04. Filosofía y ciudadanía en la Ilustración griega: los sofistas y Sócrates. Aspasia de Mileto y el papel de la mujer en la cultura y la filosofía griega

La Ilustración griega, especialmente durante el siglo V a.C., fue un período de gran florecimiento intelectual en Atenas. Este período estuvo marcado por la aparición de los sofistas y la figura central de Sócrates, quienes, aunque con enfoques diferentes, contribuyeron de manera importante al desarrollo de la filosofía y la concepción de la ciudadanía.

Los sofistas

Los sofistas eran maestros itinerantes que enseñaban a los jóvenes atenienses habilidades prácticas, especialmente en retórica y argumentación. Eran conocidos por su habilidad para debatir y persuadir, y se enfocaban en el relativismo y el escepticismo.

Sofistas como Protágoras y Gorgias sostenían que la verdad y la moralidad eran relativas. Según Protágoras, «el hombre es la medida de todas las cosas,» lo que implica que la verdad es subjetiva y depende del individuo.

También jugaron un papel crucial en la educación de los ciudadanos en una democracia. Enseñaban a los jóvenes a debatir y persuadir, habilidades esenciales en la asamblea ateniense. Al promover el escepticismo y el relativismo, los sofistas alentaron a los ciudadanos a cuestionar las normas y valores tradicionales, fomentando un ambiente de crítica y reflexión.

De manera algo injusta fueron criticados por figuras como Aristófanes y Platón, quienes los acusaron de ser mercenarios intelectuales interesados más en ganar argumentos que en buscar la verdad, o simplemente de ganar dinero. Además, su relativismo moral fue visto como una amenaza para la cohesión social y la justicia, ya que se percibía que minaba la base de los valores compartidos.

Sócrates

Sócrates, a diferencia de los sofistas, buscaba la verdad objetiva y la esencia de conceptos como la justicia, la virtud y el bien. Utilizaba el método socrático de diálogo y preguntas para llegar a definiciones precisas.

No se consideraba un sabio (suya es la frase «sólo sé que no sé nada«, como primer paso hacia el conocimiento) aunque la pitonisa del oráculo de Delfos decía que no había ningún griego más sabio que él (Apología 21a). Al escuchar lo sucedido, Sócrates dudó del oráculo, y comenzó a buscar alguien más sabio que él entre los personajes más renombrados de su época, pero se dio cuenta de que en realidad creían saber más de lo que realmente sabían. También aseguraba que «una vida que no era examinada no merece ser vivida».

Para Sócrates, la virtud estaba ligada al conocimiento. Creía que conocer el bien conducía a actuar bien, y que la ignorancia era la raíz del mal, lo que se conoce como «intelectualismo moral«. Esta idea influyó en la noción de ciudadanía, vinculando la moralidad con la educación y la reflexión crítica.

Sócrates defendía que un buen ciudadano debe cuestionar y reflexionar sobre las leyes y valores de la polis, buscando siempre el bien común y la justicia verdadera. A través de sus diálogos fomentaba el debate público y la reflexión crítica entre los ciudadanos, lo que era esencial para el funcionamiento saludable de la democracia ateniense, a pesar de que no eran pocos los que se molestaban con él por sentirse derrotados en las batallas dialécticas a las que les retaba.

«La muerte de Sócrates» de Jacques-Louis David (1787). Le juzgaron y condenaron a muerte por, según ellos, corromper a la juventud y por impiedad ante los dioses de la época introduciendo nuevos dioses. Escuche en este enlace la lectura del último fragmento de la Apología de Sócrates escrito por su discípulo Platón.

Aunque no dejó escritos, sus ideas fueron difundidas por sus discípulos, especialmente Platón, y han tenido una influencia duradera en la filosofía occidental.

En el siguiente vídeo resumo su filosofía:

Aspasia de Mileto y el papel de la mujer en la cultura y la filosofía griega

Aspasia de Mileto

Aspasia nació en Mileto, una ciudad jonica en Asia Menor, alrededor del 470 a.n.e. Se trasladó a Atenas, donde se convirtió en una figura influyente, principalmente debido a su relación con Pericles, el líder ateniense. Vivió durante el apogeo de la democracia ateniense y estuvo en contacto con algunos de los más grandes pensadores de la época.

Reconocida por su intelecto y habilidades retóricas, Platón, en su diálogo Menéxeno, la presenta como una maestra de retórica, sugiriendo que enseñó a varios prominentes ciudadanos atenienses, incluyendo a Sócrates. Lee este discurso fúnebre.

Nuestra filósofa estaba en el centro de un círculo de filósofos y políticos, y es conocida por haber discutido ideas filosóficas con figuras como Sócrates, que la respetaba y la consideraba una persona sabia y educada.

Pintura de Hector Leroux (1682–1740) que retrata a Pericles y Aspasia admirando la gigantesca estatua de Atenea, en el estudio de Fidias. A través de su relación con Pericles, Aspasia tuvo una influencia considerable en la política ateniense. Algunos relatos indican que pudo haber influido en algunas de las decisiones políticas de Pericles.

