Contratos y sindicatos

Los profesores de la enseñanza pública de la República Checa no son funcionarios como en España, sino que son contratados indefinidamente. El primer año de trabajo se le ofrece un contrato temporal en el que no cobran el mes de agosto. Si les ha gustado su desempeño le fichan para siempre. Los centros tienen más autonomía que en España a la hora de elegir a sus trabajadores aunque hay un servicio de inspección sumamente riguroso.

En España, por el contrario, los equipos directivos deben aceptar a los profesores que les mande la Administración sin consultarles sobre su idoneidad para el proyecto del centro. Además el sistema de funcionariado español asegura el trabajo de por vida al profesor lo que, lejos de animarle a perfeccionarse y reciclarse, le desmotiva y le adocena respaldado por unos sindicatos compuestos por profesores sin vocación liberados (perdonen la generalización). ¿Qué puede motivar a alguien si le van a pagar igual lo haga bien o lo haga mal?

Por otro lado, los sindicatos de profesores de la República Checa tienen miedo, heredado del sistema coactivo comunista, a organizar manifestaciones y quejarse ante situaciones que claramente deben mejorar. En España, sin embargo, lo de los sindicatos es un asunto delicado porque no es que tengan miedo, es que son ellos los que atemorizan. Por ejemplo, soslayando su actitud general (que sería tema de otro «postreo») y llevándolo al ámbito personal, hace unos años escribí sobre una tropelía que cometió uno de estos sindicatos y al día siguiente llamaron al director de mi centro y tuve que retirarlo (también habría que escribir algún día sobre la censura y autocensura en este blog).

De forma objetiva puedo realizar una afirmación rotunda: Los profesores checos muestran más interés por preparar las clases y dedican más horas a dar calidad a su labor que un profesor de la enseñanza pública española. La razón es obvia. Quizá ocurra lo mismo con los profesores de la educación privada en España; por eso (y otras razones añadidas) quien puede permitírselo manda a sus hijos a estos centros educativos privados.

ACTUALIZACIÓN 19 de octubre de 2008

Dado que he recibido algunos comentarios muy agresivos en relación con este posteo (sus direcciones de IP las tengo guardadas por si acaso), parece que tengo que aclarar que cuando escribo

«Los profesores checos muestran MÁS interés por preparar las clases y dedican más horas a dar calidad a su labor que un profesor de la enseñanza pública española».

lo importante es el «más» (estamos comparando) y cualquiera que trabaje por aquí se dará cuenta de ello, empezando porque se entra antes y se sale después que en España, pasando porque hay huecos para preparar las clases y documentos que rellenar con los planes de trabajo en vacaciones. No digo «la educación privada en España» porque nunca he trabajado en este sector. No he afirmado que en la enseñanza pública no se trabaje o se trabaje mal, me limito a comparar con la República Checa. Tengo muy buenos amigos en la pública y me consta que son grandes trabajadores. Creo que habría que leer con más atención los escritos antes de dejar comentarios tan aguerridos.

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Comentarios

6 respuestas a «Contratos y sindicatos»

  1. Pues habría que pensar también en esas «razones añadidas», que son muchas y muy interesantes… No creo que los profesores de la privada (también generalizando…) dediquen más tiempo a prepararse sus clases… Pero sí me parece que la enseñanza pública se encuentra con un problema en cuanto al profesorado: ¿inestabilidad de los claustros?, ¿formación de equipos directivos?, ¿falta de autonomía?, ¿concentración de inmigrantes y de otros «indeseables» que la privada no quiere ver ni en el telediario?… Y más.
    He trabajado siete años en la privada, y este es el quinto en la pública… Como Lope de Vega: «quien lo probó lo sabe».

