Aclaraciones sobre mi participación en el programa de televisión «Las noches blancas»

A continuación procedo a aclarar algunas de las afirmaciones que hice en el programa «Las noches blancas» de TeleMadrid dirigido y presentado por Fernando Sánchez Dragó y emitido el pasado 27 de septiembre. Los invitados fueron la escritora Ana Briongos, el iranólogo Alfred G. Kavanagh, el corresponsal de guerra de El país Ramón Lobo, el diplomático Ramón Blecua y yo mismo. Es de obligada mención, sin falsa modestia ni tarof, que hay varios iranólogos en España de primer nivel intelectual que debieran haber estado en mi lugar.

Pueden verlo completo en esta dirección. A continuación muestro los fragmentos que querría matizar. Aunque el programa dura más de una hora, el tiempo asignado a cada invitado no fue todo lo deseable para explicar con cierto rigor algunos de los asuntos que se trataron, al menos en mi caso. Creo que el programa cumplió con su objetivo de dar una visión de Irán más sosegada que la que nos dan los vertiginosos medios de comunicación españoles. Al menos es un inicio para quien quiera profundizar en el apasionante mundo iranio sin censuras ni miedos infundados.

Mi primera intervención comienza tratando el tema de «el imán Oculto», el Mahdi (Sahib al-Zaman, dueño de los tiempos). Dado que estuve visitando la ciudad sagrada de Qom Dragó me pregunta si el Mahdi vendrá de allí. Algunos creen que dicho Imán, el último, el duodécimo (de ahí que al Islam chií se le conozca también como Islam duodecimano), recoge los deseos de las personas que arrojan -escritos en un trozo de papel- al pozo de la mezquita de Yamcarán de Qom, pero los teólogos de la Shía no pierden el tiempo reflexionando sobre el lugar desde el que aparecerá El Mahdi, lo importante para ellos es que aparecerá. Lo que sí sé, y es lo que comento en mi intervención, es que «gente ilustrada, gente con estudios, cree fervientemente que lo han visto. Un empresario me comentó que él creyó verlo en París, en un hospital trabajando como pediatra«, al igual que son muchos en España que dicen haber visto a la Virgen.

También Ana Briongos indica que se llegó a pensar que Jomeini podría ser el Mahdi, pero, obviamente, eso no es así porque con la aparición del Mahdi llega el fin de los tiempos y el inicio de una etapa pura de la humanidad en la que no hay guerras ni dolor. Jomeini, en todo caso, sería un alfaquí justo, virtuoso, conocedor de su época, valiente, eficaz y hábil, tal como se indica en el principio 5º de la Constitución de la República Islámica de Irán.

La película de culto Dune, de David Lynch, refleja el espíritu de El Mahdi, tal y como se explica en la carátula:

Año 10191. En el desértico planeta de Arrakis, conocido también como Dune, la Reverenda madre Ramallo conjra una vieja profecía: «Vendrá alguien de muy lejos y traerá la Guerra Santa, el Jihad, que purificará el universo y nos sacará de las tinieblas…»

En el remoto planeta Caladan, Lady Jessica, desobedeciendo las órdenes de su hermandad de concebir solamente hijas, acaba de dar a luz al hijo varón que su amo, el duque LetoAtreides, tanto deseaba. Lady Jessica sueña con que su hijo Paul llegue a convertirse en un Mesías lleno de poderes mágicos, capaz de unir el tiempo y el espacio.

Sobra decir que Dune no es más que una ficción que recoge la obsesión por la parusía de casi todas las religiones. La diferencia entre la parusía chií y la del resto de creencias es que en la primera el elegido ya habita entre nosotros, escondido en algún lugar del mundo. Lo explica muy bien mi amigo el Dr. Seyed Ahmad Reza Jezri en su libro El Islam shií. Historia, ideario y gobiernos (Centro de lingüística aplicada Atenea, Madrid, 2008, p. 111):

El Imán Mahdi sigue hoy con vida y guiando a la comunidad desde un lugar desconocido, desde donde saldrá para aparecerse nuevamente y acabar con este mundo corrupto y reestablecer la justicia bajo el palio de un gobierno justo, que instaurará la paz y el humanitarismo, dándole así punto y final a la historia de la humanidad, ya que a continuación sobrevendrá el juicio final.

