
En Irán los jóvenes no tienen esperanza. Por supuesto los ricos viven muy bien -por ejemplo los empresarios ni siquiera están obligados a pagar impuestos ni rendir cuentas a ningún inspector de trabajo-, pero la clase media sufre los estragos de un sistema colapsado por la presión económica internacional y la incompetencia en afrontarla de su gobierno. La única alternativa que los jóvenes iraníes estiman que es digna y realista es la de emigrar puesto que la mayoría de los trabajos asalariados se los reparten los afines al régimen y los que dan muestras públicas de entrega religiosa.
[pullquote]El gobierno se alegra de que sus jóvenes universitarios emigren porque son peligrosos empapados de anhelos de democracia y libertad[/pullquote]Para más inri el gobierno se alegra de que sus jóvenes universitarios emigren porque son peligrosos empapados de anhelos de democracia y libertad, por lo que no les dificulta la huida. De este modo Irán se ve despojada gradualmente de sus mejores mentes que, en vez de mejorar la calidad de vida de sus compatriotas, se largan a enriquecer a otros países. La fuga de cerebros hace tanto daño a Irán como una guerra.

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