Seguimos con santo Tomás en segundo de Bachillerato. No veo el día en que lo terminemos (una semana a lo sumo, espero) pero creo importante dejar los conceptos claros; aunque la prueba de acceso a la universidad se nos eche encima es preferible poco y bien que mucho y mal. Con una idea clara del aquinate entenderán mejor a Aristónteles (de hecho estudiar al Doctor Angélico es una especie de repaso del estagirita). Ya llegarán Nietzsche y Habermas.
Les he dado un breve texto de la Suma contra gentiles que tienen que leer esta noche en sus casas. He hecho hincapié en que deben hacer una lectura de tercer nivel, es decir, han de dialogar con las palabras que les susurra santo Tomás desde una distancia centenaria. En filosofía no deben limitarse a un primer nivel de lectura (si solo saben identificar las letras son meros analfabetos funcionales) ni a uno segundo que se limite a comprender lo que se dice. Deben RESPONDER y ESCUCHAR, es decir, DIALOGAR con santo Tomás desde el silencio y soledad de su habitación.
No me ha gustado nada que faltaran seis estudiantes porque tenían después un examen de biología. Allá ellos. No venir a mis clases supone un esfuerzo extra en casa si se quiere aprobar la asignatura.
En filosofía de primero de bachillerato hemos hablado de la demostración de Dios según las cinco vías tomistas. Unos estaban de acuerdo y otros no.
En la reunión de tutores de cuarto de la ESO hemos estudiado algunos materiales didácticos sobre valores para utilizar en las próximas semanas.
En las dos clases de ética hemos hablado de la moral kantiana y parece que a ninguno les ha acabado de convencer: no se sienten identificados con ella. Los últimos diez minutos les he mostrado un vídeo sobre Haití, que me regalón ayer Lúcia, en el que se mostraban algunas de sus miserias y la vida del día a día. He intentado colgarlo en Google vídeo pero hay problemas. Otro día lo veremos entero para comentarlo entre todos.
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