A continuación Dragó plantea la hipótesis sobre si el Viejo de la montaña pudo haber sido el Mahdi. Hassan i Sabbah -el Viejo-, era ismaelita así que no cabe la posibilidad de que él fuera el último de los Imanes. Los chiítas ismaelitas, al contrario que los chiítas ortodoxos -quienes veneran a doce imanes-, creen que hubo sólo siete imanes (se les llama, por tanto, septimanos). Sin embargo, y por eso hay que dar en parte la razón a Dragó, el sha de Persia otorgó a Hassan i Sabbah el honor de ser Imán (aunque no el último de ellos, es decir, no es El Mahdi), lo cual parece que obedecía más bien a razones políticas que religiosas. Hoy en día la figura del Aga Khan sigue viva, sin ocultarse, lo cual no es compatible con la parusía y, por tanto, sin duda, no se trata de El Mahdi.

El diplomático Ramón Blecua alude certeramente al séptimo Imán que se autoproclama Mahdi, citando la obra de Amin Maalouf, Samarcanda. Quizá se refiera a este fragmento (Alianza, p. 216-217):

Tuve la suerte de conocer a un personaje extraordinario, uno de esos seres que atraviesan la Historia con la voluntad de dejar su huella en las generaciones venideras. El sultán de Turquía lo teme y lo reverencia, el shah de Persia tiembla con la sola mención de su nombre. aunque es descendiente de Mahoma, fue expulsado de Constantinopla por haber dicho en una conferencia pública, en presencia de los más importantes dignatarios religiosos, que el oficio de filósofo era tan indispensable a la humanidad como el oficio de profeta.

Dragó se sorprende porque en el libro indico que es difícil llegar a la fortaleza de Alamut, donde se encastilló Hassan i Sabbah. Se refiere a lo que escribo en las páginas 34 y35. Una de las razones de trabajar en el extranjero como profesor es que se le abren a uno las puertas de la autenticidad del país que le acoge. Uno no es un turista al que se le proponen itinerarios artificiosos ni un diplomático o empresario al que se le muestra lo más refinado del país; a los que viajan trabajando como uno más de la sociedad que le acoge se le suele mostrar lo «auténtico», y entre esas verdades, estaba la fortaleza del Alamut impenetrable, como, según me contaron, sigue hasta nuestros días. No lo vi, pero dicen los lugareños que es así.

Afirmo en el libro que es necesario recorrer «decenas de kilómetros», lo cual me explicó un buen amigo iraní gran conocedor de Alamut. Hay que andar sin senderos trazados, para ver dónde se escondían los Hashashins -la secta de los asesinos- para planear sus magnicidios. Lamento decepcionar a Dragó, pero quien llega en un jeep y anda tres horas no ha visto la realidad del amplio complejo de Alamut sino la realidad de los tour-operadores. El Alamut verdadero es inaccesible, de hecho todavía se sigue investigando. Bien indica Kavanagh que Alamut eran muchas fortalezas, por lo que el turista se limita a ver una ínfima parte de lo oculto.

Di la callada por respuesta porque no podía desmentir a mis contertulios, mucho más conocedores que yo de esa realidad; pero, como indico, la fortaleza no es solo Alamut y de Alamut aún hay mucho que descubrir. Zanjemos el asunto con dos fragmentos que dan a entender el poderío de antaño de lo que hoy no son más que ruinas. El primero de Amin Maalouf (Samarcanda, Alianza, p. 137):

Alamut. Una fortaleza sobre un peñasco a seis mil pies de altitud; un paisaje de montes pelados, lagos olvidados, precipicios cortados a pico, desfiladeros sin salida. El ejército más numeroso no podría acceder a ella más que en fila india. Las más potentes catapultas no podrían ni rozar sus murallas.

