Rellenar formularios y entregar copias de documentos parece ser uno de los divertimentos de los checos. Supongo que es parte de la herencia comunista que han decidido mantener por aquello de la nostalgia. ¡No iba a ser todo malo durante el régimen anterior!
Se debe rellenar un formulario que atestigüe las sustituciones para compensar económicamente las horas en que se haya podido faltar. La dirección cuenta con esos datos, pero es una buena excusa para disfrutar del extraordinario placer de consumir papel y tinta.
Si se ha disfrutado de los diez días de vacaciones de Navidad se debe firmar un papelajo que así lo indique. Cuando me dieron hoy este documento pensé malévolamente qué sucedería si me negaba a firmarlo: ¿entenderían que trabajé en el instituto durante las fechas navideñas?
Si se desea obtener el permiso de residencia temporal habrá que acudir varias veces a la policía con documentos redundantes y fotografías de medidas exactas (distintas a las requeridas en cualquier pasaporte) ¡en plena era digital!
Si se ponen notas a los alumnos se debe hacer en los caros programas informáticos y después, como si uno hubiera estado tocando el tambor, volver a incluirlas en un documento en papel, alumno por alumno, curso a curso, a base de bolígrafo y resignación.
Si se necesitan folios, por ejemplo para darlos a los alumnos en un examen, es requisito indispensable rellenar…
Si se contrata Internet se deberá leer un sinfín de documentos, hacer numerosas llamadas a la compañía telefónica y sortear los plazos con calma.
Si se decide obtener una cuenta bancaria es perentorio mantener una entrevista de media hora con la oficinista rellenando tropecientos documentos. Eso sí, invitan a café.
Si se propone llevar a los alumnos de excursión se le quitarán las ganas a uno cuando se percate del papeleo que es necesario preparar y del cual desconozco su utilidad.
Tengo un enorme cajón rebosante de documentos. Creo que los voy a encuadernar en tapa dura como un bonito recuerdo que guarde la esencia de mi estancia en la maravillosa pero empapelada República Checa.
Disculpen el tono hiperbólico de este posteo. La verdad es que tampoco es para tanto.
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