Tengo muy claro que no hay mayor garantía para la paz que las sanas relaciones comerciales entre las naciones; de este modo, no es primero la paz y luego el comercio, sino primero el comercio del que se decanta la paz. Es por ello que tenemos que alegrarnos porque, sin alcanzar la paz del todo, desde hoy es posible establecer vínculos comerciales con Irán que conducirán, inevitablemente, hacia una paz duradera basada en el equilibrio dinámico de la cooperación comercial entre países.
Se acabó el despropósito que suponían las sanciones económicas con las que perdíamos todos. Ahora se ha logrado un acuerdo win-win y si tiene ahorros y le apetece invertir, es más que recomendable hacerlo en Irán. La construcción, el textil y el idioma español van a ser en breve fuentes de riqueza tanto para nosotros como para ellos.
¡Despréndase de los prejuicios y emprenda en Irán! Solo la prosperidad económica conducirá hacia la paz social. De hecho ya se oyen por las calles a jóvenes eufóricos gritando «¡fuera fallafel, bienvenido McDonnald´s!». Despotriquen contra estas hamburgueserías y las mercachiflerías que ustedes quieran, pero sean conscientes de que son el garante de la estabilidad económica. Y es que no es tiempo de fruslerías idealistas anti-consumistas. El fin justifica los medios: Teherán bien vale una hamburguesa.
Me dan muchas ganas de volver a trabajar allí. Quizá lo haga, pero de momento me espera otro país. Ya iremos contando desde este humilde blog. En todo caso quedémonos con las sabias palabras del gran héroe Javad Zarif:
Quizá la persona más importante de la década “@JZarif: #IranDeal is not a ceiling but a solid foundation. We must now begin to build on it.”
— Rafael Robles (@RafaelRob) julio 14, 2015
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