Y el segundo recogido en Alamut, de Vladimir Bartol (editorial El Aleph, p. 48):

Frente a él, un fuerte promontorio coronado de fortificaciones parcialmente incrustradas en la roca se alzaba al cielo. En aquel lugar, el Sah Rud se bifurcaba en dos brazos que rodeaban la roca desnuda como si fuera una horca. Aislado de esta forma, el edificio central de la fortaleza se elevaba por pisos en la pared del abismo, con sus cuatro esquinas flanqueadas por torres. Las dos últimas, en lo más alto, vigilaban el conjunto. La ciudadela, estrechamente rodeada por el río que se hundía entre dos paredes lisas tptalmente inaccesibles, cerraba el desfiladero como un cerrojo.

En este corte Dragó me pregunta sobre el terremoto de Bam, dado que en el libro explico que las ONG ya se han largado de allí a pesar de que la penuria y la miseria continúan. Esto da pie para hablar del negocio de algunas ONGDs. Las organizaciones humanitarias se desplazan allá donde existe el dolor porque es allí donde pueden conseguir más fondos movilizando los bolsillos de la opinión pública y las arcas de los gobiernos hipersensibilizados gracias a los mass media. Sin embargo, pasadas unas semanas, aunque el dolor prosiga, los medios terminan aburriendo a la población con la misma noticia así que dejan de propagarla. Cuando el dolor no es noticiable deja de llegar dinero con lo que las ONG, como aves migratorias, se desplazan a otro punto de dolor demodé. ¿Quién se acuerda hoy del terremoto de Haití o de las inundaciones de Pakistán? En Bam sigue quedando mucho por reconstruir. La realidad es que cuando una tragedia desaparece de los titulares verá recortada la ayuda financiera. Además, como bien indica Ramón Lobo, cuando hay una tragedia de moda «los políticos se llenan la boca con dinero que nunca llega».

Dragó lee a continuación, en otro de los fragmentos que he seleccionado, lo siguiente que escribí (p. 74):

A diferencia de la maquinaria diplomática inglesa, la mejor del mundo según los entendidos, los diplomáticos españoles no pueden estar más de cinco años en el país asignado, es por ello que no les de tiempo a conocer los entresijos y la gran riqueza social de Irán. De este modo los diplomáticos ingleses son expertos en un solo país donde han de ejercer toda su vida profesional, mientras que los españoles poseen una visión en conjunto de de las naciones más rigurosa pero sin entrar en grandes profundizaciones sobre el país de destino, del que ni siquiera suelen conocer la lengua.

Todo lo que digo en el libro está obtenido de lo que observo y de lo que escucho, de hecho el diplomático Blecua comparte mi interpretación con los obligados matices que una afirmación como la mía implica. Además añade, en mi línea de argumentación, que admira al sistema británico porque está pensado para que el diplomático se especialice en la región y ámbito lingüístico.

La diferencia entre las distintas diplomacias la aprendí de un amigo arabista, buen conocedor del asunto. Es cierto que Ramón Blecua habla persa, pero no suele ser lo normal; los diplomáticos españoles necesitan ir acompañados de sus intérpretes, a diferencia de embajadores de otras nacionalidades. No pretendía hacer una crítica, solo una descripción; de hecho es bueno que lo diplomáticos no estén demasiado tiempo en un país para no ser absorvidos por éste y desvirtuar, por tanto, el significado y apego a su patria. Además Irán es un país difícil para la diplomacia debido a las presiones a las que se ven sometidos por ambas partes, la occidental y la del gobierno iraní. No hay más que comprobar que los diplomáticos españoles suelen preferir cambiarse de destino en cuanto pueden.

Blecua prosigue hablando sobre las afinidades entre el carácter español y el iraní, así como sobre la inmediatez con que un español se siente acogido por los persas, algo con lo que estoy de acuerdo. Por cierto, desconocía lo que asegura el profesor Kavanagh referente a que en la actualidad, a diferencia del pasado más reciente, los diplomáticos británicos no pasan más de tres años en un país.

Del mismo modo Dragó cita el pasaje en el que me refiero a la importante labor cultural que realiza la Embajada de España en Teherán, por ejemplo apoyando traducciones, organizando exposiciones, dando conferencias, etc. Sin duda la diplomacia española tiene fama de ser de las más respetadas del mundo.

