Uno de los más graves errores que cometen los altos funcionarios de la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha es su desprecio por el profesorado sustituto, así como el desdén que muestran por el derecho a la educación de los alumnos cuyos profesores habituales se ven obligados a faltar a clase. Es esta una de las desgracias del sistema público que incide en nuestra falta de calidad y que invita a la sociedad a dudar sobre nuestra eficiencia y credibilidad.
Constituye una flagrante falta de compromiso para con los ciudadanos la que comete el gobierno socialista (y conservador) dando la orden -tácita e ilegal- de no enviar profesores sustitutos hasta después de las vacaciones de Semana Santa cuando aún restan dos semanas de trabajo.
Lo más abyecto del caso no es que se incumpla el derecho a la educación de los estudiantes (algunos jóvenes, lamentablemente, se alegrarán por ello), sino que se queden profesores sustitutos sin trabajar estos días, a pesar de que ejercieron las semanas anteriores y, en consecuencia, les sea negado su derecho a cobrar las vacaciones. Quizá la razón para este despropósito hay que encontrarla en la falta de fondos, debida, en parte, a que prefieran invertir dinero en carísimos contenidos de lucrativas editoriales cuando este tipo de material está disponible de forma libre (y legal) en Internet sin disminuir por ello un ápice su gran calidad.
Propongo a mis alumnos que se han quedado sin profesora a que reivindiquen sus derechos y a que exijan responsabilidades a quienes deciden de forma unilateral y siguiendo criterios economicistas. Si las palabras serenas y el diálogo razonado no funcionan sería legítimo que pusieran en práctica algún otro tipo de presión, por supuesto no violenta. Con ello se beneficiarían ellos mismos, al recibir las clases, y se haría justicia con la profesora cuyos derechos como trabajadora han sido vapuleados, pateados y aniquilados.
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