    Un saludo, y gracias por la reflexión

  2. Supongo que lo de «indeseables» del comentario anterior es en tono irónico…
    En Argentina tenemos dos sistemas educativos, dos sistemas de salud, y dos de todo lo que ocurre.
    En educación, tenemos escuelas privadas vanguardistas a nivel pedagógico, y escuelas públicas que se convirtieron en «el lugar donde dejar los chicos para ir a trabajar».
    Los docentes de las escuelas públicas trabajan con esfuerzo y mucho amor, pero no hay recursos, y los niños que asisten a esas escuelas tienen tantos problemas en sus casas que no tienen interés por aprender…
    Dicen que dicen que esta crisis económica acabará con el neoliberalismo… ¡ojalá! Las educación estatal argentina era de lujo antes de los ’70.

  3. Pues no sé si era con mucha ironía, pero te aseguro, Iris, que en ¿algunos? colegios concertados de Madrid «no se desea» tener escolarizados niños con «problemas» (y lo de «problemas» ahora sí que es irónico).

    Pero no, no se debe generalizar…

    Un saludo

  4. Hola Jueves: Tu experiencia de tantos años en la pública y en la privada es muy interesante. Algún día podrías escribir un libro comparando ambos sistemas de primera mano, sus cosas buenas y malas, etc. Con lo mejor de un sistema y lo mejor del otro se podría tener un gran sistema educativo.

    Hola Iris Fernásndez: Un saludo cordial ya va para Argentina.

  5. Creo que el enfoque no es tanto privado – público, como sistemas eficientes de gestión de un sistema complejo como es la institución escolar. Me explico. En los rankings de calidad de las Universidades los puestos más elevados se corresponden con Universidades privadas, sobre todo anglosajonas. Pero también hay algunas públicas, como Oxford, Cambridge y algunas norteamerianas (creo recodar que la de CAlifornia)

    Pero lo que caracteriza tanto a las privadas excelentes como a las estatales excelentes es que se organizan según un sistema de incentivos racional tanto para profesores como alumnos. Estos sistemas de incentivos (competencia, productividad, excelencia) generan un mayor rendimiento cultural y económico.

    Lo que sucede es que en los sistemas estatales es más difícil poner en marcha estos sistemas de incentivos para discriminar a los profesores buenos de los malos, a los estudiantes buenos de los malos, a los gestores buenos de los malos, etc.

    En los sistemas estatales los sistemas de incentivos son perversos y están dominados por la demagogia populista más barata (en Argentina podríamos decir «peronista», para abreviar)

    El compromiso por una educación estatal o pública también está dentro del paradigma liberal. Adam Smith defendía la escuela pública, al tiempo que explciaba los incentivos necesarios para que los profesores estuviesen encaminados a la excelencia y no a la mediocridad, propio de una casta funcionarial.

    Un saludo, Rafael

  6. Avatar de Javiyubal
    Javiyubal

    Hola Rafael:

    Tuvimos contacto hace años en relación con la pizarra digital cuando trabajaba en Los Yébenes.

    En la actualidad esamos inmersos en un proyecto Comenius y uno de nuestros socios es una escuela checa, de Cesky Krumlov.

    Estuvimos de visita allí hace un par de semanas y s¡cuando les conté que aquí la escuela no contrata a sus profesores me preguntaban, escandalizados:

    ¿Y entonces quién los contrata?

    Estos compañeros tenían 21 periodos lectivos de clase (45min) y alguna estaba pluriempleada porque decía que cobraba muy poco (me dijo que unos 700€ al mes).

    E n la escuela, Saint Agnes (en checo), se respiraba buen ambiente de trabajo y nos aseguraron que muchos de sus alumnos eran vocacionales. Es una escuela de Artes: escultura, fotograf’ia, cer’amica, dise;o de escenarios y dise;o gr’afico.

    Me explicaron eso del cuaderno que tiene cada clase donde cada profesor tiene que anotar lo que va haciendo y lo que ocurre dentro de la clase. (Pod’ias dedicar un post a este asunto y a la organizaci’on interna del centro(

    Bueno, un saludo y que te enriquezca (como parece) tu experiencdia checa.

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