Blecua finaliza su intervención asegurando que tuvo grandes amigos iraníes, a lo que respondo, para incrementar la credibilidad en la afabilidad del pueblo iraní, que el acoger al extranjero es incluso un mandato coránico tal y como se indica, entre otras, en la sura 51 «Los que aventan» (traducción de Julio Cortes, editorial Ansariyan, Qom, p 520):

¿Te has enterado de la historia de los huéspedes honrados de Abraham? Cuando entraron en su casa. Dijeron: «»¡Paz!». Dijo: «¡Paz! Sois gente desconocida». Se fue discretamente a los suyos y trajo un ternero cebado, que les ofreció. Dijo: «¿Es que no coméis?».

En este fragmento se me pregunta directamente sobre Leer El Quijote en Teherán, libro basado en el blog Vida de profesor, que pasé al formato libro por gentileza de la editorial Texto Editores. En primer lugar aludo a la autocensura y al cuidado y mano izquierda con que hay que tratar temas delicados como la religión o la política, no tanto porque me lo prohibieran en Irán, que en ningún caso fue así, sino porque desde Occidente se tiene «miedo al miedo», aunque éste sea infundado. Los soplos de censura vienen más bien desde el Atlántico.

A continuación Dragó alude a la similitud del título de mi libro con el de Nafisi Leer Lolita en Teherán, lo que explico en la página 10. Mi escasa capacidad de escribidor solo me ha permitido copiar el título del libro de Nafisi y no su estilo valiente, ágil y erudito que destilan sus páginas, como en las siguientes líneas:

Escribí en la pizarra una frase de T.W. Adorno que me gustaba mucho: «La más alta forma de moralidad es sentirse extraño en la propia casa». Expliqué que la finalidad de casi todas las grandes obras de imaginación era hacer que nos sintiéramos como extraños en nuestra propia casa. la mejor literatura siempre nos obligaba a cuestionarnos lo que dábamos por sentado. (Ed. Quinteto, p. 131)

Haz lo que todos los poetas hacen con sus reyes filósofos. No necesitas crear una fantasía paralela sobre occidente. Dales lo mejor de ese otro mundo: dales ficción pura, ¡devuélveles la imaginación! (p. 365)

A renglón seguido comentamos la novela Aún no saben mirar de Nasrin Farzamnia, sobre la que ya hice una reseña en su momento y el ensayo de su hermana Nadereh Farzamnia Irán. De la revolución islámica a la revolución nuclear. Ambas son un acercamiento muy interesante a la realidad irania.

Tras esto aprovecho para retomar una pregunta que lanzó anteriormente Dragó (al ser tantos los contertulios es inevitable que a veces se salte de un tema a otro sin exprimir suficientemente uno de ellos). La pregunta es «¿por qué la gente tiene tanto miedo a Irán?». La respuesta se halla en libro de Nadereh Farzamnia y otros que, lamentablemente, desconocen aquellos que juzgan a Irán exclusivamente por lo que ven en los medios de comunicación occidentales.

En lo que afirmo intento ser muy prudente porque, al no estar en las cloacas del poder, desconozco parte importante de la información real que lleva a algunos a detestar Irán. De lo que sí estoy bastante seguro es que para justificar el ataque a la soberanía de otra nación es necesario primero ganar la conciencia de los televidentes; si los televidentes se hartan de ver imágenes sucias y denigrantes de Irán,, darán su visto bueno y no se quejarán tanto si se ataca a millones de inocentes como ya se ha hecho con Iraq. Se trata de psicología básica: la disonancia cognitiva que sentiría el pueblo occidental si se atacara a Irán se resuelve haciendo pensar al pueblo -con cuyos impuestos se sufragaría el ataque- que los iraníes son gentes muy, muy malas; así la conciencia permanece tranquila y se puede comer en paz el siguiente trozo de pizza.

A continuación Dragó trata el tema de las ejecuciones de homosexuales. Obviamente, en Irán no se mata a nadie por su condición sexual. Condeno con ira que haya habido condenas a muerte, al igual que en Estados Unidos y otros países, pero éstas han sido por delitos que nada tienen que ver con la orientación sexual de las personas. Eso sí, se ha condenado a muerte a asesinos que además eran homosexuales, siendo condenados por asesinos, no por homosexuales. Además, tal y como indico en el libro (página 135) en Irán las operaciones de cambio de sexo son gratuitas. En cualquier caso es muy difícil juzgar un hecho sin leer las sentencias completas; sospecho que nos llevaríamos muchas sorpresas si leyéramos dichas sentencias antes de proclamar a los cuatro vientos «las maldades» de Irán.

