Me apetecía estos días previos al inicio del nuevo curso leer metafísica profunda. De este modo me hice con Hacer la presencia. Fotografía, arte y (bio)tecnología de Polona Tratnik porque trata un tema que me interesa hasta la obsesión, a saber, la influencia de la tecnología en el ser humano.
La filósofa eslovena reflexiona en esta obra publicada por Herder sobre el arte fotográfico y su imbricación con la vida, así como sobre la influencia de la biotecnología en el cuerpo. Así dicho parece uno más entre los numerosos tratados sobre arte contemporáneo, sin embargo se reconoce la profundidad filosófica de la autora con sus sesudos análisis del concepto de presencia, sobre cómo traer al presente lo que ya es pasado, campo en el que las tecnologías de la imagen, y por lo tanto, el arte contemporáneo, tiene tanto que decir.
Pero hablar de la presencia es, por supuesto, tratar también sobre la muerte, la no-presencia. Sobra decir que el pensamiento compulsivo sobre la muerte es lo que originó el arte, la técnica y la tecnología, que, en el fondo, no dejan de ser vanos intentos para alcanzar la inmortalidad por parte del ser humano.
Aparte de los amantes de la filosofía, este libro debería ser leído por los profesionales de la fotografía porque fotografiar es algo más que captar imágenes, porque mil palabras valen más que una imagen o, cuando menos, son complementarias. Porque aunque no alcancemos la inmortalidad, el arte y la tecnología nos aproximan a ella.
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