A pesar de las críticas y la difamación que sufrió por parte de algunos de sus contemporáneos, Aspasia dejó un legado duradero. Su ejemplo desafió las normas sociales de su tiempo y abrió el camino para que otras mujeres participaran más activamente en la vida intelectual y pública. Aunque no se conservan escritos de Aspasia, su influencia en la filosofía es evidente a través de los testimonios de sus contemporáneos. Se dice que Sócrates la admiraba y aprendió de ella sobre el arte de la conversación y la retórica. Algunos estudiosos sugieren que Aspasia pudo haber influido en el desarrollo de la filosofía socrática, que se centra en el diálogo y la búsqueda de la verdad a través de preguntas y respuestas.

El papel de la mujer en la cultura y la filosofía griega

En general, las mujeres en la antigua Grecia tenían roles principalmente domésticos. Su principal función era el cuidado del hogar y la familia. La vida pública y política estaba dominada por los hombres.

La educación de las mujeres era limitada y centrada en habilidades domésticas. Sin embargo, en algunas ciudades como Esparta, las mujeres tenían más libertad y una educación más completa.

A pesar de las restricciones generales, hubo mujeres que destacaron en diversos campos. Aspasia es uno de estos casos excepcionales, junto con otras como Diotima de Mantinea, que también es mencionada por Platón.

Mujeres y filosofía

Diotima de Mantinea, según Platón, fue una sacerdotisa y filósofa que enseñó a Sócrates sobre el amor y la belleza en el diálogo El banquete. Representa otro ejemplo de mujer que tuvo un papel en el desarrollo del pensamiento filosófico.

Hiparquía de Maronea fue una filósofa cínica que desafió las normas sociales al vivir según los principios cínicos junto a su esposo Crates de Tebas.

Platón y Aristóteles y las mujeres

La discriminación de género ha estado presente en la tradición filosófica. En algunas obras se ha representado a la mujer como inferior al hombre en términos intelectuales y morales. Por ejemplo, Aristóteles sugiere que las mujeres son menos capaces que los hombres para gobernar y participar en la vida política, pero, por el contrario, su maestro Platón tiene textos en los que aboga por la total igualdad, como el siguiente:

–Por consiguiente –dije–, del mismo modo, si los sexos de los hombres y de las mujeres se nos muestran sobresalientes en relación a su aptitud para algún arte u otra ocupación, reconoceremos que es necesario asignar a cada cual las suyas. Pero si aparece que solamente difieren en que las mujeres paren y los hombres engendran, en modo alguno admitiremos como cosa demostrada que la mujer difiera del hombre con relación a aquello de que hablábamos; antes bien, seguiremos pensando que es necesario que nuestros guardianes y sus mujeres se dediquen a las mismas ocupaciones (…) Por tanto, amigo, no existe en el regimiento de la ciudad ninguna ocupación que sea propia de la mujer ni del varón como tal varón, sino que las dotes naturales están diseminadas indistintamente en unos y en otros seres, de modo que la mujer tiene acceso por su naturaleza a todas las labores y el hombre también a todas; únicamente que la mujer es algo más débil que el hombre.

libro V de República

Por el contrario, su discípulo Aristóteles escribió textos ciertamente discriminatorios sobre la mujer y los esclavos, que argumentaba de la siguiente manera:

Es posible entonces, como decimos, observar primero en el ser vivo el dominio señorial; y a su vez la inteligencia ejerce sobre el apetito un dominio político regio. En esto resulta evidente que es conforme a la naturaleza y provecho para el cuerpo someterse al alma, y para la parte afectiva, ser gobernada por la inteligencia y la parte dotada de razón, mientras que disponerlas en pie de igualdad, o al contrario, es perjudicial para todos. Al referirnos de nuevo al hombre y los demás animales sucede lo mismo: los animales domesticables son mejores que los salvajes, y para todos ellos es mejor estar sometidos al hombre, ya que así obtienen su seguridad. También en la relación del macho con la hembra, por naturaleza, el uno es superior; la otra inferior; por consiguiente, el uno domina; la otra es dominada. Del mismo modo es necesario que suceda entre todos los humanos. Todos aquellos que se diferencien entre sí tanto como el alma del cuerpo y como el hombre del animal, se encuentran en la misma relación. Aquellos cuyo trabajo consiste en el uso de su cuerpo, y esto es lo mejor de ellos, estos son, por naturaleza, esclavos, para los que es mejor estar sometidos al poder de otro, como en los anteriores ejemplos.

(Política, 125b, ed. Tecnos)

Actividades

a) Mira el siguiente vídeo crítico con la figura de Aspasia (Fundación Gustavo Bueno) y responde a estas preguntas:

  1. ¿Qué opinión tienes sobre la figura de Aspasia?
  2. ¿La relevancia política y la inteligencia implican ser filósofa? ¿Por qué sí o por qué no?
  3. ¿Estás de acuerdo con la afirmación que se hace en el vídeo acerca de que se ha reinventado el personaje de Aspasia por cuestiones ideológicas?

b) Observa detenidamente el fresco de Rafael «La escuela de Atenas». Trata de encontrar alguna filósofa, investiga quién es y explica su filosofía.

Bibliografía

Mosterín, Jesús, «Sócrates», La Hélade. Historia del pensamiento, Alianza, Madrid, 2007.

Platón, Apología de Sócrates, Gredos, Madrid, 1988.

Platón. Menéxeno. En Diálogos. Gredos.

Platón. El banquete. Gredos

Reale y Antiseri, «Sócrates y los socráticos menores», en Historia de la filosofía, (I. De la Antigüedad a la Edad Media. 1. Filosofía antigua-pagana), Herder, Barcelona, 2010.

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