Este fragmento comienza con la afirmación «Irán es el país donde ves lo que no es y no ves lo que es», lo cual explico acudiendo a la realidad externa -estricta y seria- y a la realidad interna -distendida y divertida- de Irán. Todo visitante de Irán que no sea un simple turista se percatará de esta característica. Esto supone una gran dificultad para expresar «el alma» de Irán en un libro; afirmo que en un blog, por aquello de la inmediatez, es más sencillo; un día podía defender un argumento y al siguiente su contrario, porque la realidad iraní sólo se puede percibir por caminos dialécticos, hegelianos.

A continuación Ana Briongos cuenta, divertida, lo bien que se lo pasaba leyendo mi blog todos los días «en vivo y en directo», lo cual se lo agradezco. Sin duda haber escrito un blog -cuando todavía no estaban de moda- durante mi estancia en Irán supuso, sin duda, una mejora cualitativa en mi experiencia viajera. Quizá algunos se enfadaron con mis críticas y recibí amenazas anónimas verbales sin importancia, pero fueron muchos más los amigos iraníes que se acercaron para compartir mis ideas o discrepar de ellas desde la argumentación sosegada y cordial. También desde otros países me escribían para acusarme de ser «amigo de Ahmadineyad», de «amigo del imperialismo occidental», ceteris paribus.

En este penúltimo fragmento Dragó alude al amor por la poesía que profesa el pueblo persa. Sin duda es así, como indico en el libro. A diferencia de nuestros jóvenes españoles que suelen mostrase indiferentes con los poemas clásicos, en Irán lo viven con devoción. Aprovecho para indicar que dado que en Irán proporcionalmente no hay tantas universidades como en España, son menos los estudiantes que pueden acceder a ellas, con lo cual hay una criba que permite que accedan a ella los mejores, al contrario que en España donde estudia en la universidad hasta los estudiantes que menos se esfuerzan. Esto hace que el nivel académico suba y que, por tanto, asuntos culturales como la poesía sean recibidos con la pasión de quien sabe apreciar el arte.

También en este apartado se habla de los elevados intereses que dan los bancos iraníes cuando se hace un depósito, lo cual parece que sigue siendo así según ratifica el profesor Kavanagh. Aunque den un 24% de interés el problema reside en que hay que contar con el dinero, algo que, hoy por hoy, es muy difícil en Irán dado que los salarios son muy bajos y el coste de la vida aumenta sin conmiseración. Cuando afirmo que con 300 euros de salario se vive bien, me refiero a que se vive como la clase media iraní, sin caprichos y con las carestías típicas de una sociedad amenazada constantemente por Occidente y expuestas a inmorales presiones comerciales que sólo paga el pueblo llano.

Hubiera sido buena idea hablar también del abandono del dólar que ha hecho Irán para sus transacciones internacionales, lo cual enervó a EEUU y, probablemente, sea una de las verdaderas razones para someterles a crueles sanciones.

Dragó termina sus programas pidiendo a los invitados que recomienden un libro. Recomendé Todos los hombres del sha por las razones que expliqué hace años en este posteo.

Reconozco los fallos en mi participación. Mucho pensé antes de aceptar la propuesta de participar en el programa dado que los contertulios están muy bien preparados y yo no soy ningún experto. Dado que fui demasiado escueto intento compensarlo con este posteo. Nadie enseña a hablar en la televisión, pero con la práctica se va perfeccionando uno. Quizá vuelva a este plató cuando presentemos el nuevo libro El español en la maleta; en ese programa, sin duda, me sentiré más cómodo hablando de las vicisitudes que treinta profesores hemos tenido por el mundo en nuestra noble tarea de enseñar. Si todo sale bien, en unos pocos meses será publicado.

