modo con estos últimos. Muy por el contrario: nos conducimos como psicópatas naturales con la mayor parte del mundo. (Neuroética. Cuando la materia se despierta, Madrid, Katz, 2010, p. 132).
Quizá esta experiencia sirva para sobreponernos a los dictámenes genéticos que nos predisponen a la «psicopatía natural» que implica una abyecta indiferencia por el dolor de los demás. Digo predisposición y no determinación porque si no fuera así carecería de sentido nuestra actividad (no se puede huir de lo determinado). Salirnos de los cauces biológicos -los mismos que llevaron a las mujeres a la sumisión o a los débiles a la explotación- es lo que eleva al ser humano por encima de la animalidad. No basta con comprender, es preciso actuar y, quizá, simpatizar.
En segundo lugar está la influencia cultural marcada fundamentalmente por la televisión en la que es difícil detectar la manipulación y fabulación con que nos nutre. No sé si exagero si afirmo que lo que sucede en nuestros días con estas comunidades de desamparados es similar -salvando la Solución final– a la situación de los judíos en la Alemania de los años treinta. Hace sólo ocho décadas la gran mayoría de los alemanes despreciaban a los judíos, a los que acusaban de sucios, ladrones y parásitos sociales. A ningún profesor se le ocurrió llevar a sus alumnos a convivir una jornada con ellos para ver si eran tan detestables como se decía, quizá muchos actos sencillos como ese habrían cambiado la Historia.
Los tenían aislados en guetos para que no molestaran y la bonhomía alemana impedía acercarse a semejantes seres escuálidos considerados como apestados infrahumanos. Los noticiarios previos a las películas de las salas de cine y numerosos filmes como Judío Süss, Los Rothschild y El judío eterno, se encargaban de mostrar imágenes denigrantes de esas piltrafas etiquetados despectivamente como «judes» siendo contemplados como un cáncer y una aberración de la naturaleza (pueden ver un estudio detenido en la obra de Baruj Gitlis Las películas del odio. El cine nazi en guerra contra los judíos, en la editorial Alfa de Bnei-Brak así como en el documental que lo acompaña. Es muy pertinente en nuestro artículo el siguiente fragmento de la página 145:
Aquí radica el cinismo de la «película documental» como El judío eterno: personas encerradas en un mundo de inmundicia, como animales en jaulas hacinadas y su denigración es presentada como una forma de vida absolutamente normal, como si hubiera sido el modo de vida que esas víctimas del terror nazi eligieron voluntariamente; para ejemplificar simplemente la teoría de que los judíos no son personas como tú y yo.)
Hoy en día quizá esa función de demonización (justificada o no, eso ya lo veremos en consonancia con el principio de objetividad que quiero imprimir al viaje) la presten impactantes programas de televisión como Callejeros y Comando actualidad.
Es normal que algunos padres puedan estar preocupados por nuestro viaje. Debo decirles que soy absolutamente responsable de esta actividad educativa que hemos preparado con mucho rigor. Además, como dije al principio, visitaremos el poblado de El gallinero que, a pesar de ser parte de la Cañada Real, está muy apartado de la venta de drogas y de la delincuencia. Igualmente estaremos acompañados por cooperantes que conocen bien el lugar y que son muy respetados en la comunidad. En cualquier caso estaremos poco tiempo en su poblado porque vamos a convivir con ellos en el Parque de atracciones. Les recogeremos, nos enseñarán su poblado y después nos iremos a disfrutar de un día de diversión y aprendizaje mutuo en el que pondremos en práctica dinámicas de grupo y debatiremos al modo de Filosofía para Niños. Me consta que se sienten muy contentos de que un grupo de jóvenes españoles desee convivir con ellos unas cuantas horas olvidando prejuicios y abiertos al diálogo.
Nuestra actividad se enmarca dentro de los siguientes temas de nuestra programación didáctica según la legislación del Ministerio de Educación y la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha, estando aprobada por el Consejo Escolar:
Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos de 2º de ESO: Bloque III. Derechos y deberes ciudadanos. «Identificación de situaciones de violaciones de derechos humanos«.
Educación Ético-Cívica de 4º de ESO: Bloque V. Problemas de tipo social. «Factores que generan problemas y discriminaciones a distintos colectivos. Valoración ética desde los Derechos Humanos. Propuestas de actuación«.
Filosofía y Ciudadanía de 1º de Bachillerato: Bloque III. Filosofía moral y política. «Las teorías éticas ante los retos de la sociedad actual: felicidad y justicia».
Historia de la Filosofía de 2º de Bachillerato: Bloque V. La filosofía contemporánea. «La filosofía marxista. Carlos Marx«.
Psicología de 2º de Bachillerato: Bloque V. Personalidad y vida afectiva. «Determinantes individuales y situacionales de la conducta«.
Además esta actividad contribuye a adquirir y consolidar las siguientes competencias básicas:
En la página «Pobreza» de nuestro wiki iremos coordinando todo el trabajo de los alumnos así como recursos didácticos que van encontrando.
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