Mi amiga brasileña Lúcia, miembro del comité pro-Haití, lleva varios días recorriendo Europa (Grecia, Italia y ahora España) impartiendo conferencias sobre la desastrosa situación de Haití y las soluciones que se pueden adoptar para acabar con el inmenso dolor de ese monte pelado (no hay ni un solo árbol). Vino directamente desde Nairobi y el domingo emprende el vuelo a Venezuela (el presidente Chávez la ha recibido en dos ocasiones) para posterioremente desplazarse a Brasil y, desde allí, recalar en Haití.
Ayer estuvimos tomando un café y me explicó minuciosamente el «proyecto de las vacas» que quiere llevar a cabo para que un grupo de haitianos pueda depender de sí mismos para salir adelante, al menos en lo que a alimentación se refiere. Es tan interesante que estoy pensando en iniciar una pequeña campaña de ayuda. Ya veremos en qué queda todo esto.
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