Finalizo solidarizándome con Fernando Sánchez Dragó por el trato denigratorio al que se está viendo sometido por parte de los medios de comunicación de la izquierda que se vale de descontextualizaciones y medias verdades para intentar hundir a uno de sus críticos que más daño les hace gracias a su oratoria vivaz y argumentada. Sólo recurriendo a técnicas comunicativas manipuladoras es posible hundir a quienes creen en la palabra, en el diálogo, en la escritura y en la lectura. ¡Adelante Fernando! La agresiva, incisiva, pantagruélica e injusta ola mediática que te toca salvar ya va aminorando su irracional empuje.


Comentarios

11 respuestas a «Aclaraciones sobre mi participación en el programa de televisión «Las noches blancas»»

  1. […] ver el programa en https://www.rafaelrobles.com/2010/12/aclaraciones-sobre-mi-participacion-en-el-programa-de-television… Print PDF This entry was posted in España, Irán, Leer El Quijote en Teherán by Rafael […]

  2. Avatar de luisma
    luisma

    ¿que fácil es hecharle las culpas a los medios de comunicación, no?, ese hombre da asco, es un ser repugnnate que no deberia continuar en televisión

  3. Gracias por tu comentario luisma. Recuerda lo que nos decían cuando éramos niños: «»echarle» echa la hache por la ventana». Cuando escribas correctamente podremos tomar en serio tus argumentos.

  4. Avatar de luisma
    luisma

    se perfectamente que es sin h, pero escribia con mucha ímpetu y se me coló, no seas demagago y muevas el tema, no todos nos vendemos, reflexiona sobre esto último, aquí se me ha ofendido ya no volvere a leer tu hasta entonces magnífico blog, adios.

  5. Me parece muy interesante esta entrada. Intentaré ver el vídeo completo del programa en cuanto pueda, pues fragmentado no soy capaz de comprender del todo de lo que se habla. Parece apasionante tu trabajo, enseñando filosofía y El Quijote en un país del cual conocemos muy poco. Quizá sea, como afirmas, las primeras noticias que tenga yo un poco más profundas sobre ese país tan desconocido para mí, debido a que «la información» en televisión que se nos ofrece adolece del sosiego que se merece. Y es que la rapidez con la que el público quiere conseguir una información implica la mayor desinformación. Independiente del calificativo moral que nos causa Dragó -pues muchas veces no sabemos por donde vienen los tiros del sectarismo y hay que estar ojo avizor, sin enterarnos del todo de la movida – , pocas veces se plantean debates tan interesantes como al que habéis participado. Como digo, intentaré profundizar en él. Incluso, con esta entrada, me ha picado la curiosidad sobre el asunto; intentaré comprar el libro tuyo, que me parece de sabrosa lectura. Un saludo.

  6. rafael que opinas de esto http://www.noalcierredewebs.com

  7. Hola Juan: sobre el tema que planteas comparto los argumentos de Enrique Dans http://www.enriquedans.com/

    Un saludo cordial para Jake

  8. Avatar de Manolo
    Manolo

    Amigo Rafa. No entro en tu blog con tanta frecuencia como deberia, pero sigues sorprendiendome y dejandome con la boca abierta. Un fuerte abrazo desde la lejana Nebraska y mis mejores deseos para el nuevo año.

  9. ¡Amigo Manolo! ¡Es una alegría saber de ti! Ya veo que sigues en Nebraska, debes de ser toda una institución y un referente para los profesores españoles. Espero que las nevadas este año no sean tan duras como las que recuerdo. Un abrazo fuerte y mis mejores deseos para tu 2011.

  10. Avatar de Vicente
    Vicente

    Para Jake. Escribes: «adolece del sosiego que se merece».
    Según el argumento de Rafael Robles no se te puede tomar el comentario en serio hasta que no sepas lo que significa «adolecer» y lo uses correctamente.

  11. […] En el programa de Fernando Sánchez Dragó con la camiseta de la #mareaverde Posted on 25 ene 2012 by Rafael Robles El próximo ocho de febrero emitirán “Las noches blancas”, el programa presentado por Fernando Sánchez Dragó en Telemadrid, en el que se habla de nuestro libro El español en la maleta. Se grabó el pasado viernes trece de enero. Es la segunda ocasión en que tengo el placer de asistir a este programa de nictálopes, insomnes y lector…. […]

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