La primera vez que una alumna me hizo una fotografía con su teléfono móvil mientras daba clase le dije que, al menos, pidiera permiso. Después observé que lo de fotografiarme era algo más que una excepción y pregunté a un compañero profesor que qué es esto. Me dijo que era normal, así que supongo que porque soy extranjero «atraigo» a las cámaras. Me imagino a los estudiantes diciendo, mientras enseñan mi imagen, «mamá, mamá, este es el profe que viene de España».
Queridos estudiantes, ya puestos, mandadme las fotografías para publicar aquí las mejores.
En España, por el contrario, lo de los teléfonos móviles en clase no se lleva con tanta condescendencia y hacer una fotografía a un profesor sin su consentimiento es una falta grave. En mi país, me consta, hay profesores extremistas que incluso quieren impedir que los móviles se enciendan durante el recreo. ¡Serán tiranos!
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