El Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo, respaldado por el Ministerio de Educación y Ciencia y otras instituciones, ha publicado «Las Tecnologías de la Información y de la Comunicación en la educación. Informe sobre la implantación y el uso de las TIC en los centros docentes de educación primaria y secundaria«.
A continuación incluyo algunos de los gráficos que muestra dicho informe y los comento de forma breve a la luz de mi experiencia con las tecnologías educativas.
Que yo sepa la mayor parte del tiempo el responsable de las TIC la tiene que dedicar a reparar los ordenadores. Como le asignan tan pocas horas apenas hay tiempo para más.
El coordinador TIC debería ser un experto que trabajara a tiempo completo dedicado exclusivamente a las TIC. Las pocas horas que se le asignan a la semana y su compaginación con la tarea docente habitual dificultan enormente la correcta integración de la tecnología en la educación.
Si se echa un vistazo a las páginas visitadas por los alumnos en el aula de informática es fácil observar que las páginas más vistas son «Marca», «Hotmail», las de videojuegos online y las de descargas de música. Habría que controlar esto mejor.
Existe la creencia generalizada entre el profesorado de que aprender a usar las TIC (sin limitarse a usar el procesador de textos, sino yendo más allá) supone una inversión excesiva de tiempo, además no remunerado.
Este gráfico es excesivamente optimista. Vamos, que es falso o la encuesta la hicieron en centros tecnológicamente elitistas.
El bajo nivel del profesorado en tecnología es la clave, así como su poca motivación y la inexistencia de personal especializado en los centros. Los alumnos más que obstaculizar incentivan para que usemos las TIC con ellos.
Me alegra que la filosofía esté a la cabeza del uso de las TIC educativas. No en vano cada vez somos más los profesores de filosofía interesados en renovar la forma de enseñar.
Todavía es pronto para empezar a exigir a los alumnos que trabajen con la Web 2.0. Solo un tercio de los estudiantes pueden trabajar en sus casas, y son reticentes a ir a bibliotecas o cibercafés para hacer sus tareas, así que los trabajos deben tener carácter voluntario. Espero que en pocos años el acceso a Internet sea un «derecho universal».
Cuantos más estudios tienen los padres más rendimiento académico tendrán los alumnos y más fácil será que accedan a Internet. Siempre ha habido clases, pero en la educación pública debemos luchar para eliminar esta brecha. ¿Qué tal abrir las aulas Althia por las tardes o alquilar portátiles a bajo coste en vez de gastar tanto en libros de texto?
Respecto de la última cuestión está clara la manipulación: para que mejore el rendimiento antes se ha tenido que usar el ordenador de forma eficiente por parte del profesorado, aspecto este que pongo en duda.
A continuación algunas citas interesantes del informe:
El nivel de ocupación de los equipos no es alto y la disponibilidad del equipamiento fuera del horario lectivo está orientada fundamentalmente a los docentes, aunque numerosos centros ofrecen actividades extraescolares para alumnos, en las que se hace uso de estos recursos.
En Bachillerato, la tónica de uso del ordenador en las distintas asignaturas sigue siendo descendente, comparado con el uso en otras etapas educativas. En las que más se utiliza el ordenador, con una frecuencia alta y media –es decir, entre varias veces al mes y casi todos los días–, son las de Lengua Extranjera (pero tan solo en un 19,6% de los casos), Filosofía (en el 16,6%), Lengua y Literatura (en el 15,0%) e Historia (en el 13,5%). Todos estos porcentajes son inferiores a los de los ciclos precedentes, excepto en el caso de Lengua extranjera.
El profesorado dispone de más formación ofimática y telemática que didáctica en relación con las TIC, aunque los niveles de seguridad percibidos por los docentes en todos estos aspectos son bajos y, consecuentemente, un alto porcentaje de ellos dice requerir formación complementaria.
Los principales obstáculos percibidos se refieren, a su vez, a la falta de tiempo del profesorado para dedicar a las TIC, al bajo nivel de forma-ción del profesorado, la falta de recursos tecnológicos en el centro, la ausencia de asesoramiento didáctico y la escasez de personal especializado en el centro.
La escasa dedicación horaria de la persona que asume la coordinación de los recursos TIC en el centro (más del 70% de los coordinadores declara que su dedicación semanal es igual o inferior a cinco horas), aunque ésta asuma tareas técnicas, didácticas y de atención a alumnos.
La percepción por parte de los profesores de que la carencia de personal especializado en el centro es un obstáculo para la incorporación de las TIC a su práctica docente.
La percepción extendida, entre el profesorado y los equipos directivos, de que los dos principales obstáculos para la mejor incorporación de las TIC a la actividad pedagógica del centro son la falta de disponibilidad de tiempo para dedicar a las TIC (en un 72,3% del profesorado y en un 58,0% de los equipos directivos) y el bajo nivel de formación docente para lograrlo (en un 78,2% de los docentes y en un 58,1% de los equipos directivos).
La falta de formación en el uso didáctico de las TIC en una parte significativa del profesorado (cerca de un 50% de los docentes no ha tenido capacitación metodológica para la aplicación de las TIC a las asignaturas) y, consecuentemente, la falta de seguridad que manifiesta tener en el uso didáctico de las TIC (sólo el 20,9% dice tener bastante o mucha seguridad). A ello se añade el dato de que una proporción muy elevada de docentes dice necesitar formación complementaria en estos aspectos (el 83,9%).
La escasa presencia de las actividades con TIC en la mayor parte de áreas curriculares o asignaturas de las distintas etapas educativas, tanto en opinión de los profesores como de los alumnos. En Educación Secundaria Obligatoria y Postobligatoria, exceptuando Tecnología y las materias teóricas y aplicadas de los ciclos formativos, en el resto de asignaturas la frecuencia de uso baja o nula supera siempre el 70% de las respuestas de los estudiantes.
La moderada expectativa por parte del profesorado de la incidencia que pueden tener las TIC en la mejora el rendimiento del alumnado (sólo el 42,6% del profesorado está de acuerdo o muy de acuerdo con esta afirmación), aunque esta expectativa es claramente superior en relación a los alumnos con necesidades educativas especiales (asciende al 58,9%).
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