Cerca de mi panelak fluye el río Svratka, aunque más bien reposa porque hace semanas que el termómetro no supera los -1ºC. A pesar de ello siempre hay numerosos pescadores que se enfrentan a los -8ºC sentados en la escarcha y fumando a la espera paciente de peces que buscan cobijo en las más cálidas profundidades.
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