Tras el gran esfuerzo económico que ha hecho mi instituto, el pasado fin de semana unos «cacos» forzaron la cerradura del centro, bloquearon la alarma, recorrieron todos los departamentos haciéndose con los portátiles y mandando a tomar viento fresco, quizá en algún «mercadillo» fuera de España, las PDAs, ya que también las llevaron consigo.
Es uno de los problemas de las TIC educativas: son muy golosas para los amigos de lo ajeno, a diferencia de las pizarras y tizas de antaño.
Estos días recorre el instituto un espíritu de vulnerabilidad y tristeza contenida. Al menos eso me parece a mí ¿o estoy